El mausoleo del cuarto conde de Lemos sale a la luz en la iglesia de San Vicente do Pino

MONFORTE DE LEMOS

Técnicos del IPCE trabajando en el mural que formó parte del mauseleo del cuarto conde de Lemos
Técnicos del IPCE trabajando en el mural que formó parte del mauseleo del cuarto conde de Lemos IPCE

Las obras de restauración que se realizan en el templo ponen al descubierto un gran mural que formó parte del monumento funerario

02 nov 2020 . Actualizado a las 19:45 h.

Las obras de restauración de la iglesia de San Vicente do Pino que lleva a cabo en Monforte de Lemos el IPCE —Instituto del Patrimonio Cultural de España, dependiente del Ministerio de Cultura— han puesto al descubierto lo que queda del mausoleo del cuarto conde de Lemos y de su esposa, que estuvo ubicado inicialmente en este templo y después fue trasladado al convento de San Antonio, desaparecido en el siglo XIX. El monumento fúnebre consiste en una pintura mural de grandes dimensiones que se conserva en el muro norte del crucero de la iglesia y que comprende un crucifijo y dos hornacinas decoradas en las que se supone que se encontraban las sepulturas y las estatuas de ambos personajes. «É un monumento funerario do primeiro Renacemento galego que ten un interese histórico e artísticos extraordinario», señala el delegado de patrimonio histórico del obispado lucense, César Carnero.

La decoración pictórica del antiguo mausoleo comprende además una serie de motivos geométricos y figuras humanas y de animales fantásticos. Según explica Carnero, se supone que el monumento fúnebre comprendió además unas estaturas del conde Fernando Ruiz de Castro —muerto en 1575— y su esposa, Teresa de Andrade Zúñiga y Ulloa. «O máis probable é que fosen unhas estatuas orantes similares á escultura do cardeal Rodrigo de Castro que se encontra na igrexa do Colexio da Compañía», señala. «Tamén é moi probable que esas esculturas estivesen feitas con mármore do Incio, como os escudos que se conservan na entrada do pazo condal situado xunto á igrexa de San Viente», añade.

Carnero apunta por otra parte que todo indica que los condes de Lemos tenían previsto instalar el panteón de la dinastía en la iglesia de San Vicente. «No momento en que se construíu o mausoleo, as relacións entre a Igrexa e casa condal eran cordiais, pero despois houbo un desacordo porque os condes se comprometeran a achegar unha axuda económica para a construción do templo e para pagar os servizos relixiosos», indica. «Pero ese compromiso non se cumpriu totalmente e entón decidiuse cambiar de lugar as tumbas do cuarto conde e da súa muller», agrega.

Estas sepulturas fueron trasladadas entonces al convento de San Antonio, situado en la plaza donde ahora está la casa consistorial. Este monasterio sufrió graves daños durante la invasión francesa de 1809 y fue posteriormente demolido. Las tumbas del cuarto conde y de su mujer, así como la de otros miembros de la casa condal, fueron destruidas y sus restos desaparecieron.