Ya queda menos para que arranque una nueva temporada y el Lemos prácticamente ha hecho los deberes. Son numerosos los cambios que ha experimentado el equipo monfortino con respecto a la pasada temporada, empezando por el banquillo, en el que se sentará todo un referente, Josito.
Expectación e incertidumbre definen a estas alturas el estado de ánimo de una masa social que ha visto como han dejado el club futbolistas con proyección, y han llegado otros que tendrán que demostrar el porqué de su fichaje.
En las últimas semanas ha emergido de nuevo el debate entre futbolistas locales y jugadores foráneos. Lo importante es confeccionar una plantilla con garantías que pueda competir dignamente, con independencia del carné de identidad de sus componentes. Los recursos son los que son, y la directiva trata de administrarlos de la mejor manera posible. Es decir, busca formar un equipo potente con pocos cuartos.
Eso sí, ojo al discurso. A la masa social no se le puede engañar. Hay que hablar de objetivos creíbles, y no engatusar con ascensos, porque la Preferente de esta temporada no será sencilla. Entiendo que hay que recaudar, pero el discurso ha de ser creíble. Hablar de Tercera División para este Lemos y en estos tiempos son palabras mayores. Toca ir poco a poco, y después ver qué aspiraciones son las reales.
Lo que toca ahora es apoyar, y tiempo habrá para pedir responsabilidades si las cosas salen mal. Eso sí, bien haría el Lemos si quiere dar un paso adelante es profesionalizar su estructura técnica. Han de fichar el entrenador y el director deportivo. El resto, a recaudar. Es su función.