«El barrio se nos cae a pedazos»

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE

MONFORTE DE LEMOS

El tramo de calzada donde cayeron los escombros fue cerrado con vallas. En el solar situado junto a la casa derruida había otro edificio que también se desplomó a finales del 2017
El tramo de calzada donde cayeron los escombros fue cerrado con vallas. En el solar situado junto a la casa derruida había otro edificio que también se desplomó a finales del 2017 CEDIDA

Se derrumba otra casa en la calle Leopoldo Calvo Sotelo. La construcción era contigua a otro edificio que también se vino abajo a finales del 2017

03 may 2019 . Actualizado a las 20:19 h.

Una casa del barrio monfortino de la Estación se vino abajo este jueves, en un suceso que obligó a cortar al tráfico durante horas la calle Leopoldo Calvo Sotelo. No se produjeron heridos, aunque perfectamente pudo haberlos, porque el edificio que se desplomó estaba habitado. En ese momento no estaban dentro ninguna de las dos personas que viven en la casa, y tampoco pasaba nadie por la calle. Parte de los cascotes cayeron en la acera y en la calzada. «El barrio se nos cae a pedazos», comentaba una vecina parada ante las ruinas unas horas después del derrumbe. No es una frase del todo exagerada, porque este tipo de episodios se han convertido en poco menos que habituales en un barrio en el que buena parte de los edificios llevan años vacíos.

De la fachada principal solo quedó en pie la planta baja
De la fachada principal solo quedó en pie la planta baja CARLOS CORTÉS

El edificio que se vino abajo esta vez es una vivienda unifamiliar de planta baja y un piso de altura, situada en el número 155, en el tramo de esta larga calle más cercano a la plaza de la Estación. A su izquierda, aguanta en pie una casa de similares hechuras y antigüedad en la que no vive nadie. Y a su derecha está el solar que dejó vacío el desplome de tres edificios que se produjo el último día de diciembre del 2017. Era el último derrumbe que se producía en el barrio.

Hasta el de este jueves, que ocurrió un poco antes de las tres de la tarde. Los vecinos que viven en los edificios de enfrente se sobresaltaron con el ruido. En la casa vivían dos personas, un hombre y su tía de edad avanzada, así que en un primer momento temieron que pudiese haber víctimas. Pero no, porque los dos ocupantes de la vivienda habían salido unas pocas horas antes. Según algunos vecinos, esas dos personas estaban preocupadas porque el día anterior habían oído unos ruidos sospechosos dentro de la vivienda, que pudieron hacerles temer por la estabilidad del inmueble.

A primera hora de la tarde, el hombre que vivía en la casa que se vino abajo se encontraba junto a las ruinas, muy impresionado por lo que había sucedido. Ni él ni sus acompañantes quisieron hacer declaraciones. Se limitaron a insistir en que nadie había resultado herido.

El derrumbe dejó la casa casi destruida. De la fachada que da a la calle solo quedó en pie la planta baja, el tejado se derrumbó sobre el interior y la medianera también se vino parcialmente abajo. La casa afectada tiene una fachada relativamente estrecha, de aproximadamente siete metros de longitud, pero sus dimensiones son considerables, porque de fondo mide unos veinte metros.