Desentierran un horno portátil milenario en el castro de Cereixa, en A Pobra do Brollón

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

A POBRA DO BROLLÓN

Los arqueólogos recuperaron numerosos fragmentos del horno de cerámica, que esperan poder reconstruir parcialmente
Los arqueólogos recuperaron numerosos fragmentos del horno de cerámica, que esperan poder reconstruir parcialmente CEDIDA

Es una de las escasas piezas de este tipo halladas hasta ahora en Galicia

30 ago 2021 . Actualizado a las 17:22 h.

La última campaña de excavaciones arqueológicas del castro de San Lourenzo de Cereixa -en el municipio de A Pobra do Brollón- ha proporcionado un hallazgo muy poco habitual. Se trata de los restos de un antiguo horno cerámico portátil que data posiblemente de la Edad del Hierro, un singular artefacto del que ya se conocían anteriormente otros ejemplares -aunque en un número muy escaso- en diversos yacimientos de Galicia, Asturias, León y el norte de Portugal. Hasta ahora, la única pieza de este tipo registrada en la provincia de Lugo es una que procede del castro de Barán, en el municipio de Paradela.

Lo que diferencia este hallazgo de otros similares es el hecho de que el horno descubierto en el castro de Cereixa parece haber sido encontrado en el lugar original donde estuvo en funcionamiento en su día, según explica el arqueólogo Xurxo Ayán, director de las excavaciones. Un estudio publicado en el 2013 en el libro Experimentación en arqueología. Estudio y difusión del pasado -agrega- menciona quince yacimientos del noroeste ibérico donde se descubrieron otros artefactos de esta clase. En la mayoría de ellos, los restos de los hornos estaban dispersados y claramente desplazados de su lugar de origen. Solo en uno de estos casos -en el yacimiento de Corporales, en el municipio leonés de Truchas- los vestigios del aparato aparecieron depositados dentro de una construcción.

Ubicación de los restos del horno en el lugar del hallazgo
Ubicación de los restos del horno en el lugar del hallazgo

Esto es lo que sucede también con el que acaba de aparecer en el castro de Cereixa. «O forno estaba moi esnaquizado, pero permanecía dentro dunha estrutura construtiva de paredes de cachotería, onde cremos que debía de estar situado orixinalmente», dice a este respecto Ayán. El horno tiene la misma anchura que el recinto que lo contenía y que presenta una forma estrecha y alargada. «Todo parece indicar que o forno está integrado nesta construción, o que tamén é lóxico, porque se estivese ao aire libre perdería moita calor durante o proceso de cocción», añade el arqueólogo.

Posible antigüedad

Los investigadores aún no han podido determinar la antigüedad de la pieza, pero los otros hornos portátiles hallados en el noroeste de la Península fueron datados principalmente entre los siglos IV y I antes de la era actual. «Nalgúns casos tamén aparecen asociados a contextos romanos e incluso máis tardíos, da época visigoda, pero na súa maioría parecen ser da Idade do Ferro», señala Ayán. Lo que sí se pudo precisar de momento es que el horno está fabricado con arcilla de origen local.

Los responsables del proyecto arqueológico de Cereixa analizan ahora en el laboratorio los restos de horno y esperan poder reconstruir la estructura original de la pieza, al menos de forma parcial. Los artefactos de este tipo están normalmente compuestos de dos partes: un recipiente inferior y una campana que lo cubría. Los restos recuperados en las excavaciones parecen corresponder a la parte inferior, pero los investigadores no descartan la posibilidad de descubrir en el mismo lugar los vestigios de la campana que se utilizó para cubrir el horno

También se espera averiguar con mayor precisión de la antigüedad de la pieza, ya que en el mismo lugar se encontraron numerosos restos carbonizados que serán sometidos a una datación por carbono 14.

Un artefacto que pudo servir para la metalurgia, para la cocina o bien para ambas funciones

Los investigadores que estudian el antiguo horno encontrado en el yacimiento del castro de Cereixa no han podido determinar aún la función que tuvo este artefacto, lo que también sucede con otras piezas del mismo tipo halladas en diversos yacimientos. Según apunta Xurxo Ayán, a este respecto se manejan tres hipótesis. Una de ellas es que el horno tuviese un uso metalúrgico. «Iso foi o que pensamos nun primeiro momento, pero na estrutura construtiva onde estaba o forno só apareceu un anaco de escoura de ferro, polo que xa non o temos moi claro», añade. Otra posibilidad es que el horno sirviese para cocer alimentos. La tercera hipótesis es que haya servido indistintamente para ambas funciones.

Los exámenes de los numerosos fragmentos de la pieza efectuados hasta ahora indican que el horno está hecho de una clase de cerámica oscura y bruñida similar a la que se ha registrado en numerosos yacimientos castreños de Galicia. Asimismo , se ha podido comprobar que en su fabricación se utilizó mucho desengrasante, es decir, el material que se mezcla con la arcilla para conferirle solidez y para que soporte mejor las altas temperaturas durante la cocción, evitando posibles roturas. En este caso, los materiales utilizados como desengrasante son la arena y la mica.

Sin ninguna decoración

Por otro lado, Xurxo Ayán apunta que la hechura del antiguo horno de Cereixa es «moi basta» y que la pieza no tenía ningún tipo de decoración incisa, al contrario de lo que ocurre con numerosas muestras de cerámica de la época castreña.

Parte inferior del horno de Castromao, guardado en el Museo Arqueolóxico de Ourense
Parte inferior del horno de Castromao, guardado en el Museo Arqueolóxico de Ourense

Una parrilla de tipo Castromao, nombre tomado de un yacimiento de Celanova

El antiguo horno de cerámica descubierto en Cereixa pertenece a un tipo denominado Castromao, un nombre tomado de un castro del municipio de Celanova donde se encontró la pieza de este tipo mejor conservada de entre todas las que se descubrieron hasta ahora en Galicia y en los territorios próximos. El horno de Castromao fue encontrado en 1942 y desde entonces es custodiado en el Museo Arqueolóxico de Ourense, donde pudo ser reconstruido en buena parte.

El artefacto hallado en Celanova está formado por dos partes. La inferior presenta una forma casi cilíndrica y tiene un diámetro de unos sesenta centímetros. Sus paredes laterales miden 38 centímetros de altura. El fondo de este recipiente está perforado con una serie de agujeros redondos de unos seis centímetros de diámetro, formando una parrilla. La parte correspondiente a la tapa tiene una forma semejante, pero más achatada, y su altura es de veinte centímetros.

La pieza arqueológica fue sometida hace años a un análisis de difracción de rayos X que mostró que la arcilla con la que está fabricado el fondo de la parrilla no contiene rastros de moscovita. La ausencia de este silicato, según apuntaron los investigadores, muestra que la pieza pasó por procesos largos de calentamiento o bien por temperaturas de cerca de mil grados.