Una granja de vacas de O Incio y un rebaño de ovejas de A Pobra do Brollón los sufrieron con anterioridad
13 nov 2022 . Actualizado a las 18:49 h.Desde el pasado verano, la presión del lobo parece haber aumentado de forma significativa en el sur lucense. Trascastro, en O Incio; Veiga, en A Pobra do Brollón; y —más recientemente— Freituxe, en el municipio de Bóveda, sufren sus incursiones. Son concellos que padecieron directamente o están situados en el perímetro de las zonas arrasadas por los incendios del pasado mes de julio, en cuyos efectos ven algunos ganaderos el origen de los ataques que sufren sus rebaños.
El último tuvo lugar el pasado miércoles en la parroquia de Freituxe, en los límites de Bóveda con A Pobra do Brollón. Un lobo mató un carnero que pastaba al mediodía con un rebaño de nueve ovejas cerca de las casas. El propietario de las reses pudo verlo escapar. Otros aseguran haberlo visto deambular por las proximidades del pueblo y dicen que se le siente aullar de noche. «É un lobo grande, a min cruzóuseme diante do coche», comenta un vecino.
A mediados de octubre, los propietarios de un rebaño perdieron dos ovejas en Veiga por un ataque que achacan al lobo. Cerca de allí, en una explotación experimental propiedad de Medio Rural aparecieron muertas esos días una vaca y la res que acababa de parir. Los cadáveres presentaban numerosas dentelladas, pero no está claro que las muertes se debiesen a los lobos. En la parroquia de Trascastro, limítrofe con el municipio de A Pobra do Brollón —afectado por el incendio de O Courel— una explotación de vacas cachenas perdió diez reses desde julio en ataques atribuidos al lobo.
