El 20% de los avisos de velutina proceden de Lugo y Mondoñedo

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Colocación de trampas contra velutinas en junto a unos árboles en el municipio de Sober
Colocación de trampas contra velutinas en junto a unos árboles en el municipio de Sober CEDIDA

La irregular distribución de esta plaga complica los pronósticos sobre su evolución

27 abr 2021 . Actualizado a las 17:10 h.

No hay unanimidad entre los apicultores sobre los indicios de agotamiento de la expansión de la avispa velutina. Las cifras generales divulgadas este fin de semana por la Xunta dicen que el año pasado fueron retirados un 24% menos nidos en la provincia de Lugo que el 2019, pero lo cierto es que en determinadas zonas la presencia de este insecto invasor fue mayor el año pasado. De lo irregular que es este problema en función de las distintas comarcas, da una idea el hecho de que el 20% de las alertas del año pasado en toda la provincia proceden solo de dos municipios: Lugo y de Mondoñedo. Algunos expertos consideran que lo que pase este año dará pistas más fiables para saber si esta plaga ha llegado o no a su tope y puede empezar a remitir.

Suena paradójico, pero en la provincia de Lugo están tanto los primeros municipios gallegos en los que, allá por el 2012, se vieron velutinas como los últimos que están quedando a salvo de esta plaga. En las comarcas de A Mariña no hay discusión en que esta especie invasora es un problema de primera magnitud para los apicultores y que ha venido para quedarse. En cambio, para los apicultores que tienen sus colmenas, por ejemplo, en Os Ancares o en O Courel no supone en estos momentos un peligro real.

En las comarcas de A Mariña están casi todos los municipios de la provincia que el año pasado sumaron más de cien nidos de velutina retirados. El número de avisos de avistamientos de nidos de los que guarda registro la Xunta confirma que una mayoría abrumadora de las llamadas proceden de allí. El año pasado fueron neutralizados en la provincia de Lugo 2.479 nidos de velutina, pero las llamadas de aviso fueron bastantes más, porque no todas acaban en retirada. Las llamadas fueron el año pasado casi 4.000. De todas estas, un total de 377 avisaban de nidos en el municipio de Lugo y otras 224 eran de Mondoñedo.

En la Ribeira Sacra

El veterinario y apicultor Gonzalo Calvo tiene sus colmenas en el municipio de O Saviñao, en la Ribeira Sacra, una de las áreas a las que el avispón asiático tardó más en llegar. En el 2016 se vieron los primeros ejemplares, así que lo que cabía esperar es que entre el 2019 y el 2020 se empezase a ver si esta especie se adapta al frío habitualmente extremo de los inviernos en esta zona. Él no se atreve todavía a dar nada por hecho, pero es de los que el año pasado ha visto menos velutina que el anterior.

«Mi experiencia personal es que el año pasado fue a menos -explica Gonzalo Calvo-, pero me baso en lo que yo vi, carezco de datos globales y está claro que las cosas pueden cambiar mucho entre unas zonas y otras». Además, añade, hay que tener en cuenta que el año pasado todo fue distinto por la pandemia. Con todo el mundo más metido en casa de lo habitual puede que los datos de retirada de nidos no reflejen bien la magnitud del problema.

En todo caso, este veterinario corrobora la idea de que el 2021 va a ser un año fundamental para sacar conclusiones. Si el número de nidos detectados vuelve a bajar, entonces sí que se podría empezar a hablar de que la velutina ha encontrado sus límites. Además, el tiempo que hizo este invierno permite descartar factores coyunturales si resulta que hay un segundo repliegue consecutivo. «Foi un inverno sen frío extremo, ideal para que a velutina teña un bon ano», advierte.

En abril empiezan los avistamientos de nidos primarios, los más fáciles de suprimir

La lucha contra la velutina empieza cada año con la colocación de las trampas al principio de la primavera. Es el momento apropiado para capturar reinas antes de que creen nuevos nidos y el número de ejemplares se multipliquen.

Las asociaciones de apicultores insisten mucho en la necesidad de actuar con intensidad en esa época del año y colocar trampas a tiempo antes de que se formen los enjambres y los ejemplares de avispón se multipliquen hasta volúmenes inmanejables. En el teléfono 012, la actividad no empieza a intensificarse hasta el mes de abril, cuando comienzan a proliferar los nidos primarios, recién construidos por la reina y todavía de pequeño tamaño, así que también más fáciles de eliminar.

El repunte de noviembre

Los registros de los que dispone la Consellería de Presidencia, que es el departamento de la Xunta encargado de coordinar la acciones de control de esta especie desde principios del año 2019, demuestran que los mayores picos de llamadas que avisan del avistamiento de nidos se produce en verano, y sobre todo en agosto. En otoño descienden, pero en noviembre suele producirse un repunte, debido sobre todo a que la caída de las hojas de los árboles deja a la vista muchos nidos que antes permanecían ocultos.

Hasta tres nidos al día neutralizados por los bomberos en lugares como Monforte

El recuento de nidos retirados que facilita todos los años la Xunta no está completo. Por un lado, no recoge todos los que se detectan, ya que en algunos casos su situación fuera del alcance de cualquier pértiga impide neutralizarlos. Pero además, esta lista tampoco incluye los que eliminan los bomberos, que intervienen si el nido está en un lugar peligroso para personas, como es el caso de muchos de los que aparecen en zonas urbanas. Los bomberos de Monforte, por ejemplo, vivieron el año pasado un verano especialmente intenso, con temporadas en los que retiraban nidos a un ritmo de tres al día. Ayer mismo, los bomberos recibieron tres avisos de nidos en viviendas situadas dentro del casco urbano de Monforte.

Los cuerpos de bomberos de la provincia disponen de medios específicos similares a los de Seaga para emplearlos en la neutralización de nidos de velutinas, incluidos trajes similares a los de apicultura pero de un grosor superior.

Pértigas si están lejos

En el caso de los bomberos de Monforte, en la eliminación de los nidos utilizan dos métodos. Si el nido está en un lugar accesible lo retiran directamente y, en caso contrario, lo neutralizan introduciendo en él sustancias insecticidas mediante pértigas.