Las obras se centran por ahora en el tramo más próximo a la plaza de España
09 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Van bien, pero podrían ir mejor. Así ven desde el gobierno municipal el desarrollo de la reforma de la calle Cardenal. Al menos así se expresa el concejal de Servizos, José Luis Losada, cuando algún vecino le pide su opinión. A última hora de la tarde del viernes, antes del parón del fin de semana, supervisó a pie de obra del desarrollo de los trabajos en la principal calle peatonal de Monforte. Pasaron dos semanas y quedan seis para cumplir los plazos que acordaron Ayuntamiento y empresa.
Esta vez, los plazos no parecen negociables. No solo están supeditados por la concentración de comercios, establecimientos de hostelería y todo tipo de negocios en esa céntrica calle. El margen de ocho semanas se fijó con vistas a las vacaciones de Semana Santa, cuando la zona peatonal acogerá una nueva edición de la Feira Medieval. «As obras van a bo ritmo e se o tempo axuda penso que rematarán a tempo», apunta el alcalde, José Tomé.
Según los plazos pactados, y si descontamos los fines de semana, la empresa tiene por delante treinta días para acabar de levantar el firme, retirar el mobiliario, instalar las nuevas conducciones y recolocar las piedras de granito sobre otra cimentación aprovechando las que están en mejor estado. Las obras empezaron el 27 de enero y hasta ahora se sacó el piso en la parte más estrecha y en un pequeño tramo próximo a la confluencia con la calle Hermida Balado.
Mortero «de altas prestaciones» en las juntas para evitar que la piedra vuelva a levantarse
Las losas se recolocaron por ahora en un pequeño tramo en la confluencia con la plaza de España. Los comerciantes sobrellevan las molestias lo mejor que pueden. No se quejan de la empresa, que según la opinión mayoritaria trabaja bien y no escatima medios. «Lo importante es que no haya que levantar la calle otra vez dentro de unos años», señala un vecino a la entrada de uno de estos negocios.
Los defectos constructivos y el paso a diario de vehículos de reparto motivaron que el granito se descolocase al poco de llevarse a cabo la primera urbanización del Cardenal, en el año 1989. El proyecto de recolocación que ahora se está realizando prevé que las juntas entre las piezas de granito se rellenen con un mortero «de altas prestaciones» para facilitar su estabilidad. La oferta presentada de la empresa adjudicataria establece un plazo de garantía de dos años a partir de la entrega de las obras.