«Muchas veces volví con más de cien truchas»

CHANTADA

Un veterano cañista de Chantada recuerda los tiempos en que no era raro sacar piezas de un kilo en el Asma

20 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Antiguo párroco del barrio madrileño de La??????Moraleja, el sacerdote retirado Raúl Gómez Noguerol, de 81 años, es una leyenda viva entre los pescadores de Chantada.

-¿De cuándo viene su afición a la caña?

-Empecé en Chantada cuando tenía 8 años, en 1937 o 1938, con un gran pescador, el Ramoniña. Al mismo tiempo aprendimos Pirucho -otro histórico- y Lorenzo el municipal. Por este orden, los mejores pescadores que conocí, y la Alameda era la zona del Asma donde más estábamos, aunque también íbamos a las presas de O Seixo y César. Siempre cebo natural, miñoca, saltamontes y grillo. Con grillo se sacaban las piezas más grandes. No me olvido del «recastado», una técnica que mezclaba la miñoca en el anzuelo con una pluma de ave, acompañada de un movimiento característico.

-¿Hay mucha diferencia entre los aparejos de entonces y los de ahora?

-Las cañas las fabricábamos nosotros con bambú fino para la puntera y más grueso para el mango, como el de las escobas. Para el carrete, la línea y los anzuelos teníamos a Almacenes Román.

-¿Y la abundancia era también muy distinta?

-Había muchas truchas, bogas y anguilas. Estas últimas donde más se cogían era en el tramo final del río, cerca ya de la desembocadura en el Miño, pero también en la zona alta era fácil sacarlas. Muchas veces volví con más de cien truchas, y no solo en Chantada, el Sardiñeira o el Enviande, sino también en ríos de Madrid como el Bornova y el Pelagallinas. Pescar truchas de un kilo no era raro en el Asma, y eso que yo la más grande la saqué en el Miño y solo pesaba 3,5 kilos. No había guardarríos y las licencias comenzaron a expedirse en 1950 o 1952. Había gente que vivía de lo que pescaba y las piezas se vendían a casas particulares.

-¿Ir ahora de pesca ya no es lo mismo que antes?

-Antes íbamos todo el día, llevábamos la comida y pescábamos hasta las nueve de la noche, se pescaba mucho. Hoy eso no se hace. La última vez que fui al Asma fue hace cinco años y ya noté un bajón muy grande. El problema es que las presas de molinos y de riega están vacias y es importantísimo que se cierren porque son una reserva de agua en verano y es el lugar de freza de las truchas. Repoblar con truchas de fuera no es lo que necesita el río.