Examinando el potencial resinero de Galicia

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

ADRIÁN BAÚLDE

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la empresa Foresín colaboran en un proyecto para buscar fórmulas más rentables de extraer este material de los árboles

11 ago 2021 . Actualizado a las 14:24 h.

La extracción de resina se está convirtiendo en una nueva forma de explotar el monte. De hecho, en los últimos cinco años, Galicia ha pasado de extraer mil kilos de resina a los más de 130.000 del pasado año. El problema es que esta es una actividad que, por sí sola, no resulta demasiado rentable, que supone demasiado trabajo para el beneficio económico que aporta. Por eso el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de la Misión Biológica, y la empresa Foresín han puesto en marcha un nuevo proyecto suprautonómico de investigación. Comunidades de montes gallegas, asturianas y de Castilla-León colaboran con estas y otras entidades para buscar fórmulas que hagan más rentable la extracción de resina.

«Intentaremos innovar lo necesario para que el aprovechamiento de la resina supere el umbral de la rentabilidad», explica Rafael Zas, investigador de la Misión Biológica de Galicia. La idea es buscar «qué métodos de resinación son más eficaces y producen más rendimientos con un menor esfuerzo físico del resinero», añade. Porque, en su opinión, esta actividad tiene muchas ventajas para el monte que actualmente no se valoran. «No solo produce resina, provoca que haya gente en el monte, que este esté desbrozado y que haya presencia humana en los meses de mayor riesgo de incendio. Por todos estos servicios, la actividad debería recibir un apoyo complementario de las administraciones», sostiene. Es, además, una alternativa para las comunidades de montes, que pueden encontrar en ella una fuente de ingresos.

La investigación se está llevando a cabo en tres comunidades de montes gallegas: András, en el municipio de Vilanova, Culleredo, y Ferreira de Pantón, en Monforte. Al mismo tiempo, se está trabajando también en otras dos comunidades asturianas y en una de Castilla-León. El proyecto es amplio y ambicioso y busca «modelizar la producción de resina en los pinares del todo el cuadrante noroccidental de España, desde Castilla-León, donde es una actividad muy extendida, hasta Asturias y Galicia, donde podría implantarse», añade Zas. En la zona gallega, «o proxecto busca saber si temos potencial resinero e valorar ata 14 pastas estimulantes diferentes», añade Roberto Touza, resinero gallego que también participa en esta investigación.

 Trabajos en Monte Lobeira

Parte de todo este trabajo se está desarrollando en una parcela de la comunidad de montes de András, ubicada en el Monte Lobeira, en Vilanova. Allí se han seleccionado 150 ejemplares en los que se ha iniciado el proceso de resinación. «Hacemos una microherida en los árboles, rebajamos la superficie de la corteza y llegamos hasta la madera, donde se aplica lo que llamamos una pasta estimulante», cuenta Zas. En esas heridas se enganchan una serie de tubos, en los que cae la resina. La investigación tratará de determinar varias cuestiones. La primera, cuál de las 14 pastas estimulantes diferentes que están utilizando producen mejores resultados. «Estas buscan hacerle creer al pino que está siendo atacado, para que produzca resina para defenderse, incorpora ácidos para agrandar y prolongar la herida y, por último, evita que la resina cristalice», explica Zas.

Otro de los objetivos de esta investigación es determinar si es posible espaciar la frecuencia con la que el resinero tiene que subir al monte. «Coas pastas que se aplican actualmente, de sulfito e escaiola, os traballadores teñen que ir aos piñeirais cada dúas semanas», cuenta Touza. Los tubos colocados en los pinos de Lobeira se cambian a las 24 horas y 48 horas, a los cuatro días, a los ocho, a los 16 y a los 24. «Queremos saber se se pode atopar unha pasta que produza tanta resina como a que estamos usando agora en dúas semanas», añade. «Este es un trabajo estacional y se trata de saber cuándo se debe iniciar y finalizar ese período para que resulte más rentable. También, si hay un método con el que podríamos resinar todo el año», añade Zas, quien también destaca que el objetivo de esta investigación es conseguir que la labor del resinero sea más eficiente y que, por ejemplo, pueda acudir al monte con menor frecuencia a cambiar los tubos, lo que implicaría mucho menos trabajo.

En Lobeira, se están utilizando técnicas de microresinación, es decir, tubos muy pequeños que son solo para experimentación. Sin embargo, en otras zonas donde también se está llevando a cabo esta investigación se realiza una resinación completa, para comprobar que los resultados son los mismos. Al mismo tiempo, hay también en marcha un trabajo paralelo para conocer si se puede incrementar la calidad de la resina. «Se recoge en unas bolsas cerradas en las que cae la resina más pura y que se evapora menos», asegura Zas. El objetivo es ver si este producto, de más calidad, puede obtener también mayor precio en los mercados.

 Los primeros resultados

Aunque todavía es pronto, porque las investigaciones siguen en marcha, ya se cuentan con los primeros resultados. El primero de ellos deja claro que el potencial resinero de Galicia es similar e incluso superior al de Castilla-León, donde esta actividad está mucho más implantada. El segundo se refiere a las pastas. De las catorce que se están utilizando en la investigación, hay tres que están dando mejores resultados que el resto «y no son las más utilizadas», asegura Zas. Muestra de que, de este proyecto, saldrán muchas aplicaciones diferentes que los resineros gallegos podrán llevar a la práctica para ser más rentables.