Xosé Lois Otero, biólogo: «La laguna de Lucenza puede contener huellas ambientales de la minería romana»

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

LEMOS

Xosé Lois Otero es profesor de edafología y química agrícola en la USC
Xosé Lois Otero es profesor de edafología y química agrícola en la USC CEDIDA

El director de la Estación Científica do Courel coordinará este año una investigación en un célebre paraje de la sierra

06 ene 2023 . Actualizado a las 11:22 h.

Profesor de edafología y química agrícola, Xosé Lois Otero Pérez (Vigo, 1966) es coordinador de las estaciones científicas de la Universidade de Santiago, entre las que figura la de Seoane do Courel. Este año dirigirá un proyecto sobre la laguna glaciar de Lucenza —en el municipio de Quiroga— que se encuadra en un plan de investigación científica promovido por el geoparque Montañas do Courel que cuenta con el apoyo económico de la Diputación lucense. En el proyecto participan además el geógrafo Augusto Pérez Alberti y el biólogo Rafael Carballeira.

—¿Cuál es el objetivo de este proyecto?

—Este estudio forma parte de una investigación que tiene por objetivo caracterizar los suelos de diferentes partes de la sierra de O Courel. En el caso de Lucenza, lo que pretendemos es obtener datos sobre la evolución ambiental y climática analizando los sedimentos acumulados en el fondo de la laguna durante miles de años. Este material es una especie de archivo en el que han quedado registradas las transformaciones ambientales de la sierra. En otra investigación que hicimos con anterioridad pudimos ver que en este depósito de sedimentos, a unos treinta centímetros de profundidad, hay una capa de entre de entre diez y quince centímetros de espesor formada por restos de ramas y hojas. Esto indica que en cierto momento hubo un cambio ambiental muy brusco, que pudo ser de origen climático o humano. Nos interesa especialmente estudiar estas discontinuidades en los sedimentos, que son una señal de importantes cambios ambientales.

—Otras investigadores también han trabajado anteriormente sobre estos sedimentos.

—Sí, pero la investigación que vamos a realizar abarca más aspectos y se hará con una tecnología más moderna. El proyecto comprenderá análisis químicos de los sedimentos, análisis de pólenes y diatomeas [algas microscópicas] y dataciones por carbono 14. Con esta investigación esperamos detectar y datar las transformaciones que se produjeron a lo largo de los siglos en el medio ambiente por la acción humana o bien por causas naturales, como los cambios climáticos. Los pólenes que se fueron depositando en el fondo de la laguna nos pueden indicar qué tipo de vegetación predominó en la sierra en diferentes épocas.

—¿A qué antigüedad se podrán remontar los datos que obtengan en estos análisis?

—Creo que podremos obtener como mucho datos de entre 5.000 y 8.000 años de antigüedad. Es posible que consigamos información sobre los cambios ambientales que se produjeron en la sierra a causa de la minería romana. Estas actividades produjeron una deforestación importante, ya que requirieron mucha madera para hacer fuegos y para otros usos, y es probable que esos cambios en la vegetación dejasen huellas en los sedimentos de la laguna. También es posible que detectemos los cambios ambientales que provocaron las ferrerías que funcionaron en la sierra entre los siglos XVI y XIX. En las fundiciones de hierro se consumió muchísima madera como combustible, por lo que en esa época también hubo un índice elevado de deforestación. La investigación también nos puede proporcionar datos de carácter climático sobre la llamada Pequeña Edad de Hielo, un período de clima frío que se produjo entre los siglos XIV y XIX.

—¿Estos análisis pueden detectar también huellas de los incendios?

—Sí, en los análisis pueden aparecer capas de cenizas generadas por antiguas quemas. También es posible rastrear huellas de incendios en los cambios de vegetación. Si vemos que en cierta época predominaron los robles y un tiempo después predominaron los arbustos, eso indica un cambio ambiental brusco que probablemente se debió a los incendios del pasado.

Un antiguo depósito de sedimentos que llega al menos a los cinco metros de profundidad

Xosé Lois Otero apunta que la investigación que dirigirá este año será la más completa que haya realizado hasta ahora en la laguna de Lucenza, que tiene su origen en los glaciares que existieron en la sierra durante la última era glacial.

—¿Se sabe cuánta profundidad tienen los sedimentos?

—Eso depende seguramente del lugar donde se hagan los sondeos, aunque la extensión de la laguna es muy pequeña. Los autores de un estudio que se publicó en el 2002 llegaron a cerca de cinco metros de profundidad. Esta investigación se centró en las diatomeas, que son muy sensibles a los cambios que se producen en las aguas por influencia de los cambios medioambientales. Nosotros también abordaremos este aspecto e intentaremos determinar con la mayor precisión posible la profundidad de este depósito

—¿La laguna tiene que estar seca para realizar estas investigaciones?

—En otros lagunas que tienen agua durante todo el año también han realizado estudios de este tipo, pero con más dificultades. La de Lucenza suele quedar sin agua en las épocas más secas del año, lo que nos facilitará mucho el trabajo.