Evaristo Rodríguez, el discípulo del doctor Teijeiro que brilló como alcalde

Felipe Aira

MONFORTE DE LEMOS

Homenaje a Evaristo Rodríguez por su nombramiento como alcalde, celebrado en 1909 en la Fonda de la Estación
Homenaje a Evaristo Rodríguez por su nombramiento como alcalde, celebrado en 1909 en la Fonda de la Estación ARCHIVO F. AIRA

La comitiva fúnebre colapsó el centro de Monforte el día de su sepelio

25 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Evaristo Rodríguez Rodríguez, afamado cirujano especialista en ginecología y obstetricia, fue seguidor de la escuela del Doctor Teijeiro. Contaba con una enorme simpatía entre los monfortinos, que contribuiría a prolongar más de lo habitual en la época su paso por la alcaldía. Las crónicas sobre su fallecimiento cuentan que a al entierro asistió una verdadera multitud. Cuando la comitiva fúnebre giraba de la calle Cardenal hacia la avenida de Osma, actual avenida de Galicia, en dirección al cementerio municipal, la cola llegaba hasta la plaza de la Constitución, como se llamaba entonces la plaza de España. Allí tenía este médico su residencia, una casa que en la actualidad sigue perteneciendo a sus descendientes.

Evaristo Rodríguez Rodríguez, es el autor de una crónica fechada en junio de 1882 en la que deja constancia de la primera vez que se vio funcionar una máquina de vapor por parte de la compañía del Noroeste en Monforte de Lemos. Fue con motivo de una prueba, un breve recorrido entre Ribas Altas y As Fontes de Reigada. Todo un hito, en aquel momento. En el año 1886 se le adjudican las responsabilidades como médico de la cárcel del partido judicial monfortino, y médico auxiliar precisamente de la Compañía del Ferrocarril.

Preside la Cruz Roja

En noviembre de 1898 fue elegido primer presidente de la junta de gobierno de la Cruz Roja en Monforte. Para ello se reunían en el salón de plenos del Ayuntamiento las autoridades civiles y militares con la presidencia interina del subdelegado Luis Miñano. Una vez expuesto el objeto de la reunión, y tras dar cuenta de los estatutos por el secretario interino, Castor Cornide, acuerdan constituir la referida junta de gobierno de la Cruz Roja en Monforte. El presidente, Evaristo Rodríguez, está acompañado en esta junta por Luis Pérez Guitián, vicepresidente primero; José García Rodríguez, vicepresidente segundo; Manuel Hermida, contador; Tomás Somoza Caamaño, depositario de fondos, Raimundo Fernández, director de almacén a efectos de Sanidad; Ramón Álvarez García, secretario; y Ricardo Fernández Castro, vicesecretario.

La Asamblea Suprema de la Cruz Roja Española otorga en junio de 1900 a Evaristo Rodríguez la medalla de oro por los servicios prestados como presidente de la comisión en Monforte de dicha benéfica institución. Por aquel entonces ocupaba otro destacado cargo, el de presidente del Casino Tertulia.

De Osma lo apoyaba

Evaristo Rodríguez fue el hombre elegido por Guillermo de Osma, diputado en Cortes e influyente político de la época, para optar y ocupar la alcaldía monfortina. El futuro regidor era una persona respetada, un excelente profesional de la medicina con amigos indistintamente entre los republicanos, liberales o conservadores. Primaba la persona, ante todo. La elección de Evaristo Rodríguez como alcalde se consumó en junio de 1909, cuando toma el revelo de Ramón Sánchez.

El edificio de la escuela de idiomas, en la foto, y el de los juzgados se levantaron en la etapa de Evaristo Rodríguez
El edificio de la escuela de idiomas, en la foto, y el de los juzgados se levantaron en la etapa de Evaristo Rodríguez ALBERTO LÓPEZ

Sánchez ocupaba el cargo desde octubre del año 1908, cuando Pedro Feijoo, al hacerse cargo del acta de diputado provincial, abandona la responsabilidad de alcalde monfortino. Por intrigas políticas, Evaristo Rodríguez, es separado del cargo de alcalde por orden gubernativa cinco meses después de tomar posesión, siendo el comerciante local Tomás Somoza Caamaño nombrado sustituto por Real Decreto.

Evaristo Rodríguez vuelve a ser nombrado alcalde en el mes de abril del año 1910, cargo que ocupa hasta mayo de 1918. De las crónicas se desprende que el pueblo monfortino acogió de buen grado esta decisión, que se veía como justa reparación de la arbitrariedad que había obligado al médico monfortino a entregar la alcaldía a las diez de la noche del día en que fue destituido, sin guardar siquiera la consideración de esperar a la jornada siguiente.

