Una carretera inservible por las talas en los pinares que ardieron este verano

Luis Díaz
Luis díaz MONFORTE / LA VOZ

A POBRA DO BROLLÓN

El estado de la carretera impide circular a vehículos que no sean todoterreno
El estado de la carretera impide circular a vehículos que no sean todoterreno CARLOS RUEDA

La empresa tuvo que facilitar un todoterreno a la única pareja que vive en una aldea de A Pobra do Brollón

27 dic 2022 . Actualizado a las 19:15 h.

El trasiego de camiones tráiler que transportan madera procedente de las talas en las zonas afectadas por el devastador incendio del pasado verano en la sierra de O Courel hacen intransitable la carretera entre la capitalidad del municipio de A Pobra do Brollón y la aldea de A Veneira de Roques. La capa de firme desapareció de este vial de la Diputación, por el que solo se puede circular en todoterreno —y no sin dificultades— hasta el cruce de Covadelas. A partir de ahí, ni siquiera un vehículo de esas características garantiza el poder sortear los baches.

Las consecuencias medioambientales de los incendios en los ríos también preocupan en la zona. Cauces como el del arroyo de Saa presentan un fuerte enlodamiento y una tonalidad anaranjada que no tiene que ver con la presencia de aguas ferruginosas. Algunos vecinos lo atribuyen a movimientos de tierras en las zonas de las talas.

La carretera LU-P-4707 discurre por pueblos que en la mayoría de los casos permanecen deshabitados durante los meses de invierno. Es el caso de las aldeas de A Veneira de Roques y Forgas, donde se conserva la tipología tradicional de las viviendas y hay obras de restauración en curso. En Covadelas, por el contrario, reside una pareja a la que la empresa responsable de las talas ha tenido que facilitar temporalmente un todoterreno para evitar que queden incomunicados. «Falamos coa empresa e fíxose o que se puido», apunta el alcalde de A Pobra do Brollón, José Luis Maceda.

El arroyo de Saa, enlodado, en su confluencia con el río Rubín, ya en A Pobra
El arroyo de Saa, enlodado, en su confluencia con el río Rubín, ya en A Pobra LOIS BARBAO

El vial en cuestión conduce desde la capitalidad del municipio al paraje conocido como A Pena dos Catro Cabaleiros, situado a 1.131 metros de altitud en los límites entre A Pobra do Brollón, Samos, O Incio y O Courel. Desde el mirador ubicado en ese lugar se divisa una espectacular panorámica del valle del río Lóuzara y la sierra de A Escrita, con los montes de O Courel de fondo. La última escala de la ascensión desde A Pobra es la aldea de A Veneira, uno de los principales reclamos turísticos de la zona, que alberga unas antiguas minas de hierro explotadas desde tiempo inmemorial.

Pensó que quedaba allí

Eladio Gómez, ourensano con vínculos familiares en A Pobra do Brollón, tiene por norma subir en bicicleta cada Nochebuena hasta la Pena dos Catro Cabaleiros. Este año cumplió con la tradición a cuenta de jugarse el tipo. La ascensión por la vertiente de Monteagudo aún fue llevadera, pero en el descenso por A Veneira apenas encontraba firme donde posar las ruedas. «Llegué a casa cubierto por completo de barro, de los pies a la cabeza. Pero al menos llegué. No sabía que la carretera estaba así y creí que no salía del sitio», explica.

El tránsito de camiones de gran tamaño cargados de madera levantó la capa de firme
El tránsito de camiones de gran tamaño cargados de madera levantó la capa de firme Carlos Rueda

El fotógrafo Carlos Rueda colgó en su cuenta de Facebook varias imágenes ilustrativas del estado en el que se encuentra la carretera que conduce a Os Catro Cabaleiros. Los comentarios de denuncia de vecinos y personas con vínculos en las aldeas afectadas arrecian. Rueda recorrió el tramo que se encuentra en mejor estado, entre el barrio de A Pousa, dentro de la parroquia de Saa, y el desvío de Lebrón. Aun así, no pudo evitar daños en los bajos de su todoterreno. «Peguei abaixo —señala— porque non queda practicamente rastro da capa asfáltica».

Cuando mejore el tiempo

Esa zona de montaña de A Pobra do Brollón fue una de las más afectadas por el incendio que calcinó el pasado mes de julio 11.100 hectáreas en la sierra de O Courel y los montes aledaños. Solo la comunidad de montes de la parroquia de Saa ingresará del orden de un millón de euros por las ventas de la madera quemada.

Consultada sobre el problema que se plantea en esa carretera provincial, la Diputación de Lugo informó que la empresa maderera que realiza las talas se comprometió a reparar la carretera «unha vez rematen os traballos e tamén cando mellore o tempo». «Agora, coa chuvia e o frío, non é o ideal facelo», señalan las mismas fuentes.