
Montaña arriba del hundimiento que este domingo se tragó la carretera son visibles grietas antiguas
25 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El derrumbe que este domingo se tragó un tramo de la principal carretera de Folgoso do Courel no ha sido ninguna sorpresa para los vecinos que conocen bien ese terreno. El monte que queda en pie sobre el derrumbamiento tiene grietas recién formadas pero también otras más antiguas y de diferentes épocas. Estas últimas son el rastro que dejaron otros corrimientos de tierra que no llegaron a provocar destrozos tan importantes como este último, pero que demuestran que todo eso era terreno inestable.
Solo un poco por encima del lugar en el que el monte se hundió, en la ladera que sigue en pie se aprecia un escalón de varias decenas de metros de longitud y que en su parte más alta supera los cincuenta centímetros de altura. La tierra que deja a la vista ese escalón tiene dos colores, porque la parte superior lleva más tiempo al aire que la inferior. El desnivel se formó en dos ocasiones, separadas entre sí por años. Las dos después de que la cantera de pizarra de La Campa empezase a excavar la base del monte a finales de los años 80.

El estudio geológico que tendrá que llevar a cabo la Consellería de Infraestruturas para diseñar la reconstrucción de la carretera dirá cuáles son las razones de esa inestabilidad y cuánto de segura es esa ladera ahora, tras el derrumbe del domingo pasado.
En todo caso, no será el primer estudio técnico que evalúa desde un punto de vista geológico la inestabilidad que provoca la actividad minera en esa parte de la parroquia de Santa Eufemia. Ya lo hicieron los autores de los proyectos de restauración de los parajes afectados por las escombreras de pizarra en las comarcas de Valdeorras y Quiroga que encargó el Ministerio de Medio Ambiente en el 2001. El informe referido a la cantera de La Campa recogía la existencia de grietas que ponían de evidencia la inestabilidad provocada por la extracción de mineral en la base de la ladera.
Trasladada tres veces
De hecho, el kilómetro 18 de la carretera Quiroga-Seoane (LU-614), el que se vino abajo el domingo, no pasa por donde pasaba hace unos años. Esa parte de la carretera ha sido trasladada en tres ocasiones, las tres veces hacia el interior del monte. La cantera avanzaba por debajo y provocaba grietas junto a la calzada.
Mientras tanto, los técnicos siguen trabajando sobre el terreno para evaluar la situación tras el derrumbe y preparar la reconstrucción de la carretera. Las cuatro opciones que están sobre la mesa pasan por la construcción de un puente, la apertura de un túnel y la modificación del trazado, bien mediante un falso túnel o simplemente con la apertura de trincheras.

La principal carretera de acceso a O Courel estará un año y medio cerrada
La principal carretera de acceso a O Courel seguirá cerrada unos 18 meses. Ese es el tiempo que los cálculos técnicos de urgencia estiman que hará falta para reparar el derrumbe de 200 metros de calzada que se produjo este domingo al hundirse una mina subterránea de pizarra. Los especialistas de la Consellería de Infraestruturas trabajan para buscar la mejor solución técnica. Sobre la mesa hay cuatro opciones, una de ellas incluye la construcción de un túnel y ninguna es fácil ni barata. La conselleira, Ethel Vázquez, se desplazó ayer a Folgoso do Courel para mantener una reunión con la alcaldesa y los técnicos en el Ayuntamiento y para visitar el lugar del desplome. Sobre el terreno, el riesgo de más derrumbes parece evidente. Hay grietas que crecen claramente de un día para otro.