Pistas y viñas que se desmoronan, la resaca del temporal en Sober

LEMOS

Cedido

El presupuesto municipal incorporará una partida con ayudas a los afectados

03 ene 2020 . Actualizado a las 17:50 h.

Las secuelas del último temporal de lluvias serán visibles por bastante tiempo en buena parte de la ribera del Sil a su paso por el municipio de Sober. En pocas zonas el viñedo alcanza los porcentajes de inclinación de Doade y Amandi. Esta circunstancia motivó que fuesen también las laderas más perjudicadas por las intensas borrascas que se sucedieron el pasado mes de diciembre. El agua formó improvisados ríos que se abrieron paso por la pendiente y causaron desplomes en numerosas viñas y tramos de pistas.

El alcalde, Luis Fernández Guitián, avanza que solicitará ayudas a la Xunta de Galicia para hacer frente a los cuantiosos daños. Los presupuestos municipales de este año, cuya aprobación está pendiente, incluirán por otra parte una partida específica con compensaciones a las que se podrán acoger los viticultores que resultaron afectados.

La pala no da abasto

La pala enviada por el Ayuntamiento para reabrir las pistas no da abasto estos días en la ribera de Doade. «Estamos atendendo o máis urxente. A auga sempre fai algún dano na ribeira, pero nunca como este ano. Facía moito tempo que non chovía tanto e tan seguido», señala el alcalde, Luis Fernández Guitián. En lo alto de esa ladera, en la zona de Meixemán, la maquinaria tuvo que trabajar cinco días para levantar el escombro.

«A la pala le llevó día y medio sacar la piedra solo en Carballocovo. Había bloques de setecientos kilos cerrando la pista», apunta Fernando González, de Adega Algueira. Sus viñas sufrieron las consecuencias del temporal de lluvias por partida doble, en Doade y en la cercana ribera de Abeleda, en el municipio ourensano de Castro Caldelas. Reponer los muros que se desplomaron en uno de los viñedos que cultiva en esa última zona supondrá, según sus cálculos, no menos de un mes de trabajo.

El agua se abrió paso por las pistas que dan acceso a las viñas y dejó impracticables las que están en tierra. Algunas de las que disponen de capa de hormigón no corrieron mejor suerte. Por debajo de Meixemán, en la parte superior de la ribera, el firme se levantó por completo en un tramo de unos cien metros.

«Hai zonas de moita superficie de viñedo onde só se pode pasar cun todoterreo e con moita precaución», admite el alcalde. El Ayuntamiento instaló señales de advertencia en esos tramos. En muchos no solo habrá que reponer el firme, sino que también será preciso construir muros de contención.

Desplomes a diario

La ladera cedió en varios puntos a la altura de las pistas de las viñas de Doade, arrastrando parte del pavimento en los laterales. El firme está agrietado en algunos tramos y existe el riesgo de que se produzcan nuevos desplomes. Los desplomes en las viñas, apunta Fernando González, están a la orden del día. «Al secar con el frío y las heladas el terreno termina de ceder. No hace falta meterse a las pistas, se ve desde la carretera», comenta el bodeguero.

El Ayuntamiento ultima la tasación de los daños provocados por los temporales de lluvia para fijar la cuantía de la partida de ayudas que incorporarán los presupuestos municipales.