Los murciélagos de la Cova das Choias, a la espera de que les renueven el censo

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

A POBRA DO BROLLÓN

ROBERTO HERMIDA

Los investigadores quieren saber si la población se recupera tras el cierre de la gruta

25 ene 2020 . Actualizado a las 11:54 h.

La asociación conservacionista Drosera prevé realizar este invierno un censo de los murciélagos de especies protegidas de la Cova das Choias, en A Pobra do Brollón. Hace ya más de dos años que se cerró con una valla de madera la entrada de la cueva -precisamente para atajar las visitas incontroladas y proteger a los animales- y desde entonces no se realizó un recuento para saber en qué estado se encuentran estas colonias. «Cando se toman estas medidas de protección, os seus efectos poden tardar en notarse entre dous e tres anos», explica Roberto Hermida, biólogo del referido colectivo. «Por iso sería conveniente facer un censo para ver como están hoxe as poboacións da Cova das Choias», añade.

Hermida dice asimismo que la asociación -que en su día propuso el cierre de la entrada de la cueva- está interesada en saber si la medida tiene realmente un efecto positivo en la conservación de las colonias de murciélagos. «Temos as nosas dúbidas, porque o peche da cova non se fixo ao final como recomendamos nós e a barreira non impide totalmente acceder ao interior», explica, «así que non sabemos con certeza se se logrou reducir as visitas incontroladas que prexudicaban os morcegos».

Los responsables de la asociación Drosera apuntan por otro lado que lo ideal sería realizar dos censos en dos épocas diferentes del año, ya que la cueva alberga dos especies de murciélagos consideradas como raras y amenazadas. Por una parte -según explican-, el invierno es el período más adecuada para hacer el recuento de los ejemplares de murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum), ya que ahora están en hibernación en el interior de la cueva. En verano, la cavidad acoge una colonia de cría de murciélagos de cueva (Miniopterus schreibersii), con la que el censo debe realizarse de una forma más complicada.

En los últimos censos efectuados antes del cierre de la cueva, la colonia de murciélago grande de herradura se estimó en unos cien ejemplares. «Cremos que esta poboación ten un carácter máis estable, porque nos últimos recontos non se notaron moitos cambios no número de exemplares», señala Hermida. Pero no sucede lo mismo con la colonia de murciélagos de cueva. «Nun censo que se fixo en torno ao 2005 contáronse cerca de 3.000 exemplares, que algúns anos depois baixaron a un setecentos», añade. Fue precisamente esta fuerte caída demográfica lo que llevó a cerrar la cueva, ya que la disminución de la población se ha atribuido al efecto negativo de las visitas incontroladas. La presencia humana y el ruido pueden hacer que los animales abandonen sus refugios y que las colonias se desintegren. Ahora falta por comprobar si el cierre de la entrada de la cueva y el control sobre las visitas ha ayudado a que estas poblaciones de murciélagos se recuperen.

Este invierno está previsto realizar el primer recuento de las colonias locales en varios años

Diferentes técnicas para efectuar las observaciones dependiendo de la época del año

Realizar un censo de murciélagos durante el período de hibernación, apuntan desde la asociación Drosera, resulta relativamente sencillo. «Os animais están dormidos e só hai que entrar na cova con coidado e contalos alí mesmo, ou tomar fotografías no caso dos grupos máis grandes para despois contalos con máis calma no ordenador», dice Hermida.

Mucho más complejo es contabilizar la población veraniega de murciélagos de cueva. Para no causarles molestias, los investigadores -en vez de entrar en la cavidad- se sitúan a la entrada para contar los ejemplares que salen volando al atardecer. Para ello se usan cámaras infrarrojas y detectores capaces de distinguir las diferentes especies por los sonidos que emiten. Las grabaciones son estudiadas después en un ordenador para estimar el número de ejemplares.

Por ahora, los responsables de Drosea no saben si este año podrán efectuar un censo de esta especie en la Cova das Choias. «No inverno si que temos intención de ir, pero no verán é moito máis difícil porque a observación só se pode facer nun momento moi concreto do día e os nosos medios son moi limitados, aparte de que temos que facer outros censos de colonias en distintas partes de Galicia», dice Roberto Ermida. «En teoría, debería ser a Xunta quen fixese os censos do morcegos de especies protexidas, pero iso non se está facendo e quen realiza o traballo é unha asociación como a nosa, con recursos escasos», agrega.