En Vilachá la fiesta fue empezando el sábado a media mañana, a medida que iban abriendo las bodegas tradicionales y los puestos instalados por las de fuera. Ese día terminó de madrugada, con un concierto del grupo Brassica Rapa. La presencia de público fue subiendo a medida que avanzó la jornada. Lo mismo pasó este domingo, de forma que a la una, la hora a la que tenía que empezar el pregón, las zonas de paso entre las bodegas estaban repletas de gente, como el interior de las que abrieron.
En el campo de la fiesta, cientos de personas siguieron el discurso del alcalde, José Luis Maceda, que agradeció a los bodegueros de Vilachá su empeño por mantener vivas las viñas y dio paso a Xabier Díaz. El músico agradeció la invitación y encaró un pregón escrito en verso que empezó leído y acabó cantado, entre elogios a las vendimiadoras de Vilachá, recuerdos a la tradición que se pierde cada vez que cierra una casa de aldea y también una crítica descarnada a Ignacio Galán, el presidente de Iberdrola, por sus polémicas declaraciones sobre los «tontos» y el precio de la luz, al que llamó, entre otras cosas, «paspán desleigado, señorito dos de sempre».