«Algunha vantaxe tiña que ter vivir nun sitio tan apartado como Hórreos»

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

FOLGOSO DO COUREL

Una niña residente en Hórreos hace volar una cometa, en una fotografía tomada el pasado martes
Una niña residente en Hórreos hace volar una cometa, en una fotografía tomada el pasado martes CEDIDA

Los escasos vecinos de una aldea de la sierra de O Courel que fue repoblada en el 2008 apenas notan el confinamiento

20 mar 2020 . Actualizado a las 09:14 h.

La aldea de Hórreos, en el municipio de Folgoso do Courel, se distingue de otras localidades de la sierra por haber sido ocupada de nuevo tras un largo período en el que estuvo totalmente deshabitada. Nadie vivió en la localidad desde principios de la década de 1970 hasta el 2008. Ahora tiene dos casas habitadas y un total de cinco vecinos, que viven el período de confinamiento de una forma peculiar. «Ao ser tan pouca xente non o notamos moito e facemos máis ou menos a mesma vida de sempre», explica Pilar Veiga, integrante de una de las dos familias que viven actualmente en Hórreos.

Por otro lado, en la localidad no viven personas de edad muy avanzada, al contrario de lo que sucede en las demás aldeas de la sierra, donde una gran parte de los vecinos pertenece al grupo de mayor riesgo sanitario. «O maior de todos nós ten cincuenta anos, así que a situación é distinta da que hai noutros lugares», dice Veiga a este respecto. «Nós seguimos traballando na horta e podemos saír a tomar o aire en calquera momento, porque nestes momentos non hai risco de que nos encontremos con xente de fóra», agrega. Por Hórreos no pasan habitualmente muchos visitantes -continúa la vecina-, ya que no cuenta con establecimientos turísticos y se encuentra muy apartada de otras localidades, un hecho que provocó precisamente su despoblación. «Veñen algunha vez os empregados do Concello para colgar os papeis dos bandos municipais e pouco máis», precisa Pilar Veiga. Con la actual restricción de los desplazamientos, la posibilidad de que aparezcan otras personas por la aldea se ha vuelto todavía menor. «Algunha vantaxe tiña que ter vivir nun sitio tan apartado como Hórreos, porque para moitas outras cousas supón un problema», comenta la vecina.

Los contactos con el exterior de la familia de Pilar Veiga se limitan a algunas compras que hacen en un pequeño supermercado de Seoane, la segunda localidad más importante del municipio después de la capital, Folgoso. Tanto ella como su marido, Pedro Romero, se encuentran ahora sin ocupación. Ella hace limpieza doméstica en casas de gente mayor de otras localidades -algo imposible en las actuales circunstancias- y Pedro, que trabaja como autónomo en diversas obras, no tiene ningún encargo. Su hija, que estudia en el colegio de Seoane, hace en casa los deberes que le encargaron para este período.

«Só temos restricións as poucas veces que saímos de aquí»

Pilar Veiga y Pedro Romero se fueron a vivir con su hija a Hórreos hace doce años -fueron los primeros tras la prolongada etapa de abandono por la que pasó la aldea- porque fue en este lugar donde encontraron la mejor oferta para comprar una vivienda y unos terrenos. Antes intentaron establecerse en otras localidades de la sierra de O Courel que están habitadas, pero no encontraron propietarios dispuestos a venderles lo que buscaban a un precio que le resultase asequible. Ninguno de ellos tiene raíces familiares en la comarca. Pilar es de Lugo y Pedro, de A Estrada.

Durante los primeros años que pasaron en la aldea, la familia se dedicó a criar un rebaño de ovejas y cabras -que sufrió algunos ataques de lobos-, pero acabaron por abandonar esta actividad por no resultarles rentable y desde entonces viven de otros trabajos. La actual situación de alarma sanitaria hizo que se quedasen sin ocupación. «Agora temos un colchón para ir tirando durante un tempo, pero despois non sabemos o que vai pasar», dice Pilar a este respecto.

Mientras esperan el fin de la alarma sanitaria llevan un modo de vida que no se diferencia mucho del habitual. «As poucas veces que saímos de aquí, por suposto que temos que seguir as mesmas restricións que todo o mundo, como a de non poder viaxar dúas persoas ao mesmo tempo nun coche ou a de manter as distancias de seguridade con outras persoas se imos facer as compras a Seoane, que o único para o que nos movemos -apunta la vecina-, pero na aldea case non nos damos conta do confinamento»,