El cambio climático pone a prueba la nueva presa del Cabe en Monforte

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Detalle de las obras que se llevan a cabo en la presa de A Pinguela
Detalle de las obras que se llevan a cabo en la presa de A Pinguela cedida

Los daños por la última riada obligan a desmontar el entramado de las compuertas

12 may 2023 . Actualizado a las 17:31 h.

La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil comenzó a desmontar en Monforte los soportes verticales incrustados en el muro transversal de la nueva presa de A Pinguela. Esos pivotes tenían como objetivo sostener las compuertas metálicas destinadas a embalsar el agua por encima del azud en los meses de estiaje. En la práctica, sin embargo, demostraron ser una solución poco eficaz cuando se producen riadas. La separación existente entre ellos resultó insuficiente para evitar que troncos y ramas arrastrados por las crecidas invernales quedasen atravesados, formando un tapón que propicia el desbordamiento del río aguas arriba.

Los daños causados en el entorno de la presa A Pinguela por la crecida del Cabe de comienzos del pasado mes de enero empujaron a los responsables de la demarcación hidrográfica a buscar una solución a este problema. La alternativa consistirá en la retirada de los pivotes instalados inicialmente, que serán sustituidos en otros que aunque irán encajados en el muro se podrán retirar. En los meses en los que exista riesgo de crecidas, no habrá ningún tipo de soporte sobre el azud para evitar que los arrastres obstruyan el curso del río en ese tramo.

Las obras comenzaron a finales del pasado mes de abril y el técnico de la confederación hidrográfica responsable de su supervisión mantuvo un encuentro con agentes de Medio Ambiente de la Xunta para evitar posibles daños en el ecosistema. Con arreglo a las directrices de la consellería, se habilitó un relleno sobre el cauce del Cabe entre la zona de acceso de la maquinaria —en las proximidades de la entrada por Cobas al paseo fluvial— y la presa en la que se desarrolla esa actuación. Palas y camiones circulan por ese pasillo central sobre el río, que de ese modo no sufre enlodamientos como el que causó una importante mortandad de peces en octubre del pasado año.

Entonces se llevaba a cabo la demolición del antiguo azud que atravesaba el río aguas abajo del actual y que había sufrido una rotura en el tramo más próximo a la margen derecha a causa también de una riada. La aparición de varias truchas muertas motivó una suspensión cautelar de los trabajos. Vecinos de A Pinguela indicaron que las obras más recientes estuvieron a punto de provocar una situación similar al desviarse el curso del agua en uno de los laterales de la presa para poder actuar en la margen contraria.

Garantizar la oxigenación

En la parte inferior del azud por la que no circula el agua aparecieron truchas boqueando sobre el río, pero el problema fue solucionado a tiempo mediante una tubería bajo el relleno por el que circula la maquinaria. A través de esa conducción, situada entre la presa y la pasarela de A Pinguela, se oxigena la parte estancada del cauce derivando el agua del lateral por el que discurre la corriente. Este tramo del Cabe está incluido en la Red Natura, que abarca la totalidad del curso fluvial con la salvedad del tramo urbano entre la variante urbana y la presa del Parque dos Condes.

La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil invirtió algo más de 600.000 euros en la construcción de la nueva presa de compuertas desmontables y la remodelación medioambiental de todo su entorno. Las obras de reparación de los daños de la última riada que se llevan a cabo actualmente en la zona donde se realizó esa intervención incluyen también el reforzamiento de las escolleras laterales. Técnicos de la demarcación hidrográfica indicaron que episodios como la riada del Cabe son cada vez más frecuentes y extensivos a otros cauces de la cuenca del Miño-Sil a causa del cambio climático.