Esta plantación está formada por catorce pinos plantados por su actual propietario hace aproximadamente cuarenta años. «Los puse -asegura- para purificar el aire en el pueblo, nada más». Él asegura que si pensase que pueden suponer un peligro no dudaría en cortarlos, pero es que está convencido de que no representan un riesgo para nadie. Y además no le consta que el Ayuntamiento de Monforte haya aprobado ninguna resolución que le obligue a talarlos. «Lo que hizo el Ayuntamiento -explica- es notificarme la obligación de que mantenga limpia la finca en la que están, nada más».
El dueño de estos pinos, que prefiere que no se publique su nombre en el periódico, afirma que este sábado fue a Outeiro en cuanto lo avisaron de que había caído uno de los árboles. Y añade que se ofreció a retirarlo con sus propios medios este mismo lunes. Se queja de que los que presentaron la denuncia en el 2016 para obligarle a cortarlos lo recbieron de malos modos. «Me dijeron que no lo retirase -afirma-, que ya iban a venir los bomberos a quitarlo y que me iban a pasar la factura a mí».