«Hace 800 años que no le da el sol»

CHRISTIAN RODRÍGUEZ / C. C. MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Un arqueólogo saca fotos del interior de la tumba número 53, en la que apareció esta mañana un esqueleto en muy buen estado de conservación
Un arqueólogo saca fotos del interior de la tumba número 53, en la que apareció esta mañana un esqueleto en muy buen estado de conservación CARLOS CORTÉS

La quinta campaña de excavaciones en el castro de San Lourenzo de Cereixa se salda con el hallazgo de diecisiete tumbas y siete cuerpos

14 ago 2019 . Actualizado a las 10:10 h.

La quinta campaña de excavaciones arqueológicas en el castro de San Lourenzo de Cereixa termina hoy. Durante esta última campaña los investigadores hallaron diecisiete nuevos sepulcros en el yacimiento, siete de ellos con restos humanos en su interior. Los investigadores destaparon la mañana de ayer dos de las tumbas de la necrópolis medieval sobre el castro.

Los enterramientos elegidos fueron los marcados con los números 45 y 53 por los letreros que colocaron los arqueólogos. En el 53 salió el bingo. Bajo la lápida con este número aparecieron unos restos humanos en considerable buen estado de conservación. «Hace 800 años que no le da el sol», comentaron los encargados de las prospección en un momento de risas y entusiasmo. Unos momentos antes se había destapado la tumba 45, ubicada en hilera con las demás, que contenía también restos humanos, que aunque más pobres que las de la abierta después, conservaba la mitad frontal de un cráneo.

El último cuerpo descubierto mantiene su dentadura, algo poco común en los hallazgos del castro de Cereixa, lo que llamó la atención de los investigadores de la campaña dirigida por Xurxo Ayán. Los miembros de la campaña ya hablaban de «el nuevo Atilano», nombre con el que bautizaron unos restos con apariencia semejante a finales de 2017. Esta tumba se encuentra más hacia el este, paralela a la iglesia del castro y estaba sellada con una losa mucho más gruesa que las del resto de la excavación.

Ambos enterramientos siguen el mismo patrón que los demás, con la cabeza en  poniente y los pies hacia el este. Las tumbas se hallan a sesenta centímetros bajo el suelo, la profundidad excavada desde el inicio de las prospecciones arqueológicas en San Lourenzo de Cereixa.

Los arqueólogos destapan la tumba número 53 y por el hueco se ve una calavera en buen estado de conservación
Los arqueólogos destapan la tumba número 53 y por el hueco se ve una calavera en buen estado de conservación CARLOS CORTÉS

El castro de Cereixa concentra 2.300 años de historia. Construido hacia el siglo II antes de nuestra era, se repobló en el siglo XI, una de las épocas más convulsas para Europa. La cantidad de enterramientos en esta espacio denota un núcleo de población densamente poblado, que habría dado origen a la parroquia de Cereixa tras la cristianización.

Con la ayuda de voluntarios

 El arqueólogo Xurxo Ayán y la paleontóloga Candela Martínez contaron este año con la ayuda de los voluntarios del campo de trabajo internacional del municipio. Un total de catorce jóvenes -un francés, tres rusas y diez españoles- han colaborado en las tareas de la expedición con la supervisión del equipo de arqueólogos, que incluyen además de la actuación sobre el yacimiento, el estudio en el laboratorio del hogar social de A Pobra de los objetos encontrados. «Hay profesionales que consideran que la ayuda de personas no expertas es intrusismo laboral», afirma Ayán y añade que «trabajan mejor que algunos profesionales».

 

La expedición aspira a obtener fondos de la Diputación tras perder a su mecenas

 Esta campaña arqueológica es la quinta en cuatro años en el castro de San Lourenzo de Cereixa. La excavación comenzó el pasado 15 de julio y termina hoy. Este año las excavaciones se ampliaron hacia el este y, con el descubrimiento de diecisiete nuevos sepulcros, son ya sesenta las tumbas excavadas en la necrópolis medieval sobre el castro, entre las que hay dos concentraciones importantes de enterramientos infantiles. La esperanza del equipo era «encontrar un esqueleto completo para comparar con el de Atilano», por lo que el hallazgo de ayer cumplió las expectativas de la exacavación.

La campaña ha sido la más corta desde la recuperación del castro en 2016. El arqueólogo que dirige las excavaciones, Xurxo Ayán, atribuye la duración de un solo mes a problemas de financiación. «Tanto las aportaciones que promovió en origen un banquero natural de Cereixa como la subvención de la Dirección Xeral de Patrimonio no llegaron este año», comenta Ayán. No obstante, los promotores ya están buscando fondos para continuar las excavaciones en la muralla del castro el año que viene y ya han propuesto a la Diputación un plan de financiación a tres años con el argumento de que se ha de consolidar al yacimiento como reclamo turístico. San Lourenzo de Cereixa es, junto a los castros de Axeriz y A Torre, los únicos yacimientos de este tipo que se han excavado en el sur de Lugo.