El Cabe rebasó el nivel del paseo y entró en la laguna colindante, donde provocó varios boquetes a lo largo de su perímetro
12 may 2023 . Actualizado a las 17:30 h.Las fuertes lluvias ya habían provocado a lo largo del otoño algunos desperfectos en la nueva presa que regula del curso del Cabe a la altura de A Pinguela. En una reciente visita a Monforte, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil dijo que esos temporales habían servido de «banco de pruebas» para calibrar la reforma del tramo fluvial donde se levantaba el azud derribado en verano. Pero las crecidas anteriores resultaron ser anecdóticas en comparación con la que Monforte inauguró el nuevo año. El río se llevó por delante la escollera lateral de esa presa en la margen derecha, arrancó la escala de madera destinada a remonte de los peces y provocó graves daños en el paseo que circunda la laguna anexa.
En torno a las seis de la tarde del domingo el Cabe bajaba desbordado y comenzó a superar por encima de la nueva presa el nivel del paseo que circunda la laguna colindante. La fuerza del agua erosionó sus márgenes en varios puntos del perímetro, en los que el sendero carece ahora de contención lateral a causa de esos arrastres. La entrada del río desgastó por completo al menos en tres puntos las paredes de la laguna que ocupa el espacio de una antigua gravera. El boquete de mayores dimensiones está del lado del parque de Covas, donde la riada dejó un extenso socavón en el lugar que antes ocupaba el césped.
A primera hora de esta mañana aún se acumulaban los troncos arrastrados por el río a lo largo del paseo de la laguna, cuyo piso está ahora cubierto en su mayor parte por los lodos que dejó tras de sí la crecida. Muchos vecinos se acercaron a comprobar sobre el terreno los daños que hacía presagiar el día anterior la espectacular subida de caudal del Cabe. El agua rebasó a primera hora de la tarde del domingo el nivel de la presa del Parque de los Condes y horas después la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil activaba el máximo nivel de alerta por riesgo de inundaciones.
La situación se fue normalizando a partir de la medianoche, después de que amainasen las lluvias que habían descargado de forma incesante desde el sábado anterior. El Cabe inundó el paseo fluvial entre el Parque dos Condes y Piñeira en varios lugares, en los que dejó su huella en forma de socavones. Los daños más importantes, sin embargo, se concentran en la zona donde la confederación hidrográfica acaba de inaugurar una importante actuación ambiental. Las mejoras anunciadas por el presidente de este organismo en su última visita deberán tener mayor alcance del previsto. La crecida dejó la nueva presa sin escollera en uno de los laterales y está por ver si tuvo algún efecto sobre su estructura.
Entre los retoques previstos estaba precisamente el reforzamiento de esa escollera y la sustitución de los pivotes metálicos de la presa por otros desmontables, medida con la que se buscaba evitar la acumulación de troncos y ramas de árboles arrastrados por las crecidas. De momento, la riada más reciente arrancó la escala de madera que había sido instalada en uno de los laterales del azud para facilitar el remonte de los peces. La mayor parte de la estructura estaba esta mañana colgada de un árbol en la margen del paseo aguas abajo de la pasarela que atraviesa el Cabe en A Pinguela.