Dos cosecheros picados con Amandi, así nació la Feira do Viño de Vilachá

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

A POBRA DO BROLLÓN

La Feira do Viño de Vilachá, cuando aún se celebraba en casetas en el campo de la fiesta
La Feira do Viño de Vilachá, cuando aún se celebraba en casetas en el campo de la fiesta NACHO GÓMEZ

También la de Sober tiene su intrahistoria: los primeros vinos que se embotellaron eran de bodegas de la parroquia monfortina de Marcelle

28 abr 2023 . Actualizado a las 12:20 h.

Se habla mucho de la rivalidad entre las ferias del vino de Amandi y Chantada. Posiblemente tenga que ver más con el poder de convocatoria que con lo que allí se vende. Las laderas del Sil y el Miño, de distintos microclimas, imprimen estilos difícilmente comparables a lo que sale de sus bodegas. En términos cualitativos, la competencia de mayor arraigo histórico se dio entre Amandi y Vilachá de Salvadur, riberas hermanadas por el Sil a su paso por los municipios de Sober y A Pobra do Brollón, respectivamente. La desconocida historia de un pique de dos cosecheros de Vilachá con sus homólogos de Sober está en el origen de la feria que se celebrará el primer fin de semana de mayo.

La Feira do Viño de Vilachá de Salvadur llega este año a su treinta edición. En una de las bodegas centenarias de A Abelaira estará Puri Díaz Ferreiro, con sus vinos acogidos a la denominación de origen Ribeira Sacra. «Vilachá naceu grazas a feira de Sober, algún día contarei esta historia...», escribió estos días en su cuenta de Facebook. Conoce muy bien esta historia porque su padre, Reimundo Díaz Vila, recientemente fallecido, fue uno de sus protagonistas.

«Meu pai e Pepe Xila quixeron participar un ano na feira do viño que daquela xa celebraban en Sober. Pensaban que tiña máis sentido ir alí que a Quiroga», desvela ahora Puri Díaz. La propuesta de los cosecheros de Vilachá no fue bien recibida en Sober, según la memoria que guarda ella. «Volveran moi cabreados —recuerda— e decidiron montar unha feira do viño aquí. Se os chegan aceptar, igual non se facía».

Reimundo Díaz y Pepe Xila fueron hace más de treinta años los impulsores de la Feira do Viño de Vilachá. Xila dio de alta su bodega en Ribeira Sacra cuando se puso en marcha la denominación de origen. La primera feria que se contabiliza como tal en esa parroquia de A Pobra fue en 1993, tres años antes de la concesión de ese reconocimiento por parte del Ministerio de Agricultura.

No abrían las bodegas

Antes se habían celebrado algunas ediciones con unos criterios de participación que pronto se antojaron demasiado flexibles para los organizadores. «Viña xente de moitos sitios a vender o viño. Hai trinta anos esixiuse por vez primeira que para participar había que ter adega en Vilachá», explica Puri Díaz. Curiosamente, en aquella etapa en la feria de Vilachá de Salvadur no abrían las centenarias bodegas de A Abelaira. Los puestos —incluso cuando se restringió la participación— se instalaban alrededor del campo de la fiesta. Primero se pusieron unas casetas de madera, que luego serían sustituidas por otras de planchas metálicas.

La edición de 1993 fue la primera en la que abrieron las bodegas centenarias para la feria
La edición de 1993 fue la primera en la que abrieron las bodegas centenarias para la feria ROI FERNÁNDEZ

«Os que participaban ían polo viño ás adegas e levábano aos postos para vendelo. Cando decidiron despachar nelas foi porque estaban cansos de carretar botellas», comenta entre risas la bodeguera. Cuando la feria se desarrollaba en el campo de la fiesta, apenas quedaba sitio para los puestos del pulpo. «Algún —evoca Puri Díaz— tivo que poñerse daquela dentro do baixo da nosa casa».

Amandi y Vilachá de Salvadur fueron las laderas preferidas por los benedictinos cuando, a partir del siglo XIV, el cultivo del viñedo se expandió en el territorio que ahora se conoce por Ribeira Sacra. Esa predilección está avalada por documentos de la época, que dejan constancia de disputas entre el clero y la nobleza por la titularidad de las viñas. A mediados del siglo XIX, el científico monfortino Antonio Casares destacaba —tras realizar diversas analíticas— la calidad superior de los tintos de ambas zonas en su libro Observaciones del cultivo de la vid en Galicia.

Ni las bodegas del Cabe

«Dende Amandi ata a desembocadura do Lor é unha mesma ribeira e hai un tipo de viños común. Son máis enteiros, teñen máis grado. É normal que en tempos nos que os medios de elaboración eran outros fosen os máis apreciados. Outra cousa é que deixasen aos de Vilachá co seu viño a Sober», ironiza el expresidente del consejo regulador de Ribeira Sacra, José Manuel Rodríguez, organizador a su vez de las primeras ferias de Amandi. «Daquela —dice— non deixaban ir nin ás adegas de Sober da ribeira do Cabe. Cando as deixaron, tiñan que poñerse aparte».

En las dos primeras ferias de Amandi no exponían como ahora cosecheros a título particular. En 1981, el año inaugural, el Ayuntamiento de Sober compró trece barricas de un canado cada una —alrededor de 30 litros— de las que se servía directamente al público el vino promocionado. En la feria de 1982 ya se degustó vino previamente embotellado, aunque genérico. No era de Sober, sino de Monforte. Las botellas, 2.000 en total, fueron adquiridas a los cosecheros de este último municipio Campelo de Marcelle y Severino de Riocovo.