El jugador del CB Chantada comenzó a los 5 años en el fútbol y a los 18 se decantó por el baloncesto
23 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.A cualquier entrenador le gustaría contar en sus filas con un jugador de la talla de Gabriel Gómez Hermoso en su equipo. El madrileño atesora talento, tiene experiencia y destaca por su compromiso y ambición. El privilegio de contar con sus servicios lo tiene el Ucoga Seguros CB Chantada Ensino. La aportación del jugador está siendo importante en la trayectoria del líder del grupo A-B de la liga EBA.
El idilio de Gómez Hermoso comenzó a los 5 y fue con el fútbol. Jugó con los equipos del colegio Jesús Maestro de Madrid. Lo hacía de central, y sus actuaciones no pasaron desapercibidas para algunos de los clubes de fútbol de la capital. Y fue el Alcobendas el que lo fichó. «Fue una etapa bonita, porque le ganamos al Real Madrid el campeonato de liga», señala.
Pero como respiraba deporte por los cuatro costados, Gómez Hermoso entró en contacto con el básquet a los 14 años. «Recuerdo que no tenía ni idea de botar un balón, pero el director de mi colegio me dijo que podía hacer una prueba con el Olímpico 64, y allá fui. Después de varios días entrenando, el entonces técnico del equipo, Adolfo García, tenía que elegir entre dos porque solo quedaba una ficha, y apostó por mí», añade.
Esa decisión fue clave en la carrera del jugador. Gómez Hermoso empezó a destacar y su evolución fue meteórica. Coincidió en el equipo con el actual entrenador del Estudiantes, Javier Zamora, con el que mantiene una gran amistad, y con el jugador de la NBA, Juancho Hernán Gómez. «Adolfo marcó mi carrera, al igual que Zamora. Fueron años espectaculares», dice.
Hasta los 18 años compaginó fútbol y baloncesto, pero a esa edad tuvo que tomar su gran decisión: básquet o fútbol. Y se inclinó por el baloncesto. No fue extraño, puesto que este deporte le venía en los genes. Sus padres, Lourdes Hermoso y Gabriel Gómez, habían jugador al básquet. La primera llegó a estar preseleccionada con el equipo nacional -una lesión de rodilla truncó su más que posible internacionalidad- y su progenitor, que se formó en la cantera del Estudiantes, ascendió a la LEB con el equipo del Canal Isabel II. «Ese día los hice muy felices, porque priorizaba su deporte, el básquet», asegura.
Su primer proyecto sénior fue en el Covibar Rivas. Desde aquí dio el salto al Estudiantes para pasar después al Hesperia San Jorge. Acto seguido fichó por el Narón, en la que fue su primera experiencia fuera de Madrid. «Esa fue la temporada de mi explosión y un punto de inflexión en mi carrera, porque por primera vez tuve ficha oficial de la EBA», puntualiza.
Su llegada a Lugo
Tras esta experiencia regresó a casa. Fichó por el Alcobendas, y desde aquí emprendió viaje a Lugo para jugar en el Estudiantes. «Me vine porque sabía que aquí podía seguir creciendo, y de hecho el primer año entrené con el Breogán con Natxo Lezcano y Tito Díaz», dice.
Llegó a tener contrato con el Breogán -fue de un mes y medio en pretemporada-. Tras su paso por Estudiantes fichó por el CB Chantada. «Me llamó Fafián, y como no me salió nada de categoría no me lo pensé, y me vine», afirma.
La de Chantada siempre fue su primera opción. «Di el paso, porque el CB Chantada siempre lucha por ascender y me gusta la manera de trabajar del míster», añade.
Gómez Hermoso está contento con el rol que tiene y con la marcha del equipo. «Tengo un papel diferente, ya que pasé de jugar de 4 a hacerlo de 3. Menos protagonismo ofensivo pero Fafián insiste mucho en la defensa, y es que si no defiendes olvídate de tener minutos», señala.
Sobre el objetivo del equipo. «No me planteo otra cosa que no sea acabar primeros y entrar en la fase de ascenso a la LEB Plata», comenta.
Solo básquet
En casa de Gómez Hermoso solo se habla de baloncesto. No es de extrañar, ya que la pareja del madrileño es la jugadora del Ensino, Laura Aliaga. «Nada más llegar a casa, la pregunta de uno y del otro es ¿qué tal tu entrenamiento? ¿y el tuyo», concluye el jugador del CB Chantada.