Sin agua por la turbidez de los ríos en zonas afectadas por el incendio de O Courel

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Las aguas del Lor bajan enlodadas en las cercanías de la aldea de Froxán
Las aguas del Lor bajan enlodadas en las cercanías de la aldea de Froxán ROI FERNÁNDEZ

Los arrastres por las lluvias impiden que se pueda consumir en Froxán y A Labrada

26 nov 2022 . Actualizado a las 10:34 h.

A los ríos cuyas cabeceras discurren por las montañas de O Courel no solo van a parar con las lluvias las cenizas de los incendios del pasado verano. La pérdida de la vegetación arrasada por el fuego acentúa el efecto erosivo de las precipitaciones e intensifica los efectos de los arrastres en los ríos. «Hay días en los que el agua baja como si fuese chocolate», ilustra el alcalde de Quiroga, Julio Álvarez. Al margen de las consecuencias negativas para los ecosistemas fluviales, las crecidas de estas últimas jornadas causan problemas de suministro de agua en los municipios afectados por los incendios.

«A auga non ten carga bacteriana, o problema está na elevada turbidez», explica el alcalde de A Pobra do Brollón. La zona de A Labrada, situada en la ribera del tramo bajo del Lor, tiene la captación de la traída en ese río, que discurre por algunas de las zonas de O Courel más afectadas por el fuego. A finales de octubre, el Ayuntamiento ya advirtió a los vecinos de A Labrada que debían abstenerse de consumir el agua por la alta concentración de sedimentos. El aviso se repite ahora como consecuencia de las últimas lluvias.

«A traída municipal na Labrada segue a presentar gran turbidez debido ao arrastre de cinza provocado pola chuvia. Pregamos evitar o seu consumo para beber. No caso de aumentar a turbidez, é posible que sexa preciso cortar o subministro de auga na zona», señala el comunicado municipal más reciente. «Houbo algún que outro problema puntual noutros sitios, pero o máis gordo está na Labrada. O enlodamento habitual das enchentes dos ríos agravouse este ano polos efectos do lume», dice Maceda.

Hasta la madrugada

Quiroga contrató en septiembre, por el procedimiento de urgencia, la instalación de un sistema que permite derivar el agua en la captación de Leixazós para que no se vea afectada cuando se produzcan arrastres importantes de lodos. Las obras están a punto de terminar y mientras no lo hagan los operarios municipales deben extremar la vigilancia de la red cada vez que llueve con cierta intensidad. «Esta semana ya se tuvieron que quedar algún día hasta las tres de la madrugada», apunta el alcalde.

Los operarios vigilan el nivel de turbidez del agua y cortan su entrada a los depósitos cuando la situación lo requiere. De lo contrario, los sedimentos no solo afectarían a los tanques de almacenamiento sino también a las tuberías. Cuando se produce esta situación, no queda más remedio que tirar de las reservas para mantener el abastecimiento y confiar en que la lluvia amaine cuanto antes. Tras los cortes registrados en octubre, en lo que va de semana solo se produjeron problemas puntuales en la zona urbana de A Ribeira.

Augas de Galicia financió con algo más de 138.000 euros las obras que se llevan a cabo en la captación de Leixazós, ante el riesgo de que los 1.298 usuarios de la traída municipal de Quiroga —repartidos entre esa localidad y los núcleos de A Ermida y Hospital— se quedasen sin suministro como consecuencia de los arrastres. Este departamento de la Xunta de Galicia también costea una actuación similar en la captación de Folgoso, capitalidad del municipio más afectado por los enormes incendios del pasado mes de junio.

La alcaldesa de Folgoso do Courel, Lola Castro, avanza que el Ayuntamiento colaborará con los vecinos de la parroquia de Froxán para que puedan sustituir la captación que abastece de agua al pueblo. No tendrán más remedio que echar mano de otro manantial para evitar los episodios de turbidez que ahora les obligan a comprar agua embotellada cada vez que hay crecidas.

Aspecto de una zona afectada por el incendio de O Courel
Aspecto de una zona afectada por el incendio de O Courel ALBERTO LOPEZ

«Por moito que fagan é difícil evitar a erosión tal e como quedou o monte»

«Xa se vía que ía haber arrastres. Por moito que fagan é difícil evitalos tal e como quedou o monte despois do lume», comenta Evaristo Méndez, de la asociación de Froxán Fonte do Milagro. «O Lor sempre baixou lodo coas primeiras choivas, máis aínda despois do lume», señala por su parte Lola Castro. Pese a que el rastro de los incendios aún domina el paisaje, en los montes asoman rotes verdes en forma de helechos y brezo. «Á xente que vén de fóra impáctalle como quedou todo, pero os que estamos aquí vemos o cambio», observa la alcaldesa de Folgoso do Courel.

A finales de agosto, tres brigadas de operarios enviados por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil comenzaron a retirar restos de madera quemada de las riberas de los ríos en las zonas afectadas por el fuego. Poco después, la Consellería de Medio Rural encomendó al personal del distrito forestal desplegar cubiertas de paja en más de cien hectáreas de superficie quemada. «O mulching permitiu paliar os efectos do lume, que eran inevitables. Dentro do malo, que tardase en chover foi unha sorte. Unha tormenta forte no verán tería sido catastrófica», sostiene el regidor de A Pobra do Brollón, José Luis Maceda.

Menos problemas en O Incio

La traída municipal de O Incio se abastece del río Cabe y está situada en el lugar de Saa, en la parroquia de San Pedro. Tan solo recibe de algún pequeño afluente arrastres de la zona quemada. El alcalde, Héctor Corujo, constata estos días un enlodamiento especialmente intenso del caudal, aunque los sistemas de filtrado evitaron hasta ahora problemas de abastecimiento.