«El curso salió bien gracias a los niños y al sobreesfuerzo de los profesores»

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CEDIDA

Silvia Camino, asesora psicoeducativa monfortina, aborda en un libro el impacto de la pandemia en la educación

10 jun 2021 . Actualizado a las 12:45 h.

La monfortina Silvia Camino, con estudios de psicología y magisterio de educación primaria, es responsable de una consultora privada de asesoramiento psicoeducativo. Hoy presentará en la librería Agrasar -a las 20.00 horas- su libro Lucha sin armas, un ensayo en el que reflexiona sobre los problemas educativos actuales y sobre la situación creada en este ámbito a raíz de la pandemia. La obra ha sido publicada por la editorial Europa Ediciones y hace especial hincapié en la educación de los niños con diversidad funcional.

-¿Qué impacto cree que ha tenido la crisis sanitaria en los colegios?

-En el libro hablo de una situación de incertidumbre total, de desconfianza general y de mucho miedo, pero hay que precisar que lo escribí el verano del año pasado, en plena pandemia y antes de que empezase el nuevo curso. En agosto aún no se sabía nada sobre cómo se iba a retomar la actividad escolar, sobre cómo se iba a garantizar la seguridad sanitaria, cómo se organizarían las aulas, las distancias de seguridad... La obra refleja esa situación, cuando entre los padres y los docentes había muchísima incertidumbre y no se sabía lo que podría pasar durante el curso.

-¿Y ahora qué visión tiene?

-Si se hace un balance de este curso, se ve que al final no fue todo tan mal como se temía al principio. Se pensaba que habría contagios masivos en las aulas y hubo contagios, pero no más que en otros ámbitos. Si el curso escolar en general salió bien, fue gracias a los niños, que mostraron una madurez increíble y respetaron las medidas de prevención con un gran sentido de la responsabilidad. Y también gracias al sobreesfuerzo de los docentes, que no tienen manos suficientes para tapar tanto agujero, como digo en el libro. Hay que recordar que cuando el curso estaba a punto de empezar aún no estaban nada claras las medidas de seguridad que se iban a adoptar. Los equipos directivos de los centros educativos y los profesores tuvieron que trabajar a contrarreloj para adaptarse a la situación, y se puede decir que el resultado fue un éxito a pesar de todas las dificultades que hubo.

-¿Cómo lo han llevado las familias con niños con diversidad funcional?

-Les ha afectado mucho. Hubo muchas familias que pidieron educación domiciliaria y los profesores iban a sus casas varios días por semana, en función de los casos. Hay familias que están contentas con esta solución, pero a otras les gustaría que volviesen a clase. Con la educación domiciliaria, los niños pudieron estar más calmados, pero eso no es una inclusión real. Los niños con diversidad funcional tienen que estar dentro del aula.

-¿Que piensa que pasará en el mundo de la educación una vez acabe la crisis?

-Lo que creo es que tenemos que hacer todos una reflexión profunda sobre cómo será la educación después de la pandemia. Me parece que ahora la gente está más concienciada sobre la importancia de la educación y de la sanidad, y que tiene que haber un antes y un después de la crisis. A nivel general, cualquier gobierno debería esforzarse por reforzar la educación como uno de los pilares básicos de las sociedad. Después de todo esto, hay que prestar mucha más atención a la educación y a la sanidad.

«Hacen falta muchos recursos para familias con hijos con diversidad funcional»

El libro de Silvia Camino, según explica la autora, presta especial atención a los problemas que padecen las familias con hijos con diversidad funcional.

-¿A qué se refiere el título de la obra?

-La vida de una familia que tiene hijos con diversidad funcional es precisamente eso, una lucha constante, sin armas y casi sin recursos. Para ellos, la educación supone encontrarse con piedras en el camino y sortear obstáculos todo el tiempo. Con la crisis sanitaria estos problemas se volvieron todavía más complicados.

-¿Qué se puede hacer para ayudar a estas familias?

-Hacen falta muchos más recursos de los que hay ahora, no solo a nivel educativo sino también a nivel sanitario. Se necesitan más especialistas para que estos problemas se puedan detectar a edades más tempranas. No es lo mismo que se diagnostique uno de estos problemas a los dos años que a los seis.

-¿Qué porcentaje pueden suponer estos niños dentro de toda la población escolar?

-Hay muchas características que definen la diversidad funcional, un concepto en el que entran el autismo, el déficit de atención y muchos otros problemas, pero entre unos y otros el porcentaje puede ser muy elevado. Hace unos días presenté el libro en León, donde hay una asociación de ayuda a estas familias, y allí se dijo que los niños con diversidad funcional pueden suponer hasta el 40% del total de la población escolar.