Una primera barrera antivertidos para proteger el Cabe en Monforte

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Limpieza del arroyo de Río Seco a su paso por el casco urbano, en una imagen de archivo
Limpieza del arroyo de Río Seco a su paso por el casco urbano, en una imagen de archivo CARLOS RUEDA

Un separador hidrodinámico retirará manchas de combustible del arroyo de Río Seco

06 feb 2023 . Actualizado a las 17:27 h.

El arroyo de Río Seco, uno de los afluentes que desembocan en el Cabe dentro del casco urbano de Monforte, tendrá una barrera anticontaminación. Se ubicará aguas arriba del Puente de la Virgen, que atraviesa ese regato en la calle Morín, y para instalarla será necesario expropiar una finca particular. La puesta en marcha del sistema de retención de vertidos será financiada con cargo a la segunda fase del convenio para la mejora integral del saneamiento que firmaron este Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil.

La inversión prevista en esta segunda entrega es de 2,4 millones de euros y de momento se sabe que financiará la barrera antivertidos del arroyo de Río Seco y la redacción del estudio que fijará otras actuaciones prioritarias. Este trabajo fue contratado por el organismo responsable de la demarcación hidrológica en julio del 2021. La adjudicación recayó en la consultora Ingeniería del Noroeste SL, por un precio de 103.000 euros. El plazo de entrega se fijó en catorce meses y sus conclusiones todavía no se dieron a conocer.

El desembolso previsto en esta nueva fase del convenio se prorrogó en varias ocasiones a la espera de que ese estudio determine la hoja de ruta con las actuaciones más urgentes. La barrera antivertidos de Río Seco es la primera que se da a conocer de este segundo paquete de inversiones. Como primer paso, el pleno aprobó esta semana la declaración de utilidad pública de los terrenos en los que se ubicará el denominado «separador hidrodinámico», en una finca situada en la margen derecha del Puente de la Virgen.

El alcalde justificó la expropiación del terreno por la necesidad de dotar al arroyo de ese sistema. Las explicaciones en detalle sobre el lugar elegido, según indicó, se ofrecerán más adelante. El separador que va a ser instalado retiene y separa los sedimentos y elementos flotantes de más de cinco milímetros que transporta el río, desde áridos a manchas de aceites industriales. Los contaminantes retirados del río van a parar a un colector de almacenamiento del que se retiran periódicamente.

El arroyo de Río Seco es uno de los tres que vierten sus aguas al Cabe en el casco urbano de Monforte. Tanto el Seprona como los servicios de Medio Ambiente de la Xunta levantaron acta en varias ocasiones en los últimos años por la presencia de vertidos de aceites industriales en sus aguas. La contaminación se localiza sistemáticamente en el tramo del regato más próximo a la calle López Suárez, en cuyas proximidades se encuentran los depósitos de combustible de ADIF. La última denuncia por este motivo de la que hay constancia se produjo en marzo del 2018.

Un viejo problema

El impacto de los vertidos de Río Seco sobre la estación depuradora de aguas residuales había salido a relucir tres años antes, cuando el actual alcalde, José Tome, inició las negociaciones para obtener financiación para el plan integral de mejora de la red de saneamiento. La primera denuncia sobre la contaminación por gasoil de este arroyo, a través de la red de alcantarillado, data de 1999 y fue trasladada por el Seprona a la entonces Confederación Hidrográfica del Norte.

El problema de la presencia de manchas de combustible en el tramo urbano del Cabe viene de lejos. Diez años antes de esa primera denuncia, el Ayuntamiento las atribuía a «focos contaminantes piratas» sin concretar. En aquella época, con Celestino Torres en la alcaldía, se requirió a Renfe para que financiase parte de la obra de dotación de alcantarillado en la calle Poeta Noriega Varela, próxima al cauce del arroyo de Río Seco.

La depuradora estuvo a punto de colapsar por un episodio de enlodamiento

El concejal del BNG Emilio Sánchez considera «sospechosos» los fuertes enlodamientos que sufrió el Cabe a finales del pasado mes de diciembre. La intensa tonalidad marrón que se apreciaba esos días en el río a su paso por el casco urbano llamó la atención de los vecinos. Según trascendió en el último pleno, en el que Sánchez se interesó por esta cuestión, el arrastre de sólidos estuvo a punto de paralizar la estación depuradora general de la parroquia de Piñeira. Los nacionalistas creen que la turbidez en ese caso era «anómala» y preguntaron al alcalde si se había realizado alguna averiguación al respecto.

Los responsables municipales no aprecian nada extraño en ese enlodamiento. «O río arrastra terras en días de moita choiva. Nesas condicións calquera vai lodoso e non hai nada á vista que diga que os arrastres veñen de determinado lugar», apunta el alcalde. El BNG, no obstante, hizo sus propias comprobaciones a pie de río y detectó que ese episodio se originó por los arrastres al Cabe del río que viene de A Pobra do Brollón.

Crecido, pero limpio

«No campo onde se celebra a romaría do San Mateo, o Mao baixaba eses días crecido pero coas augas limpas na desembocadura no Cabe», señala el concejal de este partido. El afluente del Cabe que atraviesa la capitalidad de A Pobra do Brollón, por el contrario, sufrió con las lluvias de finales de diciembre un inusual enlodamiento como consecuencia de los arrastres procedentes de la zona de Saa, donde entonces se llevaban a cabo talas de pinos quemados en los incendios del pasado verano.