La Diputación busca apoyo estatal para darle «vida» a la finca de Tor

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Francesc Boya y José Tomé (en el centro) en su visita de ayer a la finca del pazo de Tor
Francesc Boya y José Tomé (en el centro) en su visita de ayer a la finca del pazo de Tor CEDIDA

José Tomé acompañó al secretario general para el reto Demográfico, Francesc Boya, a una visita a los terrenos de este pazo de Monforte

26 may 2023 . Actualizado a las 17:30 h.

La finca del pazo de Tor es una de las asignaturas pendientes de la Diputación de Lugo. El proyecto para sacarle partido acumula años de espera pero el presidente del organismo provincial, José Tomé, quiso ponerlo este lunes sobre la mesa. La Diputación está en contacto con el Gobierno central para buscar la forma de hacer que estos miles de metros cuadrados de terreno agrario sin uso «sexan útil como un ben público e tamén sirva para dinamizar os sectores produtivos, nomeadamente o primario». El departamento estatal al que la Diputación está tratando de involucrar es la secretaría general para el Reto Demográfico. Su máximo responsable estuvo ayer en Monforte.

El presidente de la Diputación y alcalde de Monforte mantuvo ayer una reunión institucional con Francesc Boya Alós, el secretario general para o Reto Demográfico, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica. Tras el encuentro, que se celebró en el Ayuntamiento, los dos se desplazaron al pazo de Tor para conocer tanto este edificio musealizado como la finca que lo rodea. En declaraciones tras la reunión en las oficinas municipales, Tomé explicó que lo que acababan de hacer es abordar la posibilidad de establecer en el futuro algún tipo de colaboración para sacarle partido a este terreno, de manera que resulte útil para el sector primario.

Por su parte, Francesc Boya, enmarcó esta visita en el interés de su departamento por conocer de primera mano cómo localidades de tamaño medio como Monforte juegan un papel capaz de mantener servicios básicos y garantizar su acceso a los territorios rurales que las rodean. Es un modelo, añadió, que quieren trasladar al conjunto de España como instrumento para luchar contra la despoblación. Boya añadió que por primera vez existe una política dirigida desde el Gobierno central para «articular territorios y crear polos industriales con capacidad de ofrecer calidad de vida e oportunidades laborales y retener talento joven».

Ni Tomé ni Boye quisieron ir más allá y profundizar sobre proyectos concretos para la finca de Tor. El responsable del departamento estatal para el Reto Demográfico recordó que en vísperas de unas elecciones no se pueden hacer según qué anuncios institucionales y el presidente de la Diputación apuntó que el de ayer no era el primer contacto, pero que tampoco están «en condicións de pechar nada».

El caso del centro de recría en el que se reconvirtió la Granxa Gayoso en Castro de Rei

El presidente de la Diputación sostiene que en esta entidad pública están «moi sensibilizados sobre a necesidade de afrontar o reto demográfico» y que la finca de Tor puede ser una herramienta más para luchar contra ese problema. Como prueba del compromiso de la Diputación con la búsqueda de soluciones contra la despoblación, Tomé mencionó la cesión del antiguo Hospital de San Rafael, en Castro de Rei, para la apertura de un centro de formación de inmigrantes. Ese hospital está construido en un terreno en tiempos perteneciente a la Granxa Gayoso Castro, unas instalaciones transformadas en los últimos años por la Diputación en un centro experimental cuya construcción duró años y le costó a la Diputación 12 millones de euros.

Este centro de recría es el primero de carácter público que se abre en España y abrió en el 2018 con capacidad para hasta 3.000 novillas. En el centro tienen preferencia los ganaderos que tienen sus explotaciones en la provincia de Lugo, que disponen así de un servicio para el que antes tenían que recurrir en muchos casos a centros situados en otras comunidades autónomas.

La actividad económica

El centro de recría fue construido en una superficie de 86.000 metros cuadrados y dispone de 13 naves en las que caben una media de 200 reses en cada una. Además del servicio que presta a los ganaderos de la provincia, en la Diputación tuvieron en cuenta también el retorno económico que su actividad supone para la provincia, a través del consumo de materiales que requiere y de los puestos de trabajo que genera.

El último paso fue hace cuatro años la mejora del acceso al pazo

El edificio del pazo de Tor está rodeado de una finca de alrededor de doscientas hectáreas que espera desde hace años que la Diputación le saque partido. Del proyecto para conseguirlo nada se sabe desde que en el 2019 el organismo provincial financió con algo más de 600.000 euros la mejora de la carretera de acceso al pazo y la construcción de un tramo nuevo de 600 metros, que en aquel momento llevaba más de diez años aparcado y pendiente de retomar. Era un paso previo al proyecto principal, el del aprovechamiento de la finca, pero finalmente en el mandato que ahora termina no ha habido ninguna novedad significativa, al menos que haya trascendido públicamente.