Abiertos 12 años después los primeros kilómetros de la autovía Lugo-Ourense

Carlos Cortés
Carlos Cortés A BARRELA / LA VOZ

CARBALLEDO

El tramo inaugurado este miércoles mide 8,8 kilómetros, casi todos en el municipio lucense de Carballedo
El tramo inaugurado este miércoles mide 8,8 kilómetros, casi todos en el municipio lucense de Carballedo Santi M. Amil

No hay perspectivas para seguir las obras en Lugo. El secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes anuncia que el tramo prioritario es ahora el más cercano a Ourense

24 sep 2020 . Actualizado a las 13:20 h.

La autovía que tiene que unir Lugo con Ourense tiene por fin un tramo construido y en servicio. Este miércoles circulaban los primeros vehículos por la A-56 entre el municipio lucense de Carballedo y el ourensano de Vilamarín. Son 8.9 kilómetros que costaron cerca de 55 millones de euros y cerca de doce años de obras, porque los trabajos estuvieron paralizados por completo entre el 2010 y el 2015, a causa de los recortes de gasto en infraestructuras que el Gobierno central aplicó debido a la crisis económica. En el Ministerio de Transportes no aventuran plazos para seguir con las obras, pero sí aseguran que ahora se van a concentrar en los tramos más cercanos a la ciudad de Ourense.

Y el caso es que la continuidad de las obras es en este caso especialmente importante, porque este tramo por sí mismo tiene una utilidad muy limitada. No sirve para el que se supone es su trayecto principal, el de Lugo a Ourense. Solo resulta funcional para los desplazamientos entre la capital lucense y Vigo a través de O Carballiño y la comarca ourensana de O Ribeiro. El secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Sergio Vázquez, admitía sobre el terreno que es preciso continuar con el proyecto de esta autovía. «En Galicia -afirmó- los proyectos van a seguir adelante y, sobre todo, los hechos y la inversión tanto en el ferrocarril como en las carreteras».

Sergio Vázquez acudió este miércoles por la mañana a supervisar los últimos retoques antes de que a las tres de la tarde empezasen a circular coches por estos casi nueve kilómetros de autovía. Acompañado por el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, los subdelegados de Lugo y Ourense y los alcaldes de la zona, el secretario general de Infraestructuras enfrió cualquier expectativa que pudiera haber sobre un rápido inicio de las obras en el resto de los tramos de esta autovía en la provincia de Lugo. El esfuerzo inversor del ministerio en Lugo, explicó, se centrará en la autovía hacia Santiago. No se sabe cuándo van a empezar las siguientes obras, entre otras cosas porque no hay ningún contrato de construcción listo para adjudicar, pero Sergio Vázquez tiene claro que el segundo tramo en abrir tiene que ser el más próximo a la ciudad de Ourense.

Cuando en el año 2003 empezó a proyectar la A-56, el entonces Ministerio de Fomento la dividió en nueve tramos. Los más próximos a la capital ourensana son el de Quintela a Eirasvedras (1,70 kilómetros de longitud), el de A Casilla a Quintela (3 kilómetros) y el de A Casilla a Cambeo (9 kilómetros). Ahí es dónde están los tramos de la N-540 (la actual carretera de Lugo a Ourense) con más intensidad de tráfico y esa es la razón fundamental porque en el actual ministerio creen que las obras deben seguir por ahí.

El diputado ourensano del PP, Celso Delgado, presente en el acto de Carballedo, llamó la atención sobre el retraso que lleva este proyecto en el tramo ourensano: «Según las previsiones iniciales, la salida de Ourense debía llevar un año en obras».

Lo cierto es que en las proximidades de Ourense están también los tramos más caros de construir. El de Eirasvedras a Quintela, el que llevan año reivindicando instituciones, partidos y agentes sociales en la capital ourensana, cuesta 35 millones de euros. Pero es que los tres kilómetros del que le daría continuidad hacia el norte, el de A Casilla a Quintela, necesitan una inversión de 128 millones de euros. Es un coste de 42 millones por kilómetro, frente a los cinco del tramo inaugurado este miércoles.

El cartel del acceso a la autovía, este miércoles por la mañana, todavía tapado
El cartel del acceso a la autovía, este miércoles por la mañana, todavía tapado CARLOS CORTÉS

Los carteles indicadores ya advierten que para ir a la capital ourensana es mejor la N-540

La A-56 es la autovía Lugo-Ourense, pero su primer tramo no vale para hacer ese recorrido. Existía el riesgo de que la que es la primera autovía del sur de la provincia de Lugo se convirtiese en una trampa para automovilistas despistados. Entrar en ella es fácil para quienes van sentido Ourense, pero salir es otra historia.

El extremo sur de estos 8,8 kilómetros de autovía termina sin conexión directa con la N-540, la que lleva a Ourense. Para volver a esa carretera hay que dar un rodeo por Cea.

Pero el cartel indicador situado en la rotonda que distribuye desde ayer el tráfico entre la N-540 y la A-56 una dice que la autovía no lleva a Ourense, sino a Cea y, a través de la OU-901, a O Carballiño.

La Xunta se queja de «desprezo institucional» porque no fue invitada

El acto oficial programado este miércoles en Carballedo provocó un comunicado crítico de la Consellería de Infraestruturas. En este departamento de la Xunta se quejan de no haber sido invitados a participar. Los portavoces de esta consellería creen que se trata de una muestra de «desprezo institucional».

En la Consellería de Infraestruturas aseguran haberse enterado por los medios de comunicación de la apertura del primer tramo de la A-56, y recuerdan que en el Gobierno central consta de sobra el interés de la Xunta por este proyecto. El Gobierno gallego, añaden los portavoces de esta consellería, «trasladou de forma reiterada ao Executivo central ao longo dos últimos anos o carácter estratéxico e prioritario que ten para a vertebración de Galicia a autovía entre Lugo e Santiago». Ese interés se refuerza, añaden en la consellería, porque el tramo que acaba de entrar en servicio captará tráfico de la LU-901, la carretera que forma el denominado Eixo do Ribeiro, que une Ribadavia y O Carballiño con A Barrela.

En este comunicado, difundido el martes por la tarde, los portavoces de la Consellería de Infraestruturas decían confiar en que el secretario general de Infraestructuras concretase durante su visita a Carballedo las fechas previstas para empezar la sobras en todos los demás tramos de la autovía Lugo-Ourense.

El tramo recién abierto, al detalle

  • Dónde está. El tramo de la A-56 A Barrela-San Martiño abierto al tráfico atraviesa de norte a sur el municipio lucense de Carballedo. Su extremo sur termina en el término municipal de Vilamarín, ya en Ourense
  • Cuánto mide. Su longitud es de 8,8 kilómetros, 8,3 en la provincia de Lugo y 0,5 en la de Ourense
  • Cuánto tiempo llevó. Doce años, pero no de obras ininterrumpidas. Su construcción empezó en el 2008, se interrumpió con los recortes en infraestructuras del 2009 y se reinició en el 2015
  • Cuánto costó hacerlo. La inversión total ha sido de 54,8 millones de euros. De esa cantidad, 39 millones corresponden a las obras, 13,6 a las expropiaciones y 2,2 millones más a las asistencias técnicas, control y vigilancia, seguridad y salud y medio ambiente