«Estamos atendiendo a más clientes porque los bares están cerrados»

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Clientes esperando a ser atendidos ante un estanco de la calle Julio Camba de Monforte
Clientes esperando a ser atendidos ante un estanco de la calle Julio Camba de Monforte FRANCISCO ALBO

Los estancos del sur lucense afrontan el período de alarma con más actividad de la habitual, pero con gran preocupación

27 mar 2020 . Actualizado a las 20:49 h.

Los estancos del sur lucense afrontan el período de confinamiento extremando las medidas de seguridad sanitaria y con un volumen de trabajo que se ha incrementado de una forma considerable. «Estamos atendiendo a más clientes de lo habitual porque la gente sigue fumando igual que antes pero ahora ya no se puede surtir en las máquinas de los bares», explica María Soba, responsable del estanco monfortino La Oveja Negra. «Hai unha modificación importante no día a día porque como xa non se pode comprar tabaco nos bares, hai máis afluencia no mostrador», dice por su parte Alejandro Mato, que regenta un estanco de la avenida de Lugo, en Chantada.

En cuanto al comportamiento de los clientes, María Soba dice que ha tenido que llamar la atención a algunas personas por acudir a su estanco demasiado a menudo. «Hay gente que en vez de surtirse de tabaco para varios días va comprando de cajetilla en cajetilla y viene aquí todos los días o incluso más de una vez al día, porque eso les sirve de excusa para salir más a la calle», señala. «Por este motivo ya tuve que echar más de una bronca, porque con ese comportamiento lo que se consigue es que todos estemos más expuestos a los contagios», agrega.

Medidas de seguridad

Por lo que respecta a las medidas de seguridad, aunque son muy estrictas en todos los estancos, pueden variar según los establecimientos. En los de María Soba y Alejandro Mato los clientes pueden acceder al interior del local, pero manteniendo siempre la distancia mínima exigida y observando otras precaucaciones. «Yo he colocado unas marcas en el suelo para señalar dónde tienen que quedarse los clientes mientras esperan, a dos metros uno de otro, y la gente en general las respeta aunque tuve que reñir a algunos», dice Soba.

En el referido estanco de Chantada, las medidas de seguridad han comprendido la colocación de una mampara y de un ozonizador para purificar el aire. Los trabajadores del establecimiento usan en todo momento guantes y mascarillas, y además ofrecen geles desinfectantes a los clientes.

En otro estanco de Monforte, situado en la calle Julio Camba, se ha optado por cerrar la puerta del local con una mesa que hace las veces de mostrador. Los clientes tienen que esperar en el exterior y van pasando de uno en uno a una entrada flanqueada por dos escaparates laterales antes de ser atendidos en el mencionado mostrador.

En lo que coinciden los responsables de los diferentes establecimientos es en que por ahora no ha notado ningún problema en cuanto al abastecimiento de tabaco. «O transporte segue funcionando con toda normalidade e a mercadoría chega igual que antes», dice Mato. «Como moito, algunha vez hai que esperar unha hora máis», concluye.

«Algunos vienen muchas veces porque les sirve de excusa para salir más a la calle»

«Nos sentimos fatal porque no nos han facilitado materiales de protección»

La necesidad de observar unas estrictas medidas de seguridad en un período en el que la afluencia de clientes es mayor que antes supone una seria preocupación para los establecimientos de venta de tabaco. «Nos sentimos fatal porque tenemos que abrir sí o sí, pero no nos han facilitado materiales de protección», dice Patricia Losada, que trabaja en el estanco monfortino de la calle Julio Camba. «Tenemos que buscar nosotros mismos los guantes y mascarillas, pero conseguirlos es muy difícil», añade.

Losada señala además que su preocupación por el peligro de contagio es muy alta por el hecho de convivir con una persona en situación de riesgo, que padece problemas cardíacos. «Después de estar atendiendo a tanta gente en el estanco, al llegar a casa tengo que tener muchísimo cuidado porque también allí hay que mantener la distancia de seguridad y limpiar y desinfectar todo constantemente», explica.

Por otro lado, Losada dice que la mayoría de los clientes respeta las normas de seguridad. «Siempre hay alguno al que hay que llamar la atención por no guardar las distancias o por otro motivo, pero se ve que en general la gente está cada vez más concienciada y casi todos se portan bien», señala. «También hay alguno que viene a buscar tabaco todos los días, pero la mayor parte de los clientes entiende es que mejor espaciar las compras y no venir con demasiada frecuencia», añade.