Las ventas de agricultura ecológica subieron un 16% en el año del covid

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso LA VOZ / VILAGARCÍA

LEMOS

Cultivos hortícolas en ecológio en la parroquia de Merlán, en Palas de Rei
Cultivos hortícolas en ecológio en la parroquia de Merlán, en Palas de Rei ALBERTO LÓPEZ

Galicia duplicó en la última década la superficie que dedica a estos cultivos

26 jun 2021 . Actualizado a las 17:10 h.

Dicen los expertos que si algo aprendimos en el año del coronavirus fue a fijarnos en los productos de nuestra alimentación. A buscar alimentos más saludables y cuya producción fuera sostenible. Esta afirmación podría verse ratificada por los datos que maneja el Consello Regulador de la Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega), que presentó su memoria anual. En el año de la pandemia (2020), se registró una aumento significativo de las ventas, que roza el 17 %. Y creció también el número de productores que se dedica a esta actividad (11%).

«O 2020, a pesar da pandemia, foi un bo ano para a agricultura ecolóxica e estes datos que recollemos son un pouco excepcionais», aseguró el presidente del Craega, Francisco López, que presentó el informe anual junto con el director de la Axencia Galega de Calidade Alimentaria (Agacal), José Luis Cabarcos. Uno de los datos que más destacó fue el de las ventas. «Marcamos o obxectivo de superar no 2020 os 100 millóns de euros, pois chegamos aos 108», añadió. Por su parte, Cabarcos insistió en las posibilidades de crecimiento del sector, «hai unha oportunidade para medrar, xa que hai moita terra abandonada que é susceptible de convertela en ecolóxica».

Según el secretario del Craega, Javier García, Galicia tiene actualmente 32.055 hectáreas de terreno dedicadas al cultivo ecológico. Y, aunque se registró un pequeño descenso de la superficie durante el pasado año, lo cierto es que en la última década las parcelas de agricultura ecológica se duplicaron. Es Lugo la provincia que concentra más de la mitad de la superficie ecológica actual, algo más de 16.000 hectáreas, mientras que Ourense es donde más crece. Pontevedra, en cambio, es la única provincia que reduce superficie, pues pierde algo más de 4.000 hectáreas porque se dieron de baja dos comunidades de montes.

Por tipo de cultivo, son los pastos permanentes los más abundantes, con más de 27.000 hectáreas, aunque registran una caída del 14 %. Por el contrario, crece un 9 % la superficie dedicada a las tierras arables y un 20 % la de cultivos permanentes. Lugo y A Coruña son las provincias donde más superficie de tierras arables hay, el 87 % del total. Las plantas cosechadas en verde, como el maíz forrajero, los guisantes, los nabos y los prados acaparan el 72 % de este tipo de cultivos, mientras que los cereales solo representan el 11 %.

En cuanto a los pastos permanentes, el 73 % de la superficie registrada se ubica en la provincia de Lugo. También ahí está la mayor parte de las tierras de cultivos permanentes. Frutas, frutos rojos y frutos secos ocupan más de la mitad de la superficie de estos cultivos, aunque también tiene especial relevancia la castaña, a la que se dedica el 35 % de estas parcelas. Casi toda la producción se concentra también en Lugo. Otro cultivo importante es la manzana, que ocupa el 5,4 % del total de la superficie. Hay 134 hectáreas dedicadas a este cultivo en Lugo y otras 111 en Pontevedra.

Más operadores

Durante el pasado ejercicio, también se incrementó el número de operadores con certificado ecológico en un 11%. Explican en el consello regulador que el sector tiene dos polos territoriales, Lugo lleva el peso de la producción con 369 operadores y Pontevedra el de la industria, con 122. Si hablamos de productores amparados, el 43 % son horticultores, mientras que otro 40 % son ganaderos. Las provincias atlánticas, por su parte, concentran la totalidad de la actividad acuícola, que supone un 16 % de los productores primarios. Los elaboradores, por su parte, suponen el 26 % del total de inscritos.

Pero sin duda la mejor noticia de este balance es el crecimiento de las ventas, de cerca de un 17 %, certificándose 15,5 millones de euros más que en el 2019 a pesar de la pandemia. La producción animal lleva el peso en lo que a volumen de ventas se refiere, con 63 millones de euros, lo que se corresponden con el 58 % de las ventas certificadas. Por provincias, es A Coruña la que más crece en facturación, al cerrar el año con 27 millones de euros, un 30 % más. Lugo, por su parte, sigue siendo la provincia con más volumen de producto certificado y una facturación que superó los 35 millones de euros durante el pasado ejercicio.

La leche, lo que más factura: algo más de 38 millones

Durante el 2020, Galicia comercializó productos ecológicos por valor de 108.366.11 euros, quince millones más que los registrados durante el pasado ejercicio. La leche y sus derivados siguen siendo, con diferencia, los productos que más facturan. Solo durante el pasado año registraron un valor de 38 millones de euros, cinco millones más que en el 2019. Le sigue, pero a mucha distancia, la carne y sus derivados y las conservas de pescado. Estas últimas fueron las que más incrementaron sus ventas con diferencia.

Más de quince millones de euros en carne y derivados se comercializaron al amparo del consello regulador de la agricultura ecológica, un 3 % menos que en el ejercicio anterior. Por el contrario, la facturación de las conservas de pescado creció desde los 9 millones de euros del 2019 a los 14 millones del 2020. Importante crecimiento registraron también las ventas de huevos, que pasaron de facturar 6,3 millones de euros a 7,7. La acuicultura y la recogida de algas son otros de los productos que han experimentado un gran crecimiento en los últimos años. Cuando se estrenaron en el Craega, en el 2012, facturaron 104.059 euros. El pasado año, esta cifra superó los seis millones de euros.

Si en algo se dejó sentir la crisis del coronavirus fue, precisamente, en el descenso que experimentaron las producciones ligadas a la restauración, como los productos cárnicos (-3,2 %), los de cuarta gama y los gourmet, englobados ambos en otros elaborados. Estos cayeron un 10 %, al igual que los vinos, vinagres y sidras, que registraron un descenso del 7 %. Por el contrario, parece que despierta la producción vegetal, con un crecimiento de los tubérculos, la producción del bosque, la recogida silvestre y la horticultura.