Una cepa de jerez con 120 racimos

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

O SAVIÑAO

ROI FERNÁNDEZ

La vid nació de un esqueje traído de una viña de la ribera de O Saviñao y crece en un huerto de la parroquia de Reiriz

09 sep 2017 . Actualizado a las 17:15 h.

Despedirse de la ribera no fue fácil para Daniel López. «Púxenme mal e tiven que deixar de traballala», cuenta en su casa de Teibel, en la parroquia de Reiriz, del municipio de O Saviñao. En el huerto anexo, encontró el antídoto perfecto para combatir la morriña. Una esqueje traído del viñedo que cultivaba al abrigo del Miño se convirtió en un una enorme cepa que se extiende entre matas que a duras penas pueden con tanto pimiento. La vid tiene solo cinco años, pero crece a sus anchas en esa tierra abonada. De sus dos brazos cuelgan esta cosecha 120 racimos que Daniel no se cansa de contar. «Algún pesará quilo e medio. ¡Se tivese dez cepas así sobraba viño para todo o ano!», dice orgulloso.

La variedad blanca jerez, también conocida como palomino, llegó a Galicia después de la filoxera, a finales del siglo XIX. Los ataques de ese devastador insecto, unidos a la aparición del hongo causante del oídio, diezmaron por completo los viñedos. Cuando por fin comenzaron a escampar las plagas, las cepas autóctonas dejaron su lugar a otras más acordes con la coyuntura de la época. En un contexto de pocos recursos económicos y muchas necesidades, se imponían variedades resistentes a las enfermedades y altamente productivas.

El jerez ofrece un rendimiento muy elevado incluso en los suelos pobres de la ribera, donde una sola cepa puede llegar a llenar un capazo de los que se destinan a la recolección. Si crece en tierra fértil, el vigor de la planta se dispara. Además del abonado, Daniel guarda otro secreto en su huerto: «Régoa todos os días, pola maña é pola noite». En un verano de extrema sequía, la planta parece agradecer especialmente la abundancia de agua. «O ano pasado xa dera 65 racimos, pero este voulle sacar moito máis de cen quilos de uvas», dice el propietario de la huerta.

Blanco o clarete

El destino de la producción de la supercepa de Teibel todavía no está claro del todo. «O viño é para a casa, pero non sei se faga só branco ou se as mesture cunha pouca mencía», duda el cosechero. Blanco o clarete, el vino será de poco grado. No se puede esperar otra cosa de una cepa que es capaz de cargar más de cien racimos. «A ribeira é o propio para a viña, pero xa que non podo traballala polo menos teño algo dela aquí», dice Daniel. En vista del éxito, este año plantará dos o tres esquejes más de vides. De la variedad jerez, por supuesto. Y del mismo linaje de la que llama la atención en su huerto. «Míraa... Debe medir seis metros a cada lado», comenta sin sacar la vista de los racimos.