«Os deseo de verdad que nunca tengáis que vivir nada parecido»

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Alina Shatalova en el vídeo que vieron ayer los estudiante del colegio Torre de Lemos
Alina Shatalova en el vídeo que vieron ayer los estudiante del colegio Torre de Lemos CEDIDA

Estudiantes de Monforte conmemoraron el día de la paz con el testimonio de una mujer ucraniana que escapó de la guerra

31 ene 2023 . Actualizado a las 13:08 h.

La hija de Alina Shatalova cumplió un año el pasado mes de diciembre. Ella se puso a buscar fotos para regalarle a su hija un montaje en vídeo con imágenes de su primer año de vida y se dio cuenta de que le faltaban tres meses. En concreto, febrero, marzo y abril. Los tres meses que pasó encerrada en un búnker en Mariúpol para sobrevivir a los bombardeos. La guerra había estallado y lo que ellos pensaban que se podía resolver como en el 2014, con algunos tiroteos y poco más, se había convertido en un desastre total que iba a arrasar toda la vida que tenían. El testimonio de Alina es conocido, porque ya lo han recogido diferentes medios de comunicación. Ayer le llegó también a los estudiantes del colegio Torre de Lemos, de Monforte, porque el centro quiso celebrar este año el día internacional de la paz con un recordatorio vivo de lo que sucede cuando llega la guerra.

Alina Shatalova habló con los estudiantes del colegio por videollamada desde la casa en la que vive en A Coruña. Los responsables del centro querían que su testimonio se oyese en el centro de Monforte y por eso habían preparado un acto en la calle Cardenal, en pleno centro de la ciudad, pero este lunes hacía demasiado frío en Monforte. Para no exponer demasiado a los más pequeños, los profesores decidieron finalmente trasladar el acto al polideportivo del colegio.

Algunos escolares llevaron a la conmemoración palomas de papel y globos con los colores de Ucrania
Algunos escolares llevaron a la conmemoración palomas de papel y globos con los colores de Ucrania CARLOS CORTÉS

«Os deseo de verdad que nunca tengáis que vivir nada parecido a lo que estamos viviendo nosotros». Así terminó Alina la narración con la que los estudiantes de este colegio supieron de los horrores de la guerra de Ucrania. La vieron y oyeron a las doce del mediodía en el polideportivo del colegio.

Alina ha perdido amigos y conocidos en esta guerra, como una amiga de la infancia que murió bajo los escombros de su edificio bombardeado y cuyo cuerpo ya nadie cuenta con poder recuperar. Pero su familia más cercana está viva y la mayoría con ella en Galicia. Aquí están su madre, sus hijos, su cuñada y su sobrina. Su hermano sigue allí, realojado cerca de Kiev, sin heridas físicas pero anímicamente destrozado, un poco como todos ellos.

«No es solo que nos robasen lo material —le dijo ayer Alina a los escolares del Torre de Lemos—, sino que nos robaron lo emocional». Material no les queda nada. Las casas en las que vivían están destruidas. Su hermano tenía un hotel a pie de playa, una panadería, una tienda de bombones -el equivalente ucraniano a los comercios de golosinas de aquí- y poco antes de navidad acababa de abrir un cine. Nada de eso esta ahora en pie, pero lo que Alina Shatalova echa más de menos no son esas cosas. «Me robaron mi infancia, no puedo ni siquiera ir al cementerio a visitar a mi abuela, porque el cementerio ya no está». Como tampoco está la amiga muerta bajo toneladas de cascotes en el solar de lo que era su casa.

Alina Shatalova contó todo esto y muchas más cosas estremecedoras en los 15 minutos que duró la videollamada. Ella consiguió terminar sin llorar, no como muchos de los que ayer la escucharon en el colegio Torre de Lemos.