Gol africano para el Club Lemos

luis conde MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

MFG

Con 19 años, Sidi ya pasó por el Balaguer, Binéfar, Zaragoza y Viveiro

15 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Su nombre es Mandé Sidibe, aunque prefiere que le llamen Sidi. Llegó al Lemos a finales del 2021, procedente del Viveiro, equipo con el que marcó cuatro goles. Tan solo tiene 19 años, pero ya se hizo un hueco en el corazón de la afición monfortina, que tiene depositadas muchas esperanzas en el delantero africano. Y no es extraño, ya que en tres partidos marcó dos goles y dio varias asistencias.

Sidi es hijo de la emigración. Nació en Costa de Marfil, y con tan solo 7 años llegó a España, concretamente al municipio catalán de Balaguer, en la que ya estaba su padre. Reconoce que hasta esa edad en su país natal no había jugado al fútbol. «Nunca había tocado un balón», afirma.

Y fue en tierras catalanas en las que comenzó su ididio con la pelota. Jugó en los alevines del Balaguer, en los que dejó buenas sensaciones, mostrando un gran olfato goleador. Se sorprendió a sí mismo, porque nunca antes había estado en un terreno de juego. Comenzó como delantero, aunque su entrenador trató de situarlo de lateral. Aquello no funcionó y volvió a jugar en punta.

Las circunstancias de la vida obligaron a la familia a desplazarse a Binéfar, y en esta ciudad su padre comenzó a trabajar en un matadero. Ahí fue donde consiguió la familia estabilidad, lo que provocó que Sidi se incorporara a las categorías inferiores del Binéfar. «En este club me hice futbolista, crecí y progresé. Disfruté muchísimo. Logré un ascenso con los cadetes a la División de Honor y lo bordamos con el juvenil. En una temporada marqué 21 goles y en la siguiente 30, convirtiéndome en el pichichi», recuerda el delantero lemista.

MARCÉN

El Zaragoza llama a su puerta

En el Binéfar estuvo ocho temporadas. Ahí emergió como futbolista y como goleador, circunstancia que no pasó desapercibida para los ojeadores del Real Zaragoza, que lo ficharon para el equipo juvenil.

Pero aquella decisión no fue la correcta, y es que Sidi lo pasó mal en el club de la Romareda. «Fue una temporada de mucho aprendizaje, en la que maduré. Apenas jugué, pero los técnicos y los compañeros me trataron bien. Lo que pasa es que era la primera vez que salía de casa, y no me adapté», indica.

Llegó el pasado verano, y Sidi dejó Zaragoza. Le llegaron ofertas, pero no le satisfacían. Y ahí fue cuando entró en escena la empresa de representación de la que es socio el presidente del Incio, Antonio Feijoo. «Hablé con Jonathan, su socio. Vino y habló conmigo, y me llevó al Lugo. Ahí entrené con el Polvorín, y me propusieron un contrato por tres temporadas, saliendo cedido esta. Acepté», dice.

ALBERTO LÓPEZ

El Lugo lo cedió al Viveiro, en el que tuvo la confianza del exentrenador, Chuski. De hecho marcó cuatro goles, pero con la llegada de David Páez las cosas cambiaron, por lo que Sidi decidió cambiar de aires. «Yo quería jugar, y veía que en Viveiro no iba a tener continuidad. Hablé con Antonio Feijoo y él me trajo al Lemos. Acepté, porque aquí estoy muy contento y con Alberto López estoy aprendiendo muchísimo. Además, el proyecto es ambicioso y pasa por jugar la fase de ascenso», asegura.

Eso sí, su objetivo es llegar al fútbol profesional. «Lo que me motiva a esforzarme y a jugar al fútbol es mi familia, porque algún día quiero devolverle todo lo que me dieron. Busco llegar al fútbol profesional», puntualiza.

Tiene claro que quiere mantenerse ligado al Lugo. «Quiero seguir en la dinámica del club lucense, y sería un sueño poder llegar al primer equipo y triunfar en la élite», señala.

Pero ahora está centrado en el Lemos, con el que también quiere hacer historia y en el que está muy integrado. «Esto es una auténtica familia, la clave para hacer algo grande», concluye.