Durante su mandato al frente de la alcaldía, se lograron importantes avances especialmente, en el tema educativo y social. Una imagen muy significativa de los apoyos con los que contaba Evaristo Rodríguez es la fotografía realizada en junio de 1909 delante de la Fonda de la Estación que compartimos en esta publicación. En ella se puede ver a una buena parte de los más influyentes monfortinos del momento, fotografiados en la estación de Monforte con motivo del banquete ofrecido en honor al nuevo alcalde.

Entre los asistentes podemos citar a Julio Arias Méndez, vicepresidente de la Comisión Provincial; Emilio Mazaira Beltrán, exalcalde de Monforte y diputado provincial; Manuel Rodríguez en representación de la sociedad Liceo Artístico-Armonía Monfortina; Antonio Rodríguez Somoza, en representación de la sociedad Casino Tertulia; Antonio Rodríguez González, representando a la Sociedad Obrera de Trabajadores; Emilio Mabo, comandante militar; y los sacerdotes escolapios, Francisco y Pedro.

No faltaba nadie

También estaban en aquel homenaje a Evaristo Rodríguez, entre muchos otros, José Parrilla Baamonde; Camilo Baamonde, Mariano Arias Rotea, Enrique de la Fuente, Gonzalo Sánchez Taíz, Antonio Méndez Casal, Manuel Fernández Moreiras, Benito Usatorre, Manuel Andrade, Demetrio Fernández Guitián, Alejandro Mazaira, Tomás Sánchez Sieiros, Félix Lecea, Pedro Pontón, Manuel Baamonde, Toribio Díaz Vieites, Amador López Espinosa, Enrique Suárez Figueroa, Manuel Madrano Roldán, Manuel Rodríguez Marbán, Luis Rodríguez Goicoechea, Adriano Quiñones, Juan Nuevo, Luis Rodríguez Alvarado, Pedro Juan Pontón, Antonio Carballada, Emilio Fernández Moreiras, Luis de Fontecha, Manuel Mosquera, Antonio Rodríguez de las Heras, José Álvarez Baamonde, José Taboada Quiroga, Pedro Boo Pita, Ramiro Ledo, José Míguez, Manuel Yáñez y José de Fontecha.

Un político preocupado por mejorar el acceso de las mujeres a la educación

En sus años de mandato —ocho en total, todo un récord para aquellos tiempos— primaron las gestiones encaminadas a mejorar la pésima asistencia a los centros escolares por parte de la juventud monfortina, problema que afectaba especialmente a la educación de la mujer. Existían entonces el colegio del Cardenal, administrado por los Escolapios, y otro colegio masculino que dirigía Pedro Rodríguez Regís. Para las niñas, estaban las escuelas de Rosalía Somoza y Herminia Rúa. Evaristo Rodríguez gestiona dos nuevos centros destinados a la enseñanza y para ellos se levantan los edificios que ahora albergan los juzgados y la escuela oficial de idiomas.

Evaristo Rodríguez consiguió además en su mandato salvar del abandono un histórico edificio monfortino. Nos referimos al convento de los dominicos, levantado en el siglo XVII por los condes de Lemos con el nombre de San Jacinto y conocido popularmente por Santo Domingo. A comienzos del siglo XX, estaba abandonado y amenazando ruina. La iglesia anexa estaba en mejor estado, ya que, en el año 1835, había pasado a ser sede de la parroquia de Santa María de A Régoa, poco antes de la demolición del templo románico primitivo de A Régoa, situado en la actual Plaza de España.

Colegio Divina Pastora

El antiguo convento dominico, había quedado vacío tras las desamortizaciones del Trienio Liberal y de Mendizábal, durante las décadas de los años veinte y treinta del siglo XIX. En la etapa de Evaristo Rodríguez, y tras haber sido utilizado como acuartelamiento militar, presentaba un estado lamentable. Con la ayuda del concejal Emiliano Pérez y Pérez, el alcalde negocia la llegada a Monforte de las religiosas dedicadas a la docencia Hijas de la Divina Pastora. La cesión del inmueble con fines educativos se hizo efectiva por acuerdo plenario el año 1914.

Iglesia de A Régoa, con el antiguo colegio Divina Pastora a su izquierda
Iglesia de A Régoa, con el antiguo colegio Divina Pastora a su izquierda ALBERTO LÓPEZ

En su mandato también se gestiona, por un acuerdo con la Compañía Peninsular de Teléfonos la instalación de la línea telefónica que llegaría a Monforte en junio de 1913. En el año 1915, se informa al Ayuntamiento de que la Compañía Peninsular de Teléfonos tiene la concesión y explotación del centro telefónico urbano de Monforte. Ese mismo año, una zona cercana a la estación ferroviaria fue el lugar elegido para la instalación de talleres de carga y descarga de proyectiles y cartuchería.