Los vecinos de Folgoso do Courel pagan la restauración de un retablo barroco del siglo XVIII

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

FOLGOSO DO COUREL

Los trabajos de restauración del retablo (a la izquierda de la imagen) durarán hasta noviembre
Los trabajos de restauración del retablo (a la izquierda de la imagen) durarán hasta noviembre CEDIDA

La obra se conserva en la iglesia parroquial de Santa Mariña

16 sep 2022 . Actualizado a las 20:18 h.

En la iglesia parroquial de Santa Mariña de Folgoso do Courel se lleva a cabo la restauración del retablo de la Virgen de Rosario, una pieza de estilo barroco del siglo XVIII. La intervención presenta la particularidad de que es sufragada íntegramente por los vecinos de la parroquia a través de donativos. El proyecto tiene un coste total de 9.575 euros. Las obras empezaron a ejecutarse en vísperas de las pasadas fiestas patronales de la localidad —celebradas el 18 y el 19 de agosto— y se prolongarán hasta noviembre.

El párroco de Folgoso, Jesús Río Ramilo, señala que el retablo no fue construido de forma específica para este templo, según consta en un documento que localizó Jesús Salvador López, responsable del departamento de patrimonio histórico y artístico de la diócesis lucense. «Ese documento sinala que o retablo procede dalgunha outra igrexa e que a finais do século XVIII foi comprado, desmontado e montado de novo en Folgoso», explica el párroco. En aquellos tiempos —añade—, la localidad formaba parte de un coto administrado por la Orden de Santiago.

Ataques de insectos

El retablo tiene una altura de cerca de 4,80 metros y una anchura de en torno a 2,50 metros. La pieza está montada sobre un zócalo de 1,60 metros de alto. La restauradora Teresa López Pérez, que dirige la intervención, señala que en un primer examen se estimó que el retablo sufría importantes daños causados por insectos xilófagos. «Pero ese examen inicial se hizo desde el suelo y una vez que se montó el andamio y pudimos revisar el retablo con más detalle, vimos que la afectación es menos intensa de lo que parecía al principio y que entra dentro de lo normal en este tipo de obras», explica.

El estudio previo, por otro lado, reveló que el retablo fue repintado en su totalidad sobre su policromía original con dos tipos diferentes de pinturas —purpurinas doradas y plateadas y capas de color verde, marrón y rojo—, lo que alteró profundamente el aspecto de la obra. En la restauración está previsto suprimir los repintes y devolver al retablo su imagen original en la medida de lo posible. Otros desperfectos detectados en la pieza se deben a que en su superficie se clavaron numerosas puntas, muchas de las cuales tienen restos de cordones. La restauradora señala que probablemente fueron clavadas para sujetar algún elemento, como telas para tapar las imágenes en algún acto litúrgico.

Hasta el momento lo que se ha llevado a cabo es una primera limpieza del retablo y un tratamiento de desinsectación. También se empezaron a retirar los repintados. Según la restauradora, en el examen preliminar se tuvo la impresión de que la policromía original de la pieza se conserva en gran medida por debajo de las capas de pintura que se añadieron posteriormente. «Ahora estamos viendo que esa policromía efectivamente se mantuvo en bastante buen estado», añade. Esta circunstancia ayudará a devolver al retablo su apariencia original.