Rastros de la vida animal de un antiguo mar turbulento en Ribas de Sil

LEMOS

Fauna marina milimétrica. Los fósiles descubiertos en Ribas de Sil son cochas de unos minúsculos animales ?de entre cinco y ocho milímetros de longitud? conocidos como dacrioconáridos, una especie de gusanos de forma tubular que vivieron en el período Devónico, hace unos 410 millones de años
Fauna marina milimétrica. Los fósiles descubiertos en Ribas de Sil son cochas de unos minúsculos animales ?de entre cinco y ocho milímetros de longitud? conocidos como dacrioconáridos, una especie de gusanos de forma tubular que vivieron en el período Devónico, hace unos 410 millones de años CEDIDA

Descubren en el geoparque Montañas do Courel un singular conjunto de fósiles del Paleozoico

29 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos 410 millones de años, algunos de los terrenos que mucho después acabarían formando parte de las orillas del Sil a su paso por el sur lucense se encontraban en el fondo de un mar particularmente agitado. En el municipio de Ribas de Sil se conservan rastros de la fauna que habitaba aquel océano. En el simposio de la Sociedad Geológica de España que se celebra este fin de semana en la estación científica de Seoane do Courel se ha dado a conocer el hallazgo de un conjunto de fósiles microscópicos de animales marinos que ofrece un particular interés científico por diversos motivos.

El hallazgo fue realizado por el geólogo Xosé Carlos Barros, miembro del comité científico del geoparque Montañas do Courel, al estudiar un afloramiento de rocas calizas de entre cuatro y cinco metros de longitud situado en la margen izquierda del Sil, en la localidad de Souto. El descubrimiento ha sido expuesto en un trabajo publicado en la revista científica Geogaceta, firmado por Barros junto con los paleontólogos Juan Carlos Gutiérrez-Marco, Pedro Cózar y Olev Vinn, además del geólogo Daniel Ballesteros. Una vez bien investigado, el bloque rocoso resultó estar formado por una gran cantidad de conchas de pequeños animales marinos conocidos como diacroconáridos. Según explica Gutiérrez-Marco, se trata de una especie de gusanos anillados que medían entre cinco y ocho milímetros y que vivían en el mar abierto.

El paleontólogo señala que la roca descubierta por Barros «es un amasijo que está formado aproximadamente en un 80% por millones de estos animales». Los fósiles, añade, están amontonados de una forma caótica y las conchas de mayor tamaño puede llegar a albergar en su hueco interno entre una y cuatro conchas más pequeñas.

Aguas muy agitadas

Según explica Gutiérrez-Marco, la disposición en la que se fosilizaron las conchas de los diacroconáridos indica que «en el mar en el que vivieron estos animales se producían muchas turbulencias y que en el fondo marino había unas corrientes muy activas». Los investigadores han determinado que estos fósiles marinos pertenecen a la edad Pragiense, que discurrió hace 410 y 407 millones de años.

Unas especies cuya presencia no se había detectado todavía en Galicia, pero sí en El Bierzo

La edad Pragiense, en la que vivieron los fósiles hallados en Ribas de Sil, es una subdivisión del período Devónico, que comenzó y terminó, respectivamente, hace 419 y 393 millones de años. El conjunto de fósiles recién descubierto es el segundo del período de Devónico que se registra en el territorio del geoparque. Hasta ahora solo se conocían rastros biológicos de ese período en una formación conocida como capas de Seceda, en la parte noroeste del geoparque.

Es la primera vez que animales del grupo de los diacroconáridos se identifican en el territorio gallego, aunque también se han encontrado en la localidad de La Barosa, en el municipio berciano de Carucedo. Los investigadores consideran que los fósiles de Ribas de Sil pueden pertenecer a una especie denominada Nowakia acuaria, aunque la identificación aún no es totalmente segura. Se trata de una especie propia de aguas entre templadas y cálidas cuyos fósiles se han detectado en rocas del Devónico Inferior de diferentes partes de Europa, el norte de África, Australia, Norteamérica y Asia, y también en determinados lugares de León y la cordillera Cantábrica.

Una roca que aparentemente se encuentra en un sitio no debería estar

El hallazgo de los fósiles de Ribas de Sil, dice Gutiérrez-Marco, presenta un notable interés desde el punto de vista de la paleontología pero también en el campo de la geología. Los investigadores señalan a este respecto que los terrenos donde se encuentra la formación rocosa que encierra estos rastros biológicos no estaba clasificados como pertenecientes al período Devónico, sino al Ordovícico, que empezó hace unos 485 millones de años y terminó hace unos 444.

La presencia de estos fósiles, dicen asimismo los científicos, prueba indudablemente que la roca en la que se descubrieron se formó en el Devónico. Los autores del estudio creen que el hecho de la que roca se encuentre en un contexto perteneciente a otro período geológico —con una diferencia de decenas de millones de años— indica la necesidad de revisar de forma más detallada la cartografía a esta parte del geoparque, pero piensan que no tiene por qué plantear «graves problemas de interpretación», ya que puede explicarse de diferentes maneras. Una posible explicación es que la roca calcárea sea lo que se conoce como un olistolito, un depósito sedimentario intercalado en terrenos formados en otros períodos.

En el museo de Quiroga

Los investigadores cortaron varias láminas y otras muestras de la roca en la que se encuentran los fósiles, algunas de las cuales se han depositado en el museo municipal de geología de Quiroga y otras en el Museo Geominero de Madrid. El sitio donde está la roca ya fue inscrito como nuevo lugar de interés geológico del geoparque.