La nueva presa de Monforte se revisará para evitar daños por las crecidas

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

El presidente de la confederación (a la izquierda) con el alcalde, en las inmediaciones de la presa
El presidente de la confederación (a la izquierda) con el alcalde, en las inmediaciones de la presa cedida

Los pilares destinados a sujetar las compuertas serán sustituidos por otros desmontables

26 dic 2022 . Actualizado a las 18:13 h.

La mejora ambiental que financió la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil en el entorno de la antigua presa de A Pinguela fue inaugurada ayer oficialmente por el presidente del organismo estatal, José Antonio Quiroga, y el alcalde de Monforte, José Tomé. Ambos coincidieron en destacar, durante un recorrido por ese tramo del paseo fluvial, la radical transformación que experimentó una zona hasta hace poco «completamente degradada». Las obras concluyeron hace algo más de un mes, pero todavía se encuentran en período de garantía y serán precisos algunos retoques por parte de la empresa.

Tomé agradeció al presidente del organismo responsable de esta cuenca fluvial la realización de un proyecto «que sen dúbida supón un antes e un despois para unha zona que estaba completamente degradada e que agora ponse en valor». El presidente de la demarcación Miño-Sil subrayó, por su parte, que las obras acometidas por este organismo se suman «a outras desenvolvidas polo Concello e pola Deputación de Lugo» que sitúan a esta parte de Monforte «dentro da dinámica urbana» mediante «unha acción medioambiental de gran importancia».

Cerca de tres hectáreas

Las reformas impulsadas por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil en el entorno de la antigua presa y en la laguna existente en ese tramo del paso fluvial se añaden a otras que llevaron a cabo con anterioridad en esa zona las administraciones local y provincial, en una superficie de alrededor de 30.000 metros cuadrados.

Quiroga avanzó en su visita a Monforte que se sustituirán los actuales pilares metálicos de la presa por otros desmontables, para evitar la acumulación de troncos y restos de árboles arrastrados por las crecidas. La decisión se adopta, según explicó, «despois do banco de probas que supuxeron os últimos temporais». Desde finales de noviembre, fue necesario izar en dos ocasiones desde la ribera la madera almacenada entre esos soportes metálicos. La acumulación más importante se produjo durante la pasada semana.

Los pilares se reparten de un extremo a otro del azud que remplaza a la vieja presa de hormigón que se levantaba unos metros más abajo, cuyo derribo se incorporó al proyecto de remodelación de la zona después de que una riada la rompiese en uno de sus laterales. Las columnas que van a ser sustituidas por otras desmontables tienen como finalidad sostener la planchas que servirán para contener el agua por encima del azud en los meses de estiaje. Los cambios que aconsejan las últimas crecidas se llevarán a la práctica en la primavera, en el momento en que el nivel del río lo permita.

El presidente del organismo estatal indicó que las modificaciones ya fueron notificadas a la empresa encargada de las obras, a las que en su conjunto se destinó una inversión de algo más de 600.000 euros. Los visibles efectos de las riadas también harán necesario acondicionar un pequeño tramo de escollera en la margen derecha del río.