100x100 Moteras: «Fuimos el impulso para que muchas mujeres dejasen de ir de paquete»

LEMOS

Aficionadas a las motos de toda Galicia organizan una quedada en el Cabo do Mundo, el meandro más espectacular de la Ribeira Sacra del Miño
08 jun 2023 . Actualizado a las 17:19 h.Hace mucho tiempo que casi nadie se extraña de ver una mujer motera, pero la sensación general es que la afición por las motos es algo mayoritariamente masculino. Por eso, aunque no sea raro ver moteras tampoco resulta habitual una concentración motera solo de mujeres. Como la que este domingo visitó el meandro del Cabo do Mundo, uno de los parajes más espectaculares de la Ribeira Sacra del Miño. La organizaba la asociación 100x100 Moteras, que tiene su sede en Vigo.
«La peña se formó hace 14 años y fue el impulso para que muchas se decidiesen a sacar el carné, comprarse una moto y dejasen de ser paquetes para convertirse en pilotos», explica Rocío Caamaño, una de las integrantes de 100x100 moteras. Las primeras formaban parte de un grupo de amigas que coincidían en las concentraciones moteras a las que iban con sus novios. Aquella nueva peña les sirvió a muchas aficionadas viguesas, y de otros puntos de Galicia, como parapeto contra los prejuicios. «Al principio, te miraban raro —recuerda Rocío Caamaño— y si tu pareja era un chico motero solía ser un poco reacio».
Ellas han contribuido a que las cosas hoy sean un poco distintas, aunque probablemente los perjuicios no se hayan esfumado del todo. Porque entre los moteros sigue siendo habitual la estampa del piloto hombre y el pasajero mujer. «Lo que no se ve apenas es una mujer conduciendo con el hombre de paquete», admite Rocío Caamaño.
Tres lustros después, la peña ha ayudado a introducir diversidad en el mundo de la moto en Galicia. Desde su fundación, organizan reuniones anuales que tras la pandemia se hicieron un poco más breves. En las de antes, todas se citaban primero en Vigo y después hacían juntas recorridos largos hasta diferentes puntos de Galicia. Desde el año pasado, cuando quedaron en la comarca de A Ulloa, el programa es más simple. Las asistentes se citan directamente en el lugar que pretenden visitar, se juntan para comer y hacen un recorrido por esa zona.
Es lo que hicieron este domingo. El punto de encuentro fue el embarcadero de Belesar, el pueblo situado en las dos orillas del Miño, entre los municipios de Chantada y O Saviñao. Allí acudieron por la mañana cerca de 60 mujeres moteras de todos los puntos de Galicia. Después hicieron el recorrido hasta la playa fluvial de A Cova, en el municipio de O Saviñao, por la carretera que discurre por la margen derecha del Miño, entre el embarcadero de Belesar y el meandro del Cabo do Mundo. En el restaurante de la playa fluvial pararon para comer. Tras la comida, todas fueron volviendo a sus lugares de origen.
Ningún hombre
A las quedadas de 100x100 Moteras no va ningún hombre. «Esas son las condiciones en las que decidimos organizar estas convocatorias, los chicos que nos dejen a nosotras con esto y que hagan su vida un día al año», explica Rocío Caamaño. A estas reuniones acuden aficionadas a las motos de todas la edades, con un rango que en el caso de este domingo iba de los 21 años de la piloto más joven a los cerca de 70 de la mayor. Porque a las moteras les da la sensación de que una de las diferencias entre ellas y los aficionados hombres es que las mujeres pueden aguantar más. «En las concentraciones moteras es raro ver hombres de mucho más de 60 años —asegura la portavoz del grupo—, pero en las nuestras sí es habitual que haya mujeres por encima de esa edad».
En lo que no hay diferencia es en el tipo de motos que se pueden ver en las concentraciones 100% femeninas de las mayoritariamente masculinas. En el aparcamiento de la playa de A Cova se vieron vehículos de todo tipo, desde motos pequeñas tipo Burman o scooter a otras más grandes de turismo, sport o custom. Y lo mismo con la potencia, porque las más pequeñas eran de 125 centímetros cúbicos, pero también las había de 1.200 y de todos los rangos intermedios.