Alerta por tormentas en vísperas del inicio oficial de la vendimia

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Vendimia de uva blanca en Viña Cazoga, el pasado 28 de agosto, la primera de esta campaña
Vendimia de uva blanca en Viña Cazoga, el pasado 28 de agosto, la primera de esta campaña SENÉN ROUCO

La mayoría de las bodegas esperan a mañana para comenzar a recolectar la uva

17 sep 2019 . Actualizado a las 19:40 h.

Alrededor de treinta bodegas de la denominación de origen Ribeira Sacra solicitaron permiso del consejo regulador para vendimiar viñedos antes de la fecha recomendada con carácter general por el consejo regulador. Cuatro de ellas, ninguna de gran volumen, dieron por finalizada la recolección el pasado viernes. La mayoría aguardan al jueves, fecha fijada para el inicio oficial de la campaña, para recoger la uva. Con la salvedad del chaparrón del pasado domingo, el tiempo fue favorable para los viñedos en lo que va de septiembre. En lo que resta de semana, parece que primará la inestabilidad.

Los pronósticos acertaron y en la tarde del domingo se produjeron aguaceros tormentosos en la mayor parte de la Ribeira Sacra. Las previsiones para esa jornada empujaron a muchos viticultores a adelantar la recogida de la uva por temor a un pedrisco que por fortuna no llegó a producirse. Ayer se produjo una nueva alerta por posibles granizadas, que se repetirá esta tarde. La vendimia, hasta ahora plácida en lo meteorológico, comienza a complicarse justo cuando se avecina el pistoletazo de salida.

El único balance oficial se dio a conocer el pasado viernes. Entre el 28 de agosto -cuando fueron recogidas las primeras uvas blancas- y el 12 de septiembre se recolectaron en Ribeira Sacra con autorizaciones puntuales 224.773 kilos, de los que 110.487 eran de mencía. A partir de mañana, cuando arrancará la campaña de forma generalizada, la denominación de origen publicará diariamente un recuento.

La cosecha se presenta abundante y la previsión del consejo regulador es superar los siete millones de kilos de uva. Aunque en los últimos años hubo vendimias más precoces, la uva maduró con rapidez en casi todas las zonas. La mayoría de las bodegas, sin embargo, prefirieron esperar a la fecha acordada por el consejo regulador para iniciar la campaña. El pasado viernes todavía no había entrado uva en 68 de las 99 inscritas en la denominación.

Hasta ahora, todo bien

El tiempo sonrió a los viticultores en los prolegómenos de la vendimia. Llovió lo justo a finales de agosto, cuando las vides más necesitaban el agua, y desde entonces solo volvieron a registrarse precipitaciones en la tarde del pasado domingo. Los ataques de hongos escasearon en esta cosecha y las noches frescas atemperaron la maduración. Pero el escenario meteorológico introduce ahora un factor de incertidumbre. Al menos hasta el fin de semana, los pronósticos indican que el riesgo de chubascos es muy elevado.

La lluvia que tanto necesitaban las cepas a finales de agosto para nada benefician a la uva a estas alturas, especialmente en las viñas donde la carga de racimos es muy elevada. En esas condiciones, frecuentes esta cosecha, las precipitaciones incrementan significativamente el riesgo de podredumbre.

Régoa, Cazoga, Lucenza y Malcavada ya dieron por cerrada la campaña

Una treintena de bodegas solicitaron hasta la fecha autorización para adelantar la vendimia al 19 de septiembre, la fecha de inicio oficial que aprobó el pleno del consejo regulador de Ribeira Sacra. Algunas incluso dieron al campaña por cerrada bastante antes de ese día. Ya recogieron la totalidad de la producción José María Prieto (Régoa), Jorge Carnero (Viña Cazoga) Otilia Arias (Lucenza) y Araceli Vázquez (Malcavada). Son bodegueros que elaboran sus vinos con uva de viñedos propios situados en la ribera del Sil, donde la maduración suele ser más temprana que en otras zonas.

En el caso de Prieto y Carnero, sus viñedos quedaron arrasados el pasado año por el granizo y la producción todavía no ha podido normalizarse del todo en esta cosecha. Las viñas están situadas, en ambos casos, en el corazón de la ribera de Amandi, en laderas próximas al río en las que existe el riesgo de que la uva se pase si se retrasa en exceso la recogida.

La inmensa mayoría de los viticultores aguarda, no obstante, por la apertura de las grandes bodegas. Muy especialmente Rectoral de Amandi, que adquiere gran cantidad de uva en todas las subzonas de la denominación de origen. Para estos cosecheros, no queda otra que esperar a mañana y mirar mientras tanto al cielo de reojo.