Tragsa se hará cargo de la piscina si se marcha la empresa actual

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CARLOS CORTÉS

Es la alternativa que maneja el Ayuntamiento para evitar un posible cierre

17 ene 2020 . Actualizado a las 21:00 h.

El Ayuntamiento de Monforte sopesa pedirle a Tragsa que se haga cargo de la piscina climatizada de A Pinguela en caso de que la empresa que la gestiona cierre o decida abandonar el servicio. Es la alternativa que manejan los responsables municipales para el caso de que las conversaciones abiertas con la empresa actual no den el resultado que esperan. La piscina lleva meses con problemas económicos y los trabajadores denuncian que les deben varias nóminas. La plantilla ya llevó a cabo una huelga de dos horas hace unos días y estudia emprender otras movilizaciones similares.

En cuanto a principios de este mes los trabajadores de la piscina denunciaron que su empresa les debe el sueldo de dos meses, el Gobierno local monfortino anunció que espera que el conflicto se resuelva sin necesidad de medidas drásticas. Los portavoces municipales añadían que ya había contactado con una segunda empresa por si acaso la actual deja de prestar el servicio, para evitar así un cierre de las instalaciones. No aclaraban qué empresa era la que habían elegido como alternativa, pero se trata de Tragsa.

Los de las rutas fluviales

Esta firma pública estatal ofrece servicios en diferentes áreas a las administraciones públicas. Fueron ellos, por ejemplo, los que se hicieron cargo en el 2017 de las rutas fluviales de la Ribeira Sacra por encargo de la Diputación de Lugo cuando la oposición bloqueó la posibilidad de que el organismo provincial siguiese gestionándolas directamente.

Tragsa se haría cargo de la piscina climatizada de Monforte solo de manera temporal y hasta que el Ayuntamiento convoque un nuevo concurso. Los responsables municipales no contemplan la posibilidad de rescatar la concesión y hacerse cargo de la gestión de forma directa. Lo que ya está decidido es que habrá nuevo concurso y que lo habrá antes de que termine este año. El actual contrato es de diez años y ya no le queda mucha vigencia, porque caducará a principios del 2021. El Gobierno local quiere llegar a la fecha de finalización del contrato con el concurso ya resuelto, o al menos encarrilado. Por eso, aprobará las bases y lo convocará durante el 2020.

La opción de Tragsa se activaría solo en el caso de que las conversaciones abiertas entre el Ayuntamiento con la empresa ourensana Alacer, Ocio y Deporte no llegasen a buen puerto. Hasta el momento, las dos partes se reunieron una vez en vísperas de que los trabajadores desvelasen públicamente que les deben dos mensualidades. En síntesis, la empresa pide al Ayuntamiento más dinero para seguir atendiendo sus obligaciones en la piscina. Sus representantes aseguran que la condiciones económicas no son las que pactaron con el Ayuntamiento cuando en el 2015 decidieron heredar el contrato de su predecesora, la también ourensana Pazos, que se había declarado en concurso de acreedores y después acabó cerrando.

En el Ayuntamiento dicen que las condiciones del contrato está claras y que ellos las están respetando, y ponen como ejemplo los fondos extra que están entregando a la empresa todos los años para compensar la congelación de las tarifas que pagan los usuarios.

Desequilibrio financiero

En una segunda reunión, que iba a celebrarse esta semana, la empresa tenía que presentar documentación para tratar de demostrar que el contrato está en desequilibrio financiero y que tienen derecho a pedir más dinero. Pero ese segundo encuentro ha sido aplazado y no se celebrará hasta finales de este mes.

Los trabajadores estudian nuevas medidas de presión para finales de este mes

Los principales perjudicados por esta situación de estancamiento son los trabajadores. A finales de diciembre la mayor parte de ellos cobraron la nómina de octubre y en estas dos primeras semanas de enero han ido cobrando esa mensualidad atrasada algunos de los que todavía estaban esperando, no todos. Es la única novedad y no parece que a corto plazo vaya a haber más. «Hai uns días ingresaba un compañeiro a nómina de outubro e este luns quedaron en que a cobraría outro dos que aínda están pendentes», explica Martín Fernández, el delegado de personal que representa a los dieciséis trabajadores de la piscina. En los próximos días, estudiarán si convocan otra jornada de protestas hacia final de mes, en coincidencia con la reunión pendiente entre los responsables municipales y los de la empresa Alacer.

No más impagos

Está por ver qué tipo de movilización convocan y su alcance, pero todo apunta a que podría tratarse de una nueva huelga de dos horas de duración, como la del 9 de enero. Desde que aquel día paralizaron durante dos horas la actividad de la piscina, los representantes de los trabajadores, que actúan asesorados por el sindicato Comisiones Obreras, mantuvieron una reunión con el alcalde José Tomé y otros representantes del Ayuntamiento, que les confirmaron que su intención es mantener abierta la piscina pase lo que pase. Los afectados están satisfechos con ese compromiso, pero quieren también cobrar el dinero que la empresa les debe y se rebelan contra la posibilidad de acumular más impagos.