El carbono 14 acaba con el mito del origen romano del viñedo en terrazas

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LOPEZ

Una investigación data en el siglo X los bancales más antiguos y vincula su construcción a comunidades monásticas anteriores al Císter

05 abr 2021 . Actualizado a las 16:39 h.

Las terrazas más antiguas de la Ribeira Sacra tienen mil años. Una investigación sin precedentes en este territorio, para la que se dataron por radiometría muestras de terreno de viñedos de la zona del Sil, sitúa en el siglo X el origen del paisaje característico de la viticultura heroica. La iniciativa se inscribe en el proyecto arqueológico Adegas da Memoria, que se desarrolla en la parroquia de Vilachá de Salvadur, en el municipio de A Pobra do Brollón.

Las muestras datadas mediante carbono 14 fueron recogidas en el entorno de la zona de Os Conventos, donde desde el 2019 se llevan a cabo excavaciones en una antigua construcción de origen indeterminado que pudo albergar un monasterio medieval cuya existencia está documentada desde el siglo XII.

Los primeros bancales habrían sido construidos en el siglo X por comunidades monásticas como la que ocupó inicialmente el lugar de Os Conventos, que posteriormente se reestructuraron a raíz de la llegada a Galicia de la orden del Císter. A partir de ese momento, se produce un proceso de expansión de la superficie de viñedo en bancales en la Ribeira Sacra que se prolongará al menos hasta el siglo XVI.

«As comunidades producen entón un ben [el vino] co que pagar os impostos aos señores eclesiásticos», explica el profesor Felipe Criado-Boado, director del Instituto de Ciencias del Patrimonio del Patrimonio, que este miércoles participó en el acto de presentación de las primeras dataciones por carbono 14 de las terrazas vitícolas.

Apoyo a la candidatura

La presentación tuvo como escenario el auditorio de la Casa de Cultura Olga Novo, de A Pobra do Brollón, y contó con la presencia del alcalde de ese municipio, José Luis Maceda; de la directora xeral de Patrimonio de la Consellería de Cultura, Mari Carmen Martínez Insua; y del presidente de la asociación de vecinos de la parroquia de Vilachá de Salvadur, José Castiñeira. Los detalles de la investigación fueron expuestos por Felipe Criado, por la edafóloga Cruz Ferro y por el arqueólogo Xurxo Ayán.

Las 110 muestras recogidas para esta investigación proceden de cinco sondeos realizados en diferentes altitudes y orientaciones de esa ribera del Sil, perteneciente al paisaje cultural que recibió de la Xunta de Galicia la declaración de BIC y que aspira a la declaración de bien mundial por parte de la Unesco.

La directora xeral de Patrimonio hace hincapié en la importancia de este trabajo para la candidatura de Ribeira Sacra. «Estamos ante un estudo de especial relevancia que permite achegar evidencias científicas da orixe deste elementos singulares da Ribeira Sacra», destaca Mari Carmen Martínez. Las conclusiones a las que se llegó -añade- «son de gran importancia non so para A Pobra do Brollón, senón para todo o territorio da Ribeira Sacra».

Cruz Ferro detalló en la presentación del trabajo los pormenores de la recogida de muestras y los motivos por los que se eligió la ubicación de los sondeos. Las terrazas más antiguas, originarias el siglo X, son precisamente las situadas en las proximidades de Os Conventos. Por otro lado, algunas de las construcciones datadas por radiometría se levantaron sobre muros más antiguos que destinados a un uso que luego fue modificado.

Extrapolable a otras zonas

Las dataciones más recientes entre las realizadas en los bancales en la ribera de Vilachá corresponden al siglo XVI. «Probablemente se produciu unha expansión da construción de pataos [como se denomina en algunas zonas a las terrazas], que indican unha actividade agrícola intensa», explica la edafóloga. Según su criterio, y aunque advierte que sería oportuno ampliar la investigación, la conclusiones de esta investigación son extrapolables a toda la Ribeira Sacra.

En los últimos años se llevaron a cabo proyectos relacionados con la arqueología del paisaje agrario que permitieron datar terrenos aterrazados en el monte Gaiás, en Santiago, y en los municipios de Lalín y Ponte Caldelas. Hasta la fecha, sin embargo, no se había aplicado la radiometría para situar históricamente la construcción de los bancales vitícolas de la Ribeira Sacra.

Felipe Criado destaca que el carácter milenario de estas terrazas puede ser además una importante herramienta promocional para las bodegas. «Non hai moitas zonas que de viño que poidan dicir, a partir de datos dunha investigación científica, que o seu terruño ten oitocentos ou mil anos», apunta.

Un discurso erudito que caló en la promoción de las bodegas y del consejo regulador

La datación mediante el método del carbono 14 indica que las terrazas más antiguas de la ribera del Sil en Vilachá de Salvadur se levantaron durante el período altomedieval, antes de la implantación de la orden del Císter. Una etapa histórica, señala Xurxo Ayán, sobre la que pesa la engañosa etiqueta de «idade escura» y que en realidad «amosa un mundo moi interesante e cheo de claves para falar da mestizaxe cultural ou da presenza da muller no poder».

Según este arqueólogo, el Císter impulsó en esa zona de la Ribeira Sacra un «proceso de colonización» en torno a la granja que se fundaría en el antiguo espacio sacro que existió en Os Conventos. Los resultados de la investigación -subraya- «son totalmente revolucionarios e rematan co mito erudito da paisaxe romana, un discurso case hexemónico que manexan moitas adegas e incluso o consello regulador».

A la presentación del estudio asistieron como invitados viticultores de la ribera de Vilachá de Salvadur, cuya asociación de vecinos participó en el proyecto junto a la Consellería de Cultura, el Centro Superior de Investigaciones Científicas y el Ayuntamiento de A Pobra do Brollón.

El alcalde considera que una de los aspectos más reseñables de la investigación que tiene como escenario en Os Conventos, junto con la trascendencia de sus resultados, es que se lleva a cabo «de abaixo arriba». «Os veciños merecen o noso recoñecemento por entender e axudar a desenvolver un proxecto científico e rigoroso que potenciará esta zona», afirma Maceda.