Las goteras martirizan el Juicio Final que se ocultaba tras la cal en Seteventos

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Detalle del mural restaurado sobre el arco triunfal del templo de O Saviñao
Detalle del mural restaurado sobre el arco triunfal del templo de O Saviñao ALBERTO LÓPEZ

La iglesia románica de O Saviñao, afectada por filtraciones de agua, esconde uno de los murales más valiosos de la Ribeira Sacra

11 abr 2023 . Actualizado a las 19:23 h.

El frustrado proyecto del parque solar de Seteventos, llamado a ser el mayor complejo de ese tipo en Galicia, puso en el mapa esta localidad próxima a la capital del municipio de O Saviñao. Mucho menos conocida para el gran público es su iglesia de Santa María, pequeña joya del románico que alberga un su interior uno de los conjuntos de pinturas murales más valiosos de la Ribeira Sacra. Restaurado por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural a comienzos de la pasada década de los noventa, el grave deterioro de la cubierta del templo amenaza ahora con echar por tierra ese trabajo de rehabilitación.

La situación de la cubierta de teja no era la ideal cuando se llevó a cabo esa intervención. Con el tiempo, esas deficiencias se han ido agravando. Las goteras cada vez son más visibles y suponen un serio peligro para la conservación de las pinturas murales. El párroco planteó la posibilidad de que los feligreses costeasen la reparación. Los vecinos, por su parte, solicitaron por escrito el pasado mes de diciembre a Patrimonio una intervención «lo más urgente posible» para proceder a la reparación de los daños que el estado de la cubierta está produciendo en esta iglesia.

«É a nosa igrexa, pero ten valor para toda a Ribeira Sacra. Se queremos ser patrimonio da humanidade, non vale só a propaganda», señala una vecina. La iglesia de Seteventos figura entre los bienes de interés cultural catalogados tras la declaración de ese territorio como Paisaje Cultural. El templo forma parte, por otro lado, de las visitas guiadas por el románico de la zona que promueve el consorcio de turismo. Consultada sobre la petición vecinal, la Consellería de Cultura confirmó que hay una actuación prevista y que se tramita la redacción del proyecto.

Sorprende el interior

La iglesia de Santa María de Seteventos ofrece por fuera un aspecto modesto, pero en su interior puede verse en torno al arco triunfal un valioso conjunto de pinturas del siglo XV. Los frescos, ocultos por la cal hasta la pasada década de los sesenta, representan el Juicio Final. A la izquierda se aprecia la imagen de los ángeles que despiertan a las almas para que reciban su sentencia. Del otro lado, unos pintorescos demonios atormentan a los condenados.

Aspecto que presenta la cubierta de la iglesia, en una foto enviada por los vecinos a Patrimonio
Aspecto que presenta la cubierta de la iglesia, en una foto enviada por los vecinos a Patrimonio

El nexo con el traslado del viejo Portomarín

La Diócesis de Lugo cuenta posiblemente con el conjunto de pintura mural más destacado de Galicia. Dentro de ese patrimonio, sobresalen los frescos renacentistas que fueron restaurados en iglesias románicas de la Ribeira Sacra. En los últimos años se llevaron a cabo intervenciones de estas características en Nogueira de Miño y Santa María de Pesqueiras, en Chantada, y en Santa María de Seteventos, en O Saviñao. Estas últimas pinturas, por su colorido y libertad imaginativa, se enmarcan en la tradición gótica hispano flamenca.

Los conjuntos murales permanecieron ocultos durante siglos por capas de cal, material con el que se sanearon las paredes interiores de los templos en las epidemias de peste. Además de los frescos restaurados en tiempos recientes, hay otros de cuya existencia se sabe y que siguen tapados —es el caso de Seteventos, según algunos expertos— y muchos que todavía no fueron descubiertos.

La recuperación de las pinturas murales en las iglesias de la Ribeira Sacra fue impulsada en la década de los cincuenta del pasado siglo por el arqueólogo Manuel Chamoso Lamas y el arquitecto Francisco Pons-Sorolla, responsable del traslado del viejo Portomarín cuando fue construido el embalse de Belesar. Pons-Sorolla era en esa época director general de Bellas Artes.