La elección de colores para el pintado de fachadas se complica en Monforte

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Casas rehabilitadas con diferentes colores en las fachadas y las carpinterías exteriores
Casas rehabilitadas con diferentes colores en las fachadas y las carpinterías exteriores ROI FERNANDEZ

Los estudios locales de referencia dan paso a una guía que dispara las opciones

04 nov 2021 . Actualizado a las 10:16 h.

A partir de la toma de muestras de mortero de edificaciones antiguas, una serie de estudios permitieron determinar las tonalidades de uso tradicional en las fachadas de Monforte. Los once colores elegidos fueron autorizados por Patrimonio para su aplicación en el ámbito del casco histórico. En ausencia de plan de ordenación, en el resto de la ciudad el colorido de la pintura quedaba al arbitrio de propietarios y promotores. Desde el 2107, la Xunta ofrece un catálogo cromático de referencia para los municipios gallegos con arreglo a su ubicación geográfica. El Ayuntamiento decidió que sea también la pauta en Monforte.

La nueva ordenanza sobre fachadas, ahora en fase de exposición pública, acaba con el vacío existente hasta la fecha en esta normativa en cuanto a colores. En la anterior, vigente desde el 2005, no se incluía ninguna pauta al respecto. El texto aprobado inicialmente por el pleno remite a los propietarios a una guía cuya elaboración fue encargada por la Xunta a un equipo de expertos, disponible en la página web de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda.

«Para a elección da cor nos materiais, revestimentos e acabados de peches ou fachadas, preferentemente as actuacións que se levan a cabo tomarán como referencia os criterios achegados pola Guía de Cor e Materias de Galicia», señala en su artículo 3 la nueva ordenanza. Cuando concluya el trámite de exposición pública, volverá a pasar por el pleno ya para ser aprobada con carácter definitivo.

Propietarios y técnicos

La Guía de Cor e Materias de Galicia se define como una herramienta al servicio de «calquera cidadán que desexe arranxar ou pintar a súa edificación» y de los técnicos redactores de proyectos. «Un instrumento de traballo para os técnicos das administracións, e á súa vez fundamento para que os plans urbanísticos, os instrumentos de ordenación do territorio e os plans de cor específicos, a concreten para ámbitos territoriais menores», precisa la publicación en uno de sus apartados.

El recurso a la guía de la Xunta podría considerarse como la solución más «cómoda» para el Ayuntamiento a la hora de armonizar el empleo de los colores de las fachadas. En la práctica, sin embargo, dista mucho de serlo. La complicación surge, según la opinión de los técnicos consultados, por la complejidad del sistema que plantea para establecer los colores más adecuados a cada edificación. Una división en la que se tiene en cuenta su antigüedad y hasta cinco tipologías constructivas definidas con las etiquetas de «sinxeleza», «eixos», «ornamento», «volumetría» y «racionalidade».

Galicia se reparte en diferentes áreas geográficas en el guía de color que pronto pasará a ser la referencia para el pintado de fachadas. Salvo los núcleos rurales próximos al cañón del Sil, el municipio de Monforte queda englobado en un área que se denomina «Chairas e fosas luguesas», en la que tienen cabida concellos tan dispares como Mondoñedo, As Pontes, Begonte, Chantada o Friol. El apartado de «instrucciones de uso de la guía» establece que esta ubicación es el primer factor que tener en cuanta en la elección de los colores para fachadas.

Pero también entran en juego otros condicionantes que deben valorar los ciudadanos o técnicos que echen mano de la guía, como pueden ser el año de construcción, la «relación e proporción van-muro», el «ritmo, dimensión e composición» de los huecos, las «xerarquías da edificación no plano vertical», o la existencia de balcones, galerías y elementos decorativos.

Para los edificios anteriores a 1960 etiquetados por su simetría constructiva como «eixos» hay seis colores donde elegir para el pintado de fachadas, que pasan a ser dieciocho en las que presentan algún ornamento exterior. Las tonalidades también difieren en uno y otro caso. En el primero son colores de tierras, grises y verdes apagados, mientras que en el segundo se plantean tonos rosas, salmón y verdes más intensos.

Una de las fachadas de las que se tomaron muestras para el estudio de Procolor
Una de las fachadas de las que se tomaron muestras para el estudio de Procolor ROI FERNANDEZ

Los once colores autorizados hasta ahora por Patrimonio

«Atender a la diversidad de tipologías de las viviendas está bien, pero la interpretación de la guía es compleja para quien carezca de formación técnica. Quizás se podría editar algún tipo de folleto resumido que sea más útil para el ciudadano», apunta uno de los técnicos que participaron en los estudios cromáticos en Monforte. El primero fue realizado en el 2004 por la arquitecta Teresa Táboas, que a la postre sería conselleira de Vivenda, y sirvió de referencia para el pintado de edificios en las márgenes urbanas del río Cabe. Con posterioridad, la firma Procolor realizó una segunda investigación para la que se tomaron muestras de mortero de 58 edificaciones repartidas por diecisiete calles del conjunto histórico.

El estudio de Procolor iba a tener continuidad en el marco de un convenio de colaboración con el Ayuntamiento que finalmente no llegó a prosperar. La oficina municipal de rehabilitación entendió que aquel trabajo no debía caer en saco roto y en el 2008 le dio continuidad para definir la paleta cromática que hasta ahora servía de referencia para el pintado de las fachadas en el casco histórico. Patrimonio aceptó, a propuesta de ese servicio municipal, el empleo de once colores; azul claro, calabaza, beis suave, tierra, gris tierra, verde claro, marfil, piedra, vainilla, salmón suave y crema suave.