Los proyectos de obra de la autovía Lugo-Ourense ya no valen

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

CARBALLEDO

ROI FERNÁNDEZ

El Ministerio de Transportes dice que hay que revisarlos y actualizarlos

09 jun 2020 . Actualizado a las 11:27 h.

El Ministerio de Transportes se resiste a desvelar qué fechas maneja para abrir el primer trozo de la autovía Lugo-Ourense. Sí confirma que las obras del tramo de nueve kilómetros que pasa por el municipio de Carballedo están «en su fase final», pero nada más. Eso sí, que nadie espere que la inauguración coincida con avances importantes en el resto de los tramos, en los que todavía no se ha movido ni una piedra. Se suponía que los proyectos técnicos más avanzados son los que quedan al norte de Carballedo, los que pasan por las comarcas de Chantada, A Ulloa y Lugo. Pero no, resulta que esos proyectos han envejecido mal y necesitan una revisión completa.

Los responsables técnicos del ministerio que idearon esta autovía la dividieron en su momento en nueve tramos distintos, cinco en la provincia de Lugo y cuatro en la de Ourense. Por alguna razón no explicada todavía, el denominado San Martiño-enlace norte de A Barrela fue el primero en el que empezaron las obras en el año 2009. Se trata de un tramo intermedio, que tiene un extremo en el límite entre las dos provincias y el otro nueve kilómetros al norte. entre los municipios lucenses de Carballedo y Chantada.

En longitud representa aproximadamente el 10% de lo que medirá la autovía cuanto esté terminada. Su utilidad como autovía independiente es también escasa. No servirá para quienes hacen el trayecto entre Lugo y Ourense, porque solo tiene un enlace directo con la actual N-540 en su extremo norte. En el sur, para volver a la ruta hay que hacer varios kilómetros por una carretera convencional y no muy ancha. Sí vale para quienes circulan entre la provincia de Lugo y la comarca ourensana de O Ribeiro o el área de Pontevedra.

Como este trayecto por sí solo tiene poco sentido, cabría esperar que una vez pasados once años desde el inicio de la construcción de estos nueve kilómetros, el Ministerio de Transportes tuviese en su agenda ir dando salida a alguno de los otros siete, pero no parece el caso. Los cuatro tramos de la provincia de Lugo son los que están más avanzados. El de Carballedo tiene las obras a punto de terminar, y en los de Chantada norte-Taboada, Taboada-Ventas de Narón (Portomarín) y Ventas de Narón-Guntín están terminados los proyectos, y se suponía que solo faltaba la decisión política de financiar las obras para poder adjudicar su construcción. Pero portavoces del Ministerio de Transportes confirman que antes de llegar a ese punto hará falta «actualizar los proyectos existentes para adecuarlos a la normativa y situación actuales».

Eso quiere decir, añaden en el ministerio, que hace falta «licitar los respectivos contratos de servicios de redacción». Si en Transportes tienen plazos concretos para corregir estos proyectos técnicos y adaptarlos a la realidad actual, todavía no los adelantan. Su respuesta oficial a esta pregunta es que «en todos los casos se avanzará conforme a la disponibilidad presupuestaria».

En cuanto a los proyectos de la provincia de Ourense, tampoco hay novedades. El de Eirasvedras-Quintela tiene el proyecto terminado, mientras que los de Quintela-A Casilla, A Casilla-Cambeo y Cambeo-San Martiño están en fase de redacción.

Diez años de espera a que llegase la contratación de las obras

Al proyecto de la autovía entre Lugo y Ourense le llegó la crisis económica del 2008 en el peor momento posible. En el año 2010, cuando el Ministerio de Fomento de entonces decidió congelar la inversión en grandes infraestructuras, el tramo de Carballedo llevaba algo menos de un año en obras. Y los demás de la provincia de Lugo estaban prácticamente listos para la contratación de su construcción. Los proyectos técnicos que el ministerio da por caducados se terminaron precisamente aquel año, en el 2010. Por lo tanto, llevaban diez años esperando a que llegase el siguiente paso, el de la contratación de las obras.

Cuando por fin esté construida, la autovía A-56 dejará las ciudades de Lugo y Ourense a algo menos de cien kilómetros de distancia. Es una longitud similar a la de la actual N-540, pero la autovía reducirá notablemente el tiempo de viaje y lo hará más cómodo. Al margen de los diez kilómetros en obras en Carballedo, otros 22 ya están en realidad construidos. Son los que la A-56 comparte con la A-54 (Lugo-Santiago), en servicio desde el 2015.

De los setenta kilómetros pendientes de construir (los del itinerario completo entre Lugo y Ourense menos los 22 kilómetros de la autovía Lugo-Santiago con los que conectaría en Guntín), diecinueve discurren por la provincia de Ourense. Suponen menos de la mitad de los cincuenta de la provincia de Lugo, pero incluyen un tramo especialmente complicado desde el punto de vista técnico, el del enlace con la ciudad de Ourense.

ALBERTO LÓPEZ

Más de treinta millones y cinco años de parón

La construcción del tramo San-Martiño-A Barrela de la A-54 fue adjudicada en agosto del 2008 por 32 millones de euros a la empresa Vías y Construciones SA. Las obras empezaron en el 2009, pero poco después llegaron los recortes provocados por la crisis y en el 2010 quedaron paralizadas. Hasta que cinco años después el ministerio retomó el proyecto y adjudicó de nuevo las obras, que empezaron otra vez en julio del 2015. Cinco años después, están prácticamente terminadas.