La restauración exterior de la iglesia San Vicente do Pino ya está terminada

MONFORTE DE LEMOS

El edificio está preparado para iniciar la siguiente fase de su rehabilitación, que obligará a mantenerlo cerrado durante un año

27 feb 2019 . Actualizado a las 19:00 h.

Los trabajos de rehabilitación de los muros exteriores de la iglesia monfortina de San Vicente do Pino ya llegaron a su fin. En los últimos días se han ido retirando los andamios utilizados en las obras de la fachada sur, donde se concentró gran parte de la intervención y que ya muestra su nuevo aspecto tras haber sido enfoscada y pintada por primera vez desde que se construyó el templo, hace aldededor de cuatro siglos. Las trabajos también incluyeron la limpieza de la fachada principal y el exterior de la cabecera de templo.

El final de la operación se retrasó cerca de un mes, ya que en principio estaba previsto que quedase terminada durante la segunda quincena del pasado enero. La demora se debió al frío intenso registrado en la ciudad durante las primeras semanas del año, que impidió que fraguasen los morteros utilizados para revestir los muros exteriores de pizarra y obligó a detener las obras a la espera de que mejorasen las condiciones meteorológicas.

Siguiente intervención

Una vez concluida esta fase, ya se cumplen las condiciones requeridas para iniciar la siguiente, que se desarrollará al interior de la iglesia y que obligará a mantener el edificio cerrado por espacio de casi un año. Según indica el delegado de patrimonio histórico del obispado lucense, César Carnero, ahora se espera que el Ministerio de Cultura licite en breve plazo las obras de la siguiente fase, para la que se ha destinado una partida de en torno a 670.000 euros, de los que 400.000 fueron incluidos en los presupuestos de este año. Estos trabajos afectarán principalmente a los conjuntos de pinturas murales de la cabecera y del muro norte del crucero de la iglesia y se calcula que durarán por lo menos unos once meses.

Para acometer la restauración de estas pinturas ?añade Carnero? se consideraba imprescindible impermeabilizar los muros exteriores y frenar las filtraciones de agua que se registraban desde hace mucho tiempo en el interior del edificio. Ese era precisamente el objetivo de los trabajos que acaban de terminar en el exterior del edificio. La intervención más urgente es la que se llevará a cabo en los murales de la cabecera de la iglesia, que datan de la década de 1920 y se encuentran en un avanzado estado de deterioro. Los del crucero ?datados en el siglo XVII? se encuentran en mejores condiciones, ya que han estado protegidos por una capa de cal desde hace mucho tiempo y no han sufrido en la misma medida los efectos de la humedad.

El obispado, apunta por otro lado César Carnero, confía en que las obras de la nueva fase no tarde en ser licitadas y contratadas, de forma que los trabajos puedan empezar esta primavera. «O último obstáculo que había para iniciar as obras xa está superado e agora non hai ningún outro impedimento técnico para iniciar a actuación», añade.