La Rúa Vella, refugio de los condes y objetivo de la Inquisición

felipe aira MONFORTE

MONFORTE DE LEMOS

Empedrado original de la Rúa Vella y del resto de las calles del recinto intramuros
Empedrado original de la Rúa Vella y del resto de las calles del recinto intramuros ALBERTO LÓPEZ

La vía surgió en el siglo XII para comunicar la puerta de Pescaderías con el originario palacio condal

28 jul 2019 . Actualizado a las 12:34 h.

¿La calle más antigua de Monforte? Es una pregunta para la que documentalmente no hay respuesta, aunque se puede afirmar que la Rúa Vella es sin duda una de las más antiguas. En el siglo VIII, tras ser arrasado el primitivo cenobio benedictino que se encontraba en las inmediaciones del puente medieval, los monjes se refugian en el monte luego conocido como de San Vicente do Pino, donde levantan un nuevo edificio religioso. En el siglo XII se crea el señorío de Monforte por medio de un acuerdo entre la comunidad benedictina y los monarcas, junto a Urraca de Castilla y Ramón de Borgoña. Aquellos primeros señores feudales, Froila Díaz y Estefanía Sánchez, levantan la primitiva fortaleza que circunda buena parte del monte.

La Rúa Vella fue abierta en ese siglo para comunicar la puerta conocida como de Carnicerías o Pescaderías con el primitivo palacio condal, levantado originariamente donde hoy podemos ver los depósitos del agua. En el siglo XVI, los condes de Lemos construyen un nuevo palacio y se producen otros hechos relevantes que conducen a que la Rúa Vella comience a perder importancia. A partir de este momento, coincidiendo con el fin de la Edad Media, la estructura urbana monfortina inicia un importante desarrollo fuera de muralla con el consiguiente abandono de la ciudad intramuros.

El estudio de padrones correspondientes a la villa de Monforte de los siglos XVI al XVIII, conservados en la Real Chancillería de Valladolid, aporta datos de gran interés sobre esa calle. En el año 1654, constan dieciocho vecinos que abonaban impuestos. Entre ellos había varios escribanos así como un zapatero, un albañil, un sastre y un armero. El número de residentes fue descendiendo y en el año 1705 eran solo doce, entre Los que algunos conservaban el tratamiento de «don» en los documentos de la época.

Familias con bajos ingresos

Durante la primera parte del siglo XIX, solamente algunas familias de grandes limitaciones económicas seguían viviendo en la Rúa Vella. En su inmensa mayoría, las casas estaban abandonadas y destinadas a la ruina.

En diversos documentos pertenecientes a los monjes de San Vicente do Pino se menciona que el conde de Lemos tenía un refugio en esta calle medieval. También se ubica en ella a un judeoconverso, llamado Francisco Fernández Facha, luego perseguido por la Inquisición, acusado de «judaizar». La familia de los Gaibor, una de las más adinerados de la población, tenía varias propiedades en la Rúa Vella.

De regreso al callejero oficial, pero sin vecinos

Una relación-descripción del Estado de Lemos durante la etapa del XI conde Ginés Fernández Ruiz de Castro (1666-1741), dice: «Descolgándose la cuesta por la parte que mira a mediodía, se ven las casas que componen el centro de la villa; las más de ellas arruinadas por la poca estabilidad que permite la desigualdad del terreno y solo en la calle de la Falagueira se mantienen algunas casas y en esta calle tiene la villa la del ayuntamiento y la cárcel, que deben reparar de sus propios medios que importan un año con otro, 100 ducados. Prosigue por la cuesta otra calle que llaman la Zapatería con dos aceras de casas y de la Rúa Vieja solo se ven las ruinas».

Después de muchos años ausente, la Rúa Vella volvió al nomenclátor local. Figura en el listado oficial de calles de Monforte a pesar de no tener vecinos, una triste realidad que se mantiene desde hace ya casi dos siglos. El abandono que experimentó tiene, por así decirlo, su «lado bueno». La calle se libró de la adulteración que sufrieron otras zonas históricas a cuenta del cemento y el ladrillo. Conserva incluso en buena parte el piso de adoquines original medieval, que también salió a relucir en las obras en la vecina Rúa Falagueira.

Contigua a la Rúa Vella estaba la hoy desaparecida plaza de los

Ourianes, citada en padrones del Ayuntamiento y en los libros parroquiales de A Régoa hasta los primeros años del siglo XX. Poco más se sabe de ella.