Los chabolistas de As Lamas llevan más de un mes sin suministro eléctrico

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Un grupo de residentes en las chabolas de As Lamas fueron este jueves al Ayuntamiento para reclamar que les devuelvan el suministro eléctrico
Un grupo de residentes en las chabolas de As Lamas fueron este jueves al Ayuntamiento para reclamar que les devuelvan el suministro eléctrico CARLOS CORTÉS

Utilizan las baterías de los coches para poder encender las bombillas, pero no pueden conectar ni calderas de agua caliente ni ningún otro electrodoméstico

15 sep 2022 . Actualizado a las 18:09 h.

Cerca de cincuenta residentes en las chabolas de As Lamas se plantaron este jueves frente al Ayuntamiento de Monforte para reclamar una solución que les permita volver a tener electricidad. Llevan ya más de un mes sin suministro eléctrico, tras la retirada a principios de agosto del generador que utilizaban. Los afectados aseguran que en las dos docenas de viviendas existentes en estos momentos allí viven alrededor de setenta personas y subrayan que cerca de la mitad son menores de edad.

Ellos aseguran que el problema en estos momentos no es que no quieran pagar la luz que consuman, sino que no consiguen que les instalen contadores para que puedan consumir energía de forma legal. Como las casas en las que viven no son legales, afirman los afectados, la compañía de la luz no les pone contadores ni los da de alta como clientes. Las chabolas de As Lamas disponían hasta este invierno de electricidad mediante enganches ilegales a la red. Tras años de litigios, Naturgy decidió desconectarlas a principios de este año, en pleno invierno. El Ayuntamiento decidió entonces instalarles un generador para que al menos no se quedasen sin electricidad en los meses más fríos del año. Pero el pasado mes de agosto los responsables municipales decidieron dejar de pagar el generador y el poblado volvió a quedarse sin luz.

Mientras los demás permanecían a la espera frente al Ayuntamiento, unos pocos representantes suyos entraban en las oficinas municipales y mantenían una reunión con representantes del Gobierno local. Según los residentes en As Lamas, el encuentro terminó sin una solución concreta, pero con el compromiso de los responsables municipales de tratar de buscarla.

Desde que se consumó la retirada del generador, en torno al 10 de agosto, las dos docenas de familias que viven en las chabolas de As Lamas se las han ido ingeniando como han podido para vivir desconectados de la red eléctrica. La mayoría utiliza las baterías de sus coches para encender las bombillas y al menos tener luz. Pero las baterías de los coches no dan para más que eso. No sirven para mantener electrodomésticos en funcionamiento, así que desde entonces viven sin poder utilizar sus termos para calentar el agua. Para hacer la comida usan cocinas de gas, que les permiten calentar también pequeñas cantidades de agua. Suficiente para comer, pero no para ducharse.

El barrio de chabolas de As Lamas nació hace cerca de treinta años del desalojo de la antigua cárcel de A Pinguela. En aquel viejo edificio vivían varias familias que después de verse en la calle decidieron marcharse hasta As Lamas e instalarse en un descampado próximo a la parte trasera del mercado ganadero. Con el paso del tiempo, fueron reforzando las primeras infraviviendas levantadas por ellos mismos con materiales endebles hasta que a mediados de los 90 el Ayuntamiento construyó unas pocas casas de una única planta y de dimensiones mínimas. Después, sucesivos Gobiernos locales les fueron llevando hasta allí la red de suministro de agua y la de alcantarillado y les asfaltaron el camino que pasa por medio de las chabolas.

Lo difícil de alquilar

En los últimos años, los servicios sociales del Ayuntamiento de Monforte intentan que las familias que viven en As Lamas se marchen de allí para instalarse de alquiler en diferentes puntos de Monforte. Con ese objetivo, el Ayuntamiento trata de promover la inserción laboral de los adultos que viven allí y de facilitar el cobro de la renta de integración social, la Risga, a los que tienen derecho a ella. Los que siguen viviendo en As Lamas aseguran que les resulta prácticamente imposible encontrar una casa o un piso al que mudarse pagando un alquiler. «Por teléfono todo es maravilloso y siempre dicen que sí —decía este jueves uno de los que fueron al Ayuntamiento—, pero en cuanto nos ven se acabó, nadie nos quiere alquilar».