El 2022 empieza en Monforte como el quinto año más seco de los últimos veinte

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

El embalse de Vilasouto, el pasado 23 de enero, cuando estaba al 40% de su capacidad. Casi cuatro meses después, está prácticamente igual
El embalse de Vilasouto, el pasado 23 de enero, cuando estaba al 40% de su capacidad. Casi cuatro meses después, está prácticamente igual CARLOS CORTÉS

Entre enero y abril llovió solo el 64% de lo normal para este período

13 may 2022 . Actualizado a las 14:08 h.

La primavera no está sirviendo para compensar lo poco que llovió el pasado invierno. En el sur de la provincia de Lugo, el balance de lluvias de enero, febrero, marzo y abril está muy por debajo de la media, así que el 2022 está avanzando prácticamente tan seco como empezó. Los datos dicen que este primer cuatrimestre es el segundo más seco de los últimos diez años. Y es el quinto más seco si el foco retrocede no diez, sino veinte años, hasta prácticamente el principio del siglo XXI.

Los datos registrados en la estación de Meteogalicia en el monte Marroxo revelan que entre enero y abril cayeron en Monforte un total de 179,6 litros por metro cuadrado. En el mismo período del 2021 habían sido 376 y en el 2020 258. Y no es que es esos dos años previos fuesen excepcionalmente lluviosos, porque se acercan a la media normal para este período del año. Con las cifras de esta estación meteorológica, que está en el municipio de Monforte y a seis kilómetros al sur del casco urbano, resulta que la media las precipitaciones totales acumuladas entre enero y abril es de 283 litros por metro cuadrado. Eso quiere decir que lo que ha llovido hasta ahora en este 2022 es solo un 63% de lo habitual.

El peor arranque de año hídrico de estos últimos veinte fue el del 2005, en el que las precipitaciones caídas entre enero y abril no pasaron de 106 litros por metro cuadrado. Lo siguen el 2012, con 111, el 2004 con 123 y el 2015 con 133.

El embalse de Vilasouto sigue igual que en pleno invierno, con la mitad de su caudal normal

Agricultores y ganaderos confían en que la primavera todavía traiga lluvia. El cambio de tendencia no se adivina en las predicciones a medio plazo, pero lo cierto es que a la estación todavía le queda tiempo para enmendar la sequía, por lo menos un poco. El medidor por excelencia de las reservas de agua en esta zona, el embalse de Vilasouto, sigue muy por debajo de lo habitual en estas fechas.

En estos momentos, contiene algo menos de 9 hectómetros cúbicos de agua, que es el 42% de su capacidad total. Vilasouto estaba hace un año al 92% de su capacidad. Su media de los últimos diez años por estas fechas es del 82%, casi el doble.

La temporada de uso del regadío Val de Lemos, que toma su agua del embalse de Vilasouto, suele empezar a finales de junio, en coincidencia con el inicio del verano. A partir de ahí, el consumo de agua en las tierras de cultivo que utilizan el regadío hace que el embalse baje progresivamente, hasta alcanzar normalmente sus mínimos anuales a finales de agosto o principios de septiembre.

Quedan cinco o seis semanas para que llueva lo suficiente como para espantar el riesgo de que Vilasouto llegue peligrosamente poco lleno al inicio de la temporada de riego.

Carlos Pérez: «O problema virá se os pozos non teñen auga cando chegue agosto»

Carlos Pérez ten unha horta na Pobra do Brollón, un posto na praza de abastos de Monforte e unha empresa (Terras de María Castaña) coa que vende e distribúe os seus produtos a través de internet. Parécelle evidente que este está sendo un ano moi seco e teme os efectos que iso poida ter nos cultivos de horta, nun momento ademais apropiado para plantar unha ampla nómina de cultivos hortícolas, como tomates, berenxenas, leitugas, sandías ou cabazas.

 —Nótase na horta este arranque de ano tan seco?

—Claro. Nesta época do ano, o normal é que os cultivos de horta case se manteñan só co que chove. Este ano non, este ano hai que estar máis pendente de regar. E regando ou sen regar, as plantas sofren demasiado estrés con esta calor.

—Hai que estar máis pendente de regar, entón.

—Facendo o rego máis intensivo pódese controlar.

—E que pasa se prolonga a seca ata o verán?

—O problema pode ser que os pozos que se utilizan para regar non teñan auga cando chegue agosto. Nesta época tiña que estar chovendo e non chove nada e se a situación non cambia, no verán pode faltar auga nos acuíferos.

—Algo choveu en abril...

—Pero todo e media hora [risas] E a auga que cae cando chove dese xeito é de escorrentía, acaba case toda nos ríos e non enche os acuíferos. Para que os pozos cheguen ao verán con auga ten que chover e teno que facer con normalidade, non todo de repente, como pasou co pouco que choveu neste mes de abril.