La festividad de San Blas se celebrará con la iglesia de A Régoa en obras

En los dos últimos años, la tradicional festividad monfortina de San Blas, una de las más características de Monforte, no se pudo celebrar en su escenario habitual de la iglesia de San Vicente do Pino, sino que tuvo que trasladarse a la de A Régoa. El motivo es que el primero de estos templos está cerrado al culto desde noviembre del 2019, cuando empezaron las últimas obras de restauración realizadas en el interior del edificio. Los trabajos terminaron en la primavera del 2021, pero la iglesia sigue cerrada porque todavía está pendiente la reparación del tejado —dañado en el vendaval de mayo del 2020— y porque aún no se ha instalado una nueva iluminación interior. Ahora se da la circunstancia de la que la iglesia de A Régoa también estará en obras cuando llegue el día de San Blas, el 3 de febrero.

En la iglesia empezaron hace varios días unos trabajos que continuarán hasta marzo, según se prevé en el plazo de ejecución del proyecto. Por este motivo, las fachadas del edificio están ahora cubiertas de andamios. La intervención, que se lleva a cabo merced a un acuerdo entre el obispado lucense y la Diputación, tiene por objetivo reparar la cubierta y repintar y limpiar los muros exteriores, unas operaciones que hace ya mucho tiempo que no se habían vuelto a realizar en el edificio.

El párroco Rafael Mella dice que todavía no se ha decidido qué hacer con respecto a la ya cercana festividad de San Blas y la tradicional ceremonia de bendición de las rosquillas que se lleva a cabo durante la misa, pero cree que lo más probable es que se pueda celebrar con normalidad en A Régoa. «As obras estanse facendo no exterior e non impiden que a igrexa siga aberta ao culto, así que en principio supoño que non haberá problemas para celebrar o San Brais», explica el sacerdote.

Es el tercer templo histórico de Monforte intervenido desde empezó la pandemia

La iglesia de A Régoa es el tercer templo histórico de Monforte en el que se llevan a cabo obras de rehabilitación desde el inicio de la pandemia. En la de San Vicente de Pino, los trabajos ya estaban en plena ejecución cuando se declaró el estado de alarma sanitaria. Más adelante, a comienzos del pasado verano, empezaron las obras de la iglesia del Colegio de la Compañía, que se reabrió al culto en noviembre. Los trabajos en este edificio siguen desarrollándose, pero ahora solo en la parte exterior.

La intervención que se realiza en A Régoa cuenta con un presupuesto de 45.000 euros, aportados por la Diputación. Las obras supondrán la renovación de la práctica totalidad de la cubierta, que según explica Mella, «estaba xa moi deteriorada» y causaba goteras en el interior. «Nos últimos anos había que retellar cada pouco para reparar deterioros, pero con esta obra quedará solucionado ese problema», dice.

Limpieza exterior

El párroco señala que los muros externos del edificio llevaban también mucho tiempo sin repintar ni limpiar, por lo que presentaba un aspecto muy deslucido. El templo perteneció originalmente al antiguo convento de San Jacinto, cuya construcción —financiada por los condes de Lemos— terminó en el siglo XVII. La iglesia ocupa el lugar de otra más antigua, que existió al menos desde el siglo XI.

En el 2021, limitación de aforo y solo 68 asistentes en la misa

Además del cambio de escenario causado por las obras de San Vicente, la celebración de la fiesta de San Blas del año pasado también se vio fuertemente marcada por la pandemia. La misa y la bendición de las rosquillas se llevaron a cabo bajo las restricciones sanitarias vigentes en ese momento, por lo que se aplicó un límite de aforo de setenta personas en el interior de la iglesia. A las celebraciones asistieron en total 68 fieles, un número muy alejado de las muchedumbres que atrae normalmente este festejo.

En febrero del 2021, por otro lado, también se celebraron misas con motivo de la festividad de San Blas en la iglesia del Colegio de la Compañía, donde el límite de aforo estaba marcado en cien personas.

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