El Camino de Invierno de Castro Caldelas a Monforte

Antonio Rodríguez TRIBUNA

LEMOS

21 nov 2019 . Actualizado a las 11:08 h.

De todos son conocidos los erráticos itinerarios propuestos durante más de veinte años hasta el reconocimiento oficial del llamado Camino de Invierno, si bien su delimitación concreta se encuentra todavía pendiente de realizar. Una de las grandes incongruencias es el reconocimiento de la alternativa al camino oficial que parte del puente de Abeleda, en el término municipal de Monforte de Lemos, y llega a la capital comarcal. Incongruencias, porque tal como está delimitado no tiene continuidad desde el punto de inicio y ahí muere, no obstante la existencia física del camino que lleva a Castro Caldelas. Desconocemos las razones que llevaron a esta más que discutible decisión, porque el sentido común nos lleva hasta Castro Caldelas y desde aquí, siguiendo la Via Nova hasta A Cigarrosa, atravesando los hermosos codos de Larouco donde se encuentra el puente Bibei, puente romano que aún sigue en funcionamiento.

El Camino de Invierno, en su configuración oficial, no sigue la Via Nova que sería el itinerario lógico desde que aquellos legionarios soldados romanos y mercaderes transitaban desde Asturica hasta Bracara Augusta.

Desconocemos las razones que se tuvieron en cuenta para apartarse de la vía a la vez más idónea y más importante que atravesaba Galicia desde el Imperio Romano, pero es cuando menos sorprendente y no se han dado razones suficientemente fundamentadas en estudios históricos.

Diferentes asociaciones reivindican el paso del Camino de Invierno por Larouco, Trives, Castro Caldelas, Ribeira de Doade, Pena do Castelo y Francos hasta Monforte de Lemos, como el itinerario más idóneo para llegar a Santiago desde Valdeorras donde la principal via de comunicación siempre ha sido la Via Nova desde la antigüedad. Desde Castro Caldelas, que dista más de cient kilómetros de Santiago de Compostela, el peregrino o caminante descendería hasta el puente de Abeleda al lado del mirador de Matacás, y desde allí ascendería por la Via Luci -actualmente bastante abandonada por construcciones físicas de inmuebles y caminos agrícolas- a través de una de las zonas más hermosas de la Ribeira Sacra, los viñedos de Doade y Amandi.

El Camino de Invierno no es patrimonio de ninguna asociación ni debe ser catapulta para encumbrar a personajes de diversa índole y mucho menos delimitarlo en función de intereses personales y localistas. La delimitación futura del Camino de Invierno, en la que deberían colaborar historiadores, asociaciones y colectivos interesados, ha de fundamentarse en investigaciones, estudios y trabajos académicos que de algún modo sustenten su más que discutible trazado actual.

En el supuesto de que este camino hubiera sido utilizado por peregrinos -no olvidemos que desde el siglo XVI hasta la década des 1990 no han existido peregrinos ni peregrinaciones a Santiago de Compostela-, es preciso documentarlo con rigurosos estudios académicos para que no quede en un mero desiderátum al amparo de las actuales circunstancias socioeconómicas que favorecen todo tipo de actividades lúdicas.