Las desconocidas raíces monfortinas del dueño de la multinacional Indukern

Felipe Aira MONFORTE

MONFORTE DE LEMOS

Tramo de la calle Rosalía de Castro donde se ubicaba la casa de los abuelos maternos del dueño de Indukern
Tramo de la calle Rosalía de Castro donde se ubicaba la casa de los abuelos maternos del dueño de Indukern CARLOS CORTÉS

Bautizado en 1937 en la vieja capilla de la Estación, el padre de José Luis Díaz-Varela era interventor ferroviario y su abuela materna llegó a ser concejala suplente hace 120 años

28 sep 2022 . Actualizado a las 12:35 h.

José Luis Díaz-Varela Somoza, fundador del Grupo Indukern, nace a las cinco horas del día siete de agosto de 1937 en la calle de la Ascensión número 13 en casa de sus abuelos maternos. Hijo de Joaquín Díaz Varela y de Consuelo Somoza Álvarez, que habían contraído matrimonio el 6 de diciembre de 1927 en la capilla del barrio de la Estación. Los abuelos maternos del propietario de la multinacional farmacéutica eran Rodrigo Somoza Rodríguez, de San Román de Moreda y fallecido en accidente de tráfico en el año 1925, y Eudosia Álvarez Azpilicueta, natural de Barbadás, en Ourense.

Los abuelos paternos eran Manuel Díaz Varela y Losada —importante comerciante de la población que fallece en 1910, Manuel estaba emparentado con los Yáñez Rivadeneira— y Dolores González Garrido, con establecimiento de ropa en la calle del Comercio. Dolores era hermana de Manuel, conocido fabricante de calzado y sombreros de la calle Comercio, y de Juana, cuyo esposo Emiliano Pérez Pérez, comerciante de la población, fue alcalde en dos etapas diferentes, de mayo de 1918 a noviembre de 1920 y de octubre de 1921 a abril de 1922. Además, un sobrino de Dolores, hijo de Emiliano y Juana, Emiliano Pérez González, también fue alcalde de abril de 1930 a febrero de 1931.

Eudosia Álvarez Azpilicueta llegó a ser nombrada concejala, en calidad de suplente, durante el mandato del alcalde Antonio Dacal, en década de los años veinte del pasado siglo, todo un hito para una mujer en aquellos tiempos. El abuelo materno de José Luis Díaz-Varela, por su parte, falleció al chocar con un carro de bueyes el vehículo en el que viajaba junto con otros pasajeros de regreso de Castro Caldelas.

El siniestro se produjo en la carretera de Gullade, cerca ya de Monforte, cuando regresaban de una feria. El vehículo de servicio público en el que viajaban era propiedad de Ricardo Taboada, administrador de la estafeta de Correos de Monforte y gran amigo del Rodrigo Somoza, comerciante de profesión, que falleció tras el accidente como consecuencia de las graves heridas sufridas al volcar el coche.

Junto a Rodrigo Somoza Rodríguez iba su hijo Ramón, los también ganaderos Juan Álvarez Mosquera, Ramón Pardo Silva e Isaac Mosquera. El atestado indica que, al llegar al kilómetro 28, el vehículo chocó con un carro que guiaba Francisco Álvarez Díaz, vecino de Gullade, resultando heridos graves todos ellos menos Ramón Somoza y el chófer. Los heridos fueron atendidos en un primer momento por el médico Jesús Dapena, que se presentó en el lugar del suceso.

Todos los heridos se recuperaron excepto el abuelo materno de José Luis Díaz-Varela. Como consecuencia del accidente fueron detenidos el conductor y el carretero. Al propietario del carro de bueyes, que ingresó en prisión, se le acusó de actuar de forma imprudente al ir por el centro de la calzada y sin luz, y de no haber prestado auxilio a los heridos.

Antonio Somoza Álvarez, hijo del fallecido Rodrigo Somoza, ejerció como padrino en el bautizo de su hermano y fundador de la multinacional farmacéutica, que tuvo lugar también en la antigua capilla de la Estación. La joven Isabel Labajos Merinero, casada con un miembro de la familia de los Somoza, fue la madrina de la ceremonia. Natural de Venta de Baños, era hija del por aquel entonces jefe de estación de la Compañía del Norte.

En un reportaje publicado en 1989 por el Diario de Burgos, a raíz de su entrada como directivo en la recién constituida Asociación de Empresarios Gallegos en Cataluña, José Luis Díaz-Varela hacía referencia a sus orígenes monfortinos y señalaba que su padre había trabajado en Renfe [en aquella etapa Compañía del Norte] antes de convertirse en director de una empresa de cerámicas, ya en Caracas.

Un robo en A Coruña

Antes de emigrar a Venezuela, en el año 1955, la familia del empresario originario de Monforte se había trasladado a la ciudad de A Coruña, concretamente en 1944. Allí fue confirmado José Luis Díaz-Varela, a la edad de 13 años, en la iglesia de Santa Lucía. Lucía. En julio del año 1951, Joaquín Díaz Varela fue víctima de un importante robo en julio del año 1951, cuando viviendo en la calle Alfredo Vicenti número 42, y en un almacén de curtidos que poseía en la calle Caballeros 152, robaron varios paquetes de pieles curtidas y de suela y una partida de láminas de goma y de badana, valorado todo ello en 60.000 pesetas.

Con 18 años cumplidos, José Luis Díaz-Varela embarcó hacia Venezuela, donde entró como empleado en una industria propiedad de Heinz Kern, un austríaco que había prosperado en aquel país gracias a la distribución de productos químicos para la industria. El empresario originario de Monforte se ganó la confianza de Heinz Kern, que primero lo hizo subdirector y unos años después puso en sus manos la extensión del negocio a Europa con la apertura de una nueva empresa. Así nació Indukern en el año 1962.

A principios de los años 70, José Luis Díaz-Varela se convirtió en su único propietario, aunque mantuvo el apellido de su mentor en la compañía como señal de agradecimiento. Indukern nació como una empresa pequeña que aprovechó la buena posición de Barcelona como ciudad portuaria y la fuerte implantación de la industria química en Cataluña para crecer en ese mercado.

El dueño del grupo que se dispone a abrir una planta en el polígono de Monforte ya era en la pasada década de los ochenta una persona muy significada en la vida económica y social de Cataluña. Su compañía ya tenía entonces una facturación relevante y exportaba a Portugal, Suiza, Noruega, Hong Kong, Venezuela y Colombia.

José Luis Díaz-Varela presidía el club de golf de Sitges cuando en el año 1989 se puso en marcha del lobi gallego en Barcelona, de cuya directiva formaban parte influyentes personalidades del momento. La Asociación de Empresarios Gallegos en Cataluña estaba presidida en aquella primera etapa por Ramiro López López y formaban parte de la directiva el subdirector del Banco de España, Víctor Moro; el delegado de Tabacalera para Cataluña, Baleares y Aragón, el coruñés José Antonio Paz Pose; el consejero delegado de Tabacos de Filipinas, el vigués Carlos Martínez de la Escalera; el director de Seguros Finisterre, Francisco Camba; y el entonces arquitecto de la Sagrada Familia, Francisco Dapena Alfonsín.

Antigua capilla del barrio de la Estación, donde fue bautizado el propietario del grupo Indukern
Antigua capilla del barrio de la Estación, donde fue bautizado el propietario del grupo Indukern ARCHIVO F. AIRA

Vínculos con el socialista Ramón Somoza

Eudosia Álvarez Azpilicueta, abuela materna de José Luis Díaz-Varela, era madre, entre otros hijos, de Maruja Somoza, casada con Víctor Martínez, de Izquierda Republicana, abogado, concejal y teniente alcalde del ayuntamiento monfortino. Tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936, es detenido y juzgado en Lugo por rebelión militar y condenado a pena de muerte, siendo fusilado el 22 de mayo de 1937. Su hermana Consuelo se casó con Joaquín Díaz Varela González, matrimonio del que nació José Luis Díaz Varela-Somoza.

Ramón Somoza fue ganadero, actividad que compartió con su hermano y su padre. Acusado en 1934 de esconder un arsenal de bombas en su casa de Reigada, al producirse el levantamiento militar, en julio de 1936, intervino en la requisa de armas y el reclutamiento de voluntarios para marchar hacia Lugo. Estuvo escondido hasta el 11 de julio de 1938, cuando fue detenido e internado en la prisión de Monforte. El 13 de julio de ese mismo año fue entregado a la Guardia Civil. Sentenciado extrajudicialmente, fue fusilado en A Pobra do Brollón Sus restos fueron recuperados en 2016 en Castroncelos, parroquia de ese municipio,

Antonio Somoza, otro de los tíos del fundador de Indukern, fue un relevante tratante de ganadero y propietario. Su hermana Amelia, que fallece a edad temprana, fue prometida de Manuel Hermida Balado, con el tiempo, primer cronista oficial de Monforte. Herminia Somoza, por su parte, se casó con Mariano Guntiñas Díaz, oficial de oficinas de Renfe y presidente de la Filarmónica. Otro hijo del matrimonio de Eudosia Álvarez Azpilicueta y Rodrigo Somoza Rodríguez, Manuel, murió a edad temprana.

Eudosia Álvarez Azpilicueta fallece en 1942. Residió en el número 13 de la calle de la Ascensión, en una casa que heredaron sus hijos Antonio y Ramón. La familia tenía otra vivienda en el número 19 de esa calle, con cuadra y pajar, y era dueña de un inmueble en Doctor Casares. En julio de 1927, un incendio causado por las chispas de un tren destruyó por completo otro edificio de su propiedad en el número 16 de la calle de la Ascensión, donde se guardaban sesenta carros de hierba. El voraz incendio adquirió proporciones alarmantes y amenazó los inmuebles inmediatos. Hubo varios heridos entre los que trabajaron en la extinción del incendio. La familia Somoza Álvarez, como muchas otras durante la primera mitad del siglo pasado, se dedicaba a distribuir reses a través de la pujante estación ferroviaria de Monforte.

El abuelo materno de José Luis Díaz-Varela Somoza, Rodrigo Somoza Rodríguez, era natural de San Román de Moreda. La familia de Rodrigo estaba emparentada con la Casa de Follés de Pantón conectada a su vez por ascendencia directa con los Torno de Mourelos. Curiosamente, con esta casa de Mourelos tenían también una conexión indirecta los Díaz Varela pues Teresa Losada y Moure la esposa de Joaquín Díaz Varela Verea, bisabuelo de José Luis Díaz Varela Somoza, era tía por parte de madre de Plácida Sánchez Ferro, abuela de Luis Campo Fernández Rodrigo.

Rodrigo Somoza Rodríguez, fue un acaudalado y destacado comerciante, impulsor en 1909 de una nueva sociedad para la gestión y venta de ganado en la que tenía como socios a Manuel López, apodado Casiñas; y Manuel López, Escairón. El principal destino de las reses que adquirían a ganaderos de la zona era entonces Barcelona.

 Las múltiples facetas profesionales del inquieto Joaquín Díaz Varela

Joaquín Díaz Varela, padre de José Luis, fue empleado principal de Intervención de la Compañía del Norte, empresa ferroviaria española creada en diciembre de 1858 y nacionalizada tras la Guerra Civil. En enero de 1934 es nombrado además recaudador de cédulas personales de Monforte por parte de la Diputación provincial de Lugo. La oficina la tenía en la calle de la Ascensión número 8, conocida también como calle de las Vacas. Sigue en el cargo entre 1934 y 1936, y hay documentos que atestiguan que en el año 1941 continuaba desempeñando este cometido.

La Estación no era entonces parroquia independiente y la tutela eclesiástica de sus calles se repartía entre las parroquias de Ribas Altas y de Santa María da Régoa. Hasta 1930 no se inauguraría la parroquia independiente de la Estación, que continuaría durante 36 años más con los servicios en la capilla cuyas obras comenzaran en el año 1900. La nueva parroquia se creaba para atender debidamente a más de 1.500 empleados y obreros de la Compañía del Norte y del Oeste. La iglesia del Sagrado Corazón y Nuestra Señora del Carmen se construye en 1966 y trajo consigo la pérdida de la capilla en la que recibió el bautismo el fundador de Indukern y que había sido escenario de la boda de sus padres a comienzos de octubre de 1927.

A continuación de la boda, se celebró un banquete en casa de la familia de su esposa, de los Somoza Álvarez, en la calle Ascensión número 13. De anfitriona ejerció Eudosia Álvarez Azpilicueta, ya viuda tras el fallecimiento de su marido en el año 1925. Pese a su notoriedad en aquella época, nada se tiene publicado sobre ella. Volviendo a la boda, y según narran las crónicas de la época, el viaje de novios se desarrolló por varias capitales de España

Joaquín Díaz Varela, padre de José Luis, era un destacado militante socialista, mencionado en publicaciones del año 1934 como uno de los directivos del partido en Monforte. En la junta directiva de la Agrupación Socialista elegida en febrero de 1932 figura con el cargo de tesorero. En octubre de ese mismo año fue nombrado representante de la Sociedad General de Autores Españoles para Carballedo y Chantada. Hombre muy activo profesionalmente, incluso llegó a solicitar en el año 1931 la instalación de un aparato surtidor en Monforte, que le fue denegada por la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos.

No fue uno de los arrestados que sufrió castigo por ser acusado de formar parte del grupo que escondía un arsenal en Reigada, pero también es cierto que a partir de este suceso pudo surgir su decisión de abandonar Monforte. La Guardia Civil localizó en el año 1934 un almacén de explosivos en la bodega de una casa propiedad de su tío Ramón Somoza, sita en el lugar de Mourelos, en la parroquia de Reigada, a unos cuatro kilómetros de Monforte. Todo estaba oculto o cubierto con paja de centeno y las bombas envueltas en papeles de periódicos.

Fueron detenidos el mencionado propietario del inmueble en el que tuvo lugar el hallazgo y otras nueve personas más. Se procedió a la incoación del correspondiente sumario que fue entregado juez de instrucción especial Rogelio Borondo, quién acompañado de su secretario judicial, Eugenio Quiroga, se personó en Monforte para tomar declaración a los detenidos. También se desplazaron por ese motivo a Monforte el entonces fiscal de la Audiencia Provincial de Lugo, Antonio Codesido Silva y el gobernador civil, Artemio Precioso.

Entre los nueve detenidos aparecen citados Juan Tizón Herreros, Evaristo Martínez del Sar, Miguel Chapel Salgueiro, José Couto Sáez, Joaquín Díaz Varela González, Domingo Díez Ramos, Constantino González Eiras y Claudio Rodríguez Rodríguez, todos militantes del partido socialista y vecinos de Monforte. Un Tribunal de Urgencia impuso una pena de seis años de cárcel para el político Juan Tizón.

Presidente del Lemos

En 27 noviembre de 1934, la Comisión Gestora de la Diputación de Lugo informa que se toman las medidas oportunas para salvaguardar los intereses económicos de la corporación en la oficina recaudatoria de cédulas personales de Monforte. Pese a todo, Joaquín Díaz Varela sigue como recaudador. En septiembre de 1935 es nombrado presidente del club Lemos en sustitución de Luis Eires, que había sido designado vicepresidente de la federación regional de fútbol.

Joaquín Díaz Varela fue presidente de, tal vez, la etapa más gloriosa del casi centenario club de fútbol local, en la que alcanzó por méritos propios el ascenso a la Segunda División que se vería frustrado como consecuencia de la Guerra Civil